El próximo martes 1 de mayo se presentará al público el libro “Indigente” del poeta costarricense Óscar Federico Castro.
En el evento, que tendrá lugar en el teatro-bar josefino El Lobo Estepario, el escritor se hará acompañar por la periodista Andrea Ávalos, el músico Luis Diego Solórzano y el poeta César Ángulo.
La celebración de su publicación coincide con el segundo aniversario desde que Castro decidió dejar las calles, las drogas y la indigencia, experiencias que marcaron para siempre su vida y sus letras.
Castro asegura que los 40 poemas que forman su libro son una recopilación de textos escritos antes de vivir en las calles, durante los siete años que deambuló la capital e incluso, algunos que ha escrito tras su recuperación.
 
El otrora poeta indigente volverá así a Cuesta de Moras, “a las mismas calles y con los mismos pies”, pero con otra perspectiva y compartirá sus poemas con el público.
El autor explicó que el título del poemario se deriva de un texto escrito e inspirado en los años que vivió en las calles. “Indigente’ es un libro para los muchos que en silencio gritan, como dice mi poema”, afirmó.
Los poemas que integran “Indigente” tratan diversos temas, desde las inquietudes sociales del autor, hasta el amor e incluso la espiritualidad. “Indigente’ es el día a día de alguien, en este caso, mi día a día. Un día a día en que pasan cosas buenas y cosas malas, en el que a veces pienso en Dios, en el amor y a veces no”, explicó.
Añadió que espera que sus textos sirvan para alcanzar a muchos que aún habitan las aceras de la ciudad y que sirva como ejemplo de que se puede salir de la indigencia y la drogadicción. “Si yo pude salir de ahí, rehacer mi vida, trabajar y hasta publicar mi poesía, ¿por qué otros no van a poder dejar las calles?”, recalcó.
Por otra parte, el poeta indicó que la presentación del libro es un escalón más en el camino de su recuperación. “Publicar es recuperar cosas de Óscar, de Óscar y su familia, de Óscar y su pareja, de Óscar y su vida fuera de las calles”, aseguró.
La publicación de “Indigente” se realizó de manera independiente, gracias al apoyo económico de un amigo del autor. El libro estará a la venta el día del evento en el Lobo Estepario, en el Centro Cultural de Paraíso de Cartago o puede ser adquirido contactando directamente a Castro ([email protected]).
 

 
El poeta de la calle
Óscar Federico Castro nació el 13 de julio de 1967. A los 14 años, sus inquietudes sociales lo llevaron a militar en el Partido del Pueblo Costarricense (PPC).
En 1984 partió a Nicaragua y participó en campañas de alfabetización lideradas por el Gobierno sandinista. En el 1986, se trasladó a Cuba y llegó a leer sus versos en Casa de las Américas. Un año más tarde se fue a estudiar Sociología en el Instituto de Ciencias Sociales de Moscú (en la Unión Soviética).
Regresó al país y trabajó como asesor del fallecido exdiputado Juan Guillermo Cachimbal Brenes, entre 1990 y 1994.
Después, trabajó con la Asociación Ecologista Costarricense (AECO) y siendo parte de esta organización, afrontó una de las situaciones más difíciles de su vida: la sospechosa muerte de los activistas Óscar Fallas, María del Mar Cordero, Jaime Bustamante y David Maradiaga, que entonces se enfrentaban a proyectos forestales y mineros de grandes compañías en Costa Rica.
Fue entonces, a mediados de los años 90, que la vida de Óscar Castro cambió. Sentir que necesitaba huir y que su vida estaba en peligro fue el primer paso de muchos que lo llevaron a vivir en las calles.
En una entrevista con UNIVERSIDAD, en el 2001 el poeta comentó “cuando los ‘compas’ murieron comenzó gradualmente a suceder una serie de eventos que provocaron que llegara a donde llegué: una puerta que se abre y uno no sabe adónde llega; cuando me di cuenta no la podía encontrar para regresar”.
Tras siete años de vida en las calles, en el 2008 Castro fue invitado a participar en el VII Festival Internacional de Poesía. Subió a la tarima en la Plaza de la Democracia, sucio y con una bolsa de latas para reciclar al hombro. Leyó dos poemas: “Indigente” y “Perdóneme Padre Santo” y se retiró entre aplausos. Ese día se dio cuenta que “la calle le estaba mostrando señales de que tenía que irse”, que ese no era su lugar.
En mayo del 2010, Óscar Castro finalmente tomó la decisión de dejar las calles y mejorar su calidad de vida. Se tomó de manos amigas y caminó, cerrando tras de sí la puerta de la indigencia para siempre.
Ahora, que está recuperado, que se asea diariamente y que tiene trabajo estable en una televisora, ofrece al público su poesía más honesta desde alguien que conoce “las dos caras de la moneda y de la ciudad”.
“Indigente” es una mirada lúcida a la vida de su autor, pero también es un recordatorio de las desigualdades y preocupaciones que asechan a nuestra sociedad.