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Sindicatos centroamericanos se debaten entre la globalización y el miedo

El próximo 1 de mayo encuentra a un movimiento sindical centroamericano buscando procesos de unidad e integración, pero al mismo tiempo, luchando contra la intolerancia, la impunidad, la represión y el desconocimiento de sus derechos.

El próximo 1 de mayo encuentra a un movimiento sindical centroamericano buscando procesos de unidad e integración, pero al mismo tiempo, luchando contra la intolerancia, la impunidad, la represión y el desconocimiento de sus derechos.
Así lo explicaron a UNIVERSIDAD varios líderes gremiales del istmo, durante un reciente encuentro celebrado en San José.
La celebración del Día Internacional del Trabajo encuentra a los sindicatos regionales enfrentados a los efectos de la globalización económica y de las políticas económicas neoliberales, tratando de superar el desafío de divisiones internas, y enarbolando la lucha por mejores salarios y condiciones más dignas de trabajo para la clase obrera centroamericana.
 
El asesinato  y persecución contra líderes gremiales en Guatemala (ver nota aparte: En Guatemala existe impunidad absoluta, denuncia dirigente sindical), Honduras y en Panamá, especialmente, es la oscura radiografía que los activistas sindicales presentaron a UNIVERSIDAD durante el encuentro celebrado en San José a mediados de abril.
“En Honduras se siguen violentando y vulnerando los derechos laborales y humanos de los trabajadores. Hay (especialmente después del golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya) un ataque frontal contra el movimiento sindical. Se destruyen organizaciones sindicales, se criminaliza la lucha popular, hay asesinatos, especialmente de líderes campesinos, hay represión del ejército, los terratenientes tienen sus grupos armados privados y se recurre al sicariato”, denunció a UNIVERSIDAD José Luis Vaquerano, Secretario General de la Confederación Unitaria de los Trabajadores de Honduras (CUTH).
“En los últimos tres años ocurrieron crímenes de varios sindicalistas, hay ataques contra el sector magisterial, y desde el golpe de Estado, murieron unos 200 dirigentes populares, incluidos campesinos, obreros, pobladores, activistas de los educadores, defensores de los derechos humanos y periodistas”, dijo Vaquerano.
Por su parte, el Subsecretario general de la Central de Trabajadores de Convergencia Sindical de Panamá, Miguel Ángel Edwards, aseguró que en su país se produjo un grave retroceso en las libertades sindicales desde que asumió el poder el presidente Ricardo Martinelli, en julio del 2009.
“El nuevo gobierno arremete contra las organizaciones sociales, en especial grupos de la sociedad civil y gremios de trabajadores”, aseguró el activista.
Edwards denunció que en su país “la libertad sindical no existe” y recordó la huelga bananera ocurrida en Bocas del Toro en el 2010, que dejó un saldo de siete muertos, debido “a la represión del gobierno”, y la más reciente protesta indígena en Chiriquí, que dejó un saldo de dos fallecidos.
El secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP), Albino Vargas, comentó que el movimiento sindical centroamericano sobrevive en condiciones “heroicas”. “Ha puesto muertos, desaparecidos, sufrido represiones de todo tipo, persecuciones. No ha emergido una organización mejor que el sindicato para defender los derechos laborales”, dijo Vargas.
Onidia  Gómez,  coordinadora general de la Plataforma Sindical Común Centroamericana (PSCC) dijo que los gremios de la región luchan por constituir alianzas y enfrentar, con más fortaleza, los embates del neoliberalismo.
“La crisis para Centroamérica no es nueva, estamos en crisis permanente”, dijo Gómez, al igual que Ricardo Aguilar, secretario general del Consejo Unitario Sindical, otra organización unificadora.
En Nicaragua se lucha por “mejores empleos, fuentes dignas de trabajo y por elevar el salario mínimo, el más bajo de Centroamérica”,  comentó por su parte el dirigente sindical Francisco Espinoza.
 

 
Dirigente gremial:
En Guatemala hay impunidad total contra el sindicalismo
El dirigente de la Unión Sindical de Trabajadores de Guatemala (UNSITRAGU), Julio Coj, denunció que la violación de las libertades sindicales y la represión y persecución contra líderes gremiales va en aumento.
A continuación ofrecemos un extracto de una entrevista que concedió a UNIVERSIDAD
¿Cuál es la situación del movimiento sindical en Guatemala?
– El movimiento sindical en Guatemala enfrenta situación de mayor intolerancia, sobre todo para poder formar nuevos sindicatos, y el acceso a la negociación colectiva.
Es contradictorio.  Después de que se firmaran los acuerdos de paz el 29 de diciembre de 1996 entre el gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) la expectativa era que en esta etapa de la postguerra podríamos tener más libertades individuales y colectivas.  Pero ha sido todo lo contrario y se evidencia en lo siguiente: Durante la guerra teníamos entre un 14 y 16% de sindicalización y hoy día tenemos apenas un 2%.
¿Y cómo se explica este fenómeno, una vez lograda la paz?
– Lo que sucede es que los  gobiernos y empresarios no cumplen con la aplicación real de las leyes nacionales en torno a la sindicalización.
Guatemala ha ratificado el convenio 8798 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)  que también ratifica nuestros derechos.  Pero existe situación de impunidad y corrupción en todos los niveles en las instituciones de gobierno y hace que todas las violaciones de los sectores patronales apadrinadas con los gobiernos de turno no sean sancionadas. Se mantiene un estado de terror donde el trabajador es amenazado y amedrentado. Si se sindicaliza pasará a formar parte de una lista negra donde no se le da trabajo. Pero lo más grave es el control, persecución y asesinato de dirigentes sindicales.
¿Cuál es el resultado de esa campaña de represión este año?
–  Este año se registra el asesinato de cinco sindicalistas. El último caso fue el de Vivio Ortiz del sector salud. Posteriormente se produjo el asesinato de la madre de otro sindicalista de un departamento del norte.
¿Pero es el Estado el responsable directo de esa represión?
– Después de la firma de la paz el Estado no tiene ya una participación directa en la represión sindical pero sí permite o se da libertad o impunidad para que se ejecuten crímenes contra sindicalistas o dirigentes comunales o indígenas.  No podemos señalar un sector en específico pero no es posible que a plena luz del día cualquier grupo o persona camine armada, cometiendo ejecuciones de dirigentes sindicales.
¿Hay un clima de impunidad?
– Sí, existe un clima total de impunidad. En Guatemala, en la zona céntrica de la ciudad, pueden acribillar en plena mañana a cualquier persona sin que ningún cuerpo de seguridad del Estado tenga control.
¿Cómo ha incidido en el movimiento sindical el problema del narcotráfico y el crimen organizado?
– Es un  elemento que contribuye a crear inestabilidad y temor. Algunos partidos políticos reciben financiamiento en época de campaña electoral de parte de estos grupos narcos y esto crea una situación de mayor impunidad. En las zonas donde operan las bandas y cárteles el riesgo que corren los dirigentes sindicales es mucho mayor.
¿Cómo afecta el proceso de globalización al movimiento sindical en Guatemala?
– La globalización de la economía lo que ha hecho es profundizar la crisis. La lucha de los sindicatos se extiende a luchar además contra los efectos de esa crisis.
Por estar bajo un sistema de intolerancia sindical podríamos decir que la fuerza nuestra no es la suficiente para poder contener toda esa avalancha de flexibilización y de desregulación laboral y de contención de la crisis económica y social.
Hay que fortalecer la unidad regional para reclamar nuestros derechos con más fuerza.

  • Ernesto Ramírez 
  • País
NeoliberalismStrikeSyndicalismWorking Class
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