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Saprissa se quedó en el camino y los dos grandes de nuestro fútbol fueron eliminados de la conquista del título. Si en su momento los seguidores morados festejaron y celebraron que el Alajuelense quedara fuera de la contienda —al punto de que el técnico Alexandre Guimaraes cambió el carácter y se volvió un primor con la prensa deportiva, luego de una larga temporada de roce y reproche—, el pasado fin de semana los fanáticos rojinegros celebraron la caída del tradicional rival, embelesados porque la corona que perdieron no irá a las vitrinas del archirrival.
Alajuelense ni siquiera pasó a la segunda fase a la que se clasificaron por orden de posiciones, Pérez Zeledón, Santos, Saprissa y Herediano. Pérez Zeledón, primer lugar en la calificación, enfrentó al cuarto lugar, Heredia; y el segundo, Santos, al tercero, Saprissa.
Así, clasificó el finalista Herediano, que derrotó 2-0 a Pérez Zeledón en el juego de vuelta, después de empatar (1 a 1) en Heredia. La otra serie la ganó Santos, a pesar de que terminó empatada 1 a 0, primero para el Saprissa y luego para ellos. Santos calificó por haber terminado mejor que los capitalinos en la clasificación general.
Fuera de combate los dos grandes y Pérez Zeledón, equipo que lideró la clasificación casi de principio a fin en la temporada regular, se presume que el sobreviviente Club Sport Herediano es el favorito al título 22 de su historia, contra un Santos de Guápiles que apenas iría por el primero.
Sin embargo, esta proyección igual se hizo antes de que se enfrentaran Saprissa y Santos: todo el cartel y protagonismo a favor de los morados y las cosas se dieron al revés.
El equipo guapileño, muy bien dirigido por el uruguayo Eduardo Méndez, sorprendió y liquidó a un Saprissa que en los dos partidos presentó una cara irregular y jugó un fútbol de bajísima calidad. Este tema fue abordado en la edición anterior de UNIVERSIDAD.
Saprissa fue una total y absoluta decepción en la etapa semifinal; el puesto de Guimaraes peligra. Santos venció legítimamente y demostró un ordenado dispositivo táctico en el juego de vuelta, afincado en el trabajo excepcional del esqueleto de su formación: Johnny Aguilar, Henry Fajardo, Osvaldo Rodríguez y Erick Scott.
La otra semifinal bien pareja marchaba por similar camino en el juego de vuelta. Pérez Zeledón como local y Herediano de visita no descifraron las retaguardias en la primera parte. Conforme avanzaba el segundo tiempo, se fue dando la premisa de que los locales podían amarrar la clasificación si el marcador no se movía, pero con un rival tan ofensivo como es el Herediano de Odir Jacques, un gol de la visita podía caer en cualquier momento…y cayó.
Un tiro de esquina inofensivo como tantos fue rematado en corto por Esteban Granados. La bola se fue a un costado donde terminó de rematarla Víctor Núñez, con la suerte de que su disparo pegó en el poste y de rebote, dio en el cuerpo del generaleño Keylor Soto y se devolvió a la red. La anotación fue un mazazo para los anfitriones que se derrumbaron y rápido permitieron otro gol de Núñez que los liquidó.
Santos y Herediano, finalistas.
PROTAGONISTAS INÉDITOS
Si bien es cierto, el Herediano es un club tradicional acostumbrado a poner su pie en instancias semifinales y finales —perdió el título la temporada anterior ante el Alajuelense por la vía de los penales—, en esta ocasión se metió a la segunda fase más por errores ajenos que por propias virtudes.
En una crisis institucional que obligó a sus dirigentes a cortar de tajo el proyecto con Jafet Soto —a quien le habían prometido convertirse en el Sir Alex Ferguson del fútbol costarricense y ser el entrenador eterno del Team— fue citado como emergente en la dirección técnica Odir Jacques. Viejo zorro del balompié criollo con mucho colmillo y sentido común, Jaques puso al Herediano a ganar y a ganar, hasta ponerlo en puestos de clasificación.
Tenían que darse varias combinaciones de resultados para que los florenses se clasificaran, que incluían derrotas del Cartaginés, Alajuelense y Saprissa, y que se dieron curiosamente. Esto abrió al Herediano las puertas de una clasificación que sus seguidores esta vez no esperaban y a la que llegaron, por primera vez, sin credencial de favoritos. Esto los hace más peligrosos.
Santos amarró su clasificación con victorias impresionantes en Pérez Zeledón, Limón y San Carlos, que lo instalaron en el segundo lugar y lo pusieron contra Saprissa. Con todo en contra, Santos eliminó a los morados y ahora llega motivado a la serie final, en la cual se siente capacitado para cualquier torta.
Odir Jacques juega con un 4-3-3, donde a la espalda de sus puntas, Núñez y Barbosa ubica a Enoc Pérez como un tercer delantero; pero Eduardo Méndez hizo exactamente lo mismo frente al Saprissa, al colocar a Jonathán Moya detrás de las puntas, Scott y Lagos.
Tienen, entonces, un par de tripletas ofensivas en cada formación finalista; Herediano es superior en la zona de creación, pues suma a Cancela, Ramírez y Madrigal; mientras que Santos no le dio protagonismo a Ardetti y se volcó por Osvaldo Rodríguez, gran jugador.
Randall Porras, Crisanto Esquivel y Mario Víquez pueden demostrar que son iguales o mejores a los consolidados José Miguel Cubero, Carlos Hernández y Esteban Granados, misión difícil.
Las dos retaguardias son sólidas: Salazar, Montero y Calvo por el centro florense, contra Maitland, Fajardo, Gómez, Toubourne en la otra acera; Santos cuenta con un carrilero de lujo, Juan Diego Madrigal, pero Herediano tiene a Oscar Rojas, el mejor jugador de Costa Rica, según su entrenador. Además, un gran portero en el Team, Leonel Moreira y un gran prospecto en Santos, Johnny Aguilar.
¿Es Herediano favorito? Saprissa lo era y ahora duerme en casita. Es mejor darle al Santos el crédito que se merece por su trabajo hasta la fecha.
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