Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Hoy pasé por la U, la Única, la Benemérita que no por nada es llamada con tal apelativo.
La atravesé superficialmente como quien da por garantizado el piso por el que camina. Escuchaba la música y veía las caras asustadas que no noté aquel primer día que asistí orgullosamente, con el número de carné en la mente, por los pasillos de Sociales, buscando la 302, me parece. ¿Qué iba a saber yo que el primer número del aula es el número de piso?
Pasaron por mi cabeza las tardes de café en Sociales, con los patacones por los que muchos vuelven desde sus trabajos, mucho después de haberse graduado. Tardes amenas y amigos y sonrisas eternas nacieron en ese lugar.
Pasaron decenas de actividades académicas de discusión, de disertación de ideas, crisoles de semillas que todavía nacen y crecen en mi pensamiento. Agradecí las oportunidades que la madre U me dio, de trabajar en sus proyectos y así tener una escuela paralela, que la verdad ha sido un privilegio.
Sonreí recordando la Semana Universitaria, y las semanas de bienvenida, las tardes soleadas de marzo en la 24 de abril, las caminatas por el campus para ir por un libro a Salud o a Letras, para las que siempre hay un trillo, o por lo menos alguien que le acompañe.
A los nuevos, les puedo asegurar que el mundo ahí afuera a veces puede dar mucho miedo. Que la vida no siempre es linda, que las cosas no salen fácil. Que hay miles tratando de que veamos sólo a un lugar, que no exploremos, que entre menos vivamos, mejor, que entre más rápido nos graduemos mejor. Pero también les puedo garantizar que hay una institución pública que aún es un nicho en el cual uno se puede retirar del mundo.
El cual le abre un espacio a cada cual, que tiene reservado para cada uno algo de su interés, algo que le va a sacar una sonrisa. Hay una institución que va a cuidar de usted y se preocupa por su desarrollo.
Los que han vivido, al igual que yo, un paso por la UCR, pueden ser testigos de que el aprendizaje está más allá de las aulas, está en la cultura, está en el compartir; más que educación superior es una segunda crianza, que siembra valores que echan raíces en una persona y en un profesional. Que el escudo de la U se lleva en la carta de presentación y se defiende su nombre.
Y mientras me alejaba en el bus de la U pensaba que espero nunca dejar de sentir esa emoción al recorrerla, esa brisa que le refresca a uno el alma, esa calidez de volver a esos lugares donde uno ha crecido feliz.
Este documento no posee notas.