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“Pagaré en el tiempo de Dios”. (“Pastor y diputado Justo Orozco”)
No hay duda de que estamos entrando en los tiempos del terror. Al leer los diarios nacionales nos damos cuenta que los más irresponsables son nuestros gobernantes. Ministros y ministras, diputados y diputadas, magistrados y magistradas… y quién sabe cuántos otros malandrines que nos gobiernan… se hacen de “la vista gorda” con sus impuestos, tributos, compromisos y responsabilidades. Pero lo que más vergüenza da son los argumentos que utilizan para justificar sus evasiones fiscales, morales, económicas, políticas y judiciales. Cuando un medio de comunicación le preguntó a la presidenta Laura Chinchilla qué opinaba que sus Ministros no pagaran los impuestos ni actualizaran sus propiedades ante los municipios, simplemente contestó que eso era una “costumbre o un descuido” de los costarricenses.Para el señor Luis Fishman, diputado del maltrecho PUSC, la culpa la tienen las municipalidades. El señor Villanueva, Jefe de Fracción de una compra y venta denominada PLN, la cosa se había solucionado, pues ya le había traspasado la propiedad a la mamá y donde él vive es un asunto de privacidad. Debemos recordarle a este señor que los impuestos son asuntos públicos. El Jefe del PASE, segundo partido sin ideología después del PAC, dice que aunque no tiene declarada la casa ante la Municipalidad, esta última le cobra el valor adecuado. Suponemos que a esa municipalidad la ilumina el Espíritu Santo. Don Danilo Cubero, como buen libertario, aparentemente se refugia tras las enaguas de su señora. Pues parece que la culpa la tiene ella al heredar la propiedad. Esto que les narro, mis queridos lectores del Semanario UNIVERSIDAD, lo pueden confirmar en un periódico de difusión nacional al cual le dieron las declaraciones estos “representantes del pueblo”.
Pero si ustedes creen que la desfachatez llegó a su punto de ebullición total con eso que les digo, están equivocados. Aún me queda de contarles dos descaros más. En la página 17ª de La Nación del domingo 25 de marzo del presente año se lee lo siguiente: “Poder Judicial reduce sanción contra hijo de magistrado”, esto a pesar de que “inspección judicial determinó que funcionario cometió ‘falta gravísima’. Todas y todos sabemos que en cualquier institución que se respete, cometer una “falta gravísima” lo que conlleva es el despido o la expulsión. Esto es lo que le hacemos saber a nuestros estudiantes de primer ingreso en la UCR. A partir de ahora vamos a tener que decirles “excepto en el Poder Judicial”. Pero si de Poderes de la República hablamos, aún nos queda un descaro más. Cuando a don Justo Orozco, Jefe de Fracción del Partido Renovación Costarricense, partido cuya propaganda dice que es cristiano aunque en la práctica no lo parece tanto, le preguntaron por qué muchas de sus propiedades a nombre de él o de su esposa estaban subvaloradas, sin declarar o desactualizadas y si iba a actualizar y pagar ante los municipios, simplemente este diputado y Pastor de almas y otros menesteres más económicos que cristianos dijo: “pagaré en el tiempo de Dios” (La Nación, marzo 25, pág. 17ª). Todas y todos los creyentes sabemos que Dios es infinito y atemporal, por lo tanto no existe algo así como “un tiempo de Dios”. Por lo que diabólicamente algunos y algunas mal pensadas podrían deducir de sus palabras es que nunca va a pagar… pues tal parece que delincuencialmente hablando en la atemporalidad y la infinitud existe mucho espacio para la clandestinidad. Quien tenga oídos que oiga y quien tenga ojos que vea. Y quien vaya a votar en las próximas elecciones que lo haga con responsabilidad y pensando en sus hijas y en sus hijos… pues tal parece “que así en el cielo como en la tierra” los evasores de impuestos siempre encuentran un lugar idóneo donde agrandar sus bolsillos y sus propiedades y engrosar sus sospechosas cuentas bancarias.
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