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Lecciones de una huelga, o el ITCR se reconfigura

Del 23 al 30 de marzo ocurrió un movimiento huelguístico en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Ante la negativa de la nueva administración a negociar con el Sindicato (AFITEC), y el “decretazo” de un 3% de aumento en el mes de enero, la Asamblea General de funcionarios declaró la huelga como presión para sentar al rector y su equipo en la mesa de negociaciones.

Del 23 al 30 de marzo ocurrió un movimiento huelguístico en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Ante la negativa de la nueva administración a negociar con el Sindicato (AFITEC), y el “decretazo” de un 3% de aumento en el mes de enero, la Asamblea General de funcionarios declaró la huelga como presión para sentar al rector y su equipo en la mesa de negociaciones.
Y lo logró. El viernes 30 de marzo, luego de 12 horas de negociación, la rectoría y los representantes sindicales llegaron a un acuerdo de un aumento salarial de un 5% en el mes de enero y 0.5% a partir del 1 de julio. Además del traslado del 2% del sobresueldo porcentual a partir de julio para las categorías profesionales y 11 mil colones para las categorías de la 1 a la 16.
El movimiento pasó  inadvertido para los medios comerciales de comunicación. Y para los alternativos. Supongo que hasta en las mismas universidades estatales se desconoce esta acción sindico/laboral. Ello no indica que careciese de acontecimientos dignos de una prensa interesada en el acontecer nacional y de comunidades universitarias avisadas y prestas a la solidaridad interinstitucional.
Resaltó la renuencia de la nueva administración a continuar con la negociación escalonada que se había logrado con la anterior administración, dado que la actual Rectoría y su equipo ejecutivo impugnan la labor de la administración Trejos, ya por razones ideológicas, ya por una suerte de peligroso ajuste de cuentas.
Hay en la nueva rectoría una predisposición a endurecer la línea de “recorte del gasto” del pasado y actual gobiernos con respecto a la educación superior pública: se nos pondrá a disputar las tajadas del pastel FESS a partir del aumento de la matrícula, aunque vengan $50 millones (de préstamo) destinados a ampliar infraestructura y a generar condiciones para aumentar matrícula. Ello para indicarnos que en la mesa donde sirven el pastel pronto se sentará la Universidad Técnica Nacional (UTN) de Alajuela.
Por cierto, en el artículo El síndrome de Cartago (http://www.tec.ac.cr/prensa/Informatec/2009/noviembre-diciembre/n31.html) adelanté  que la creación de la UTN, por parte de un sector liberacionista alojado en la pasada Asamblea Legislativa, era una contrapropuesta contra el ITCR dado el nivel de “politización” exhibido en los últimos años. (No olvidemos que la recién creada Universidad Técnica de Alajuela nos puede ir “robando” esos espacios y con el paso del tiempo el TEC podría quedar aislado como el viejo COVAO). Con “politización” aludo a la impecable postura en defensa de los verdaderos intereses universitarios y nacionales demostrada por el entonces rector Eugenio Trejos, especialmente en la lucha librada ante la imposición del TLC con Estados Unidos. Con sus respectivos yerros, claro está.
Para aumentar la matrícula se precisa, no solamente de infraestructura y servicios, sino de mejoras y estímulos para el recurso humano. Ello es un elemento necesario para comprender el movimiento huelguístico y su intensa polarización. La lucha salarial reabrió la bifurcación de la última elección de Rector, que fue a segunda vuelta. Quienes adversaban la candidatura del supuesto candidato cercano a la administración Trejos, cerraron filas alrededor del actual rector postergando una lucha que también los involucraba. Algunos incluso, buscando un golpe de pecho publicitario, llegaron a lo imposible: renunciar a sus derechos como trabajadores alegando que no necesitan del aumento pues “vivimos en un auténtico paraíso laboral”.

  • Adriano Corrales Arias (Escritor)
  • Opinión
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