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A la presidenta Laura Chinchilla le ha tocado enfrentar una coyuntura complicada, sin tener la suficiente experiencia, y sin apoyo de su propio partido. Y la situación se le puede agravar en su tercer año de gobierno que inicia este 8 de mayo, en un clima de mayor confrontación política, en opinión de varios analistas políticos.
Según José Carlos Chinchilla, sociólogo y politólogo, la mandataria inicia su tercer año con un clima denso y difícil, por lo que la situación será peor que en su segundo periodo.
A la mandataria su propio partido no la ha apoyado, al punto que ha recibido relativamente más apoyo de la oposición, al menos en proyectos como el paquete fiscal. En su informe de labores del pasado 1 de mayo, ella llama al diálogo en ese contexto en que su partido no ha sido una base de impulso de proyectos del gobierno, y en un momento en que la oposición está más enervada y confrontativa tras perder el control del directorio de la Asamblea Legislativa por el pacto entre el Partido Liberación Nacional (PLN) y Accesibilidad sin Exclusión (PASE). “Encuentro que eso genera un clima muy denso y difícil para este tercer año de Gobierno”, dijo Chinchilla.
¿No se puede esperar que este tercer año sea más o menos lo mismo en cuanto a los problemas que ha tenido la mandataria en la relación con los diversos sectores políticos y sociales, especialmente con la Asamblea Legislativa?
Al respecto, el analista insiste que va a ser peor, porque ya no habrá puentes que había hasta ahora y más bien se va a dar un pulso y una relación de fuerzas en la que irrumpe un actor que no está en la Asamblea Legislativa, y es la gente común y corriente, que está más cansada que hace dos años y tiene en perspectiva la necesidad de resolver muchos problemas.
En su discurso, la Presidenta habló de muchas cosas que ha hecho, dijo ella, el problema es que todavía no se ven. Y cuando se habla de infraestructura, mejoramiento de puertos y carreteras, se está hablando de un proyecto de más largo plazo, que no lo va ver la gente en su administración.
Se atiende a mucha gente, pero no a toda la que debe atenderse, por ejemplo en la seguridad social, y la crisis de la Caja no está resuelta, entonces a pesar de sus movimientos, la gobernante se enfrenta a un ambiente muy complejo, añadió.
Opinó que la mandataria se encuentra sola y es una soledad que posee las características de que no tiene un apoyo del partido, su gabinete ha sido muy débil y ella no ha querido escuchar al resto de la sociedad, y debería comenzar a escuchar más a otras voces.
Según el politólogo Guillermo Barquero, profesor en el Instituto de Estudios Centroamericanos, a la gobernante le ha tocado una coyuntura difícil, y ella no tenía la experiencia política suficiente para lidiar con una situación tan compleja como la que significa enfrentar, entre otras, la variable del multipartidismo y la situación económica del país, particularmente las finanzas públicas deficitarias.
También desde el punto de vista de la escogencia del gabinete, la complejidad de sus relaciones con la Asamblea Legislativa y con el otro poder que hay ahora y es la Sala Constitucional.
Y es que no se puede negar la existencia de esa disyuntiva que hay entre la judicialización de la política y la politización de la justicia, es decir, el problema de la interferencia de poderes que la Presidenta plantea en su discurso. Efectivamente, es un tema importante, y ella no ha tenido la experiencia necesaria para la magnitud de la coyuntura en la que le correspondió asumir la responsabilidad, subrayó Barquero.
El analista no comparte las críticas que se le hacen desde la oposición a la mandataria por la supuesta negativa a dialogar y escuchar las propuestas que le hace la oposición, dispuesta a colaborar por el bien del país, como afirma, por ejemplo, el diputado socialcristiano Luis Fishman.
Barquero no cree en las manifestaciones sobre la ausencia de diálogo, porque los partidos políticos están en su tarea, y cada quien tiene su agenda. Lo que sí es cierto -dice- es que al Ejecutivo le ha faltado un interlocutor válido dentro de lo que es la complejidad de la Asamblea Legislativa, pero en su criterio eso se estaría resolviendo con la nueva conformación del directorio legislativo, a partir del pasado 1 de mayo, en virtud del nuevo pacto del oficialismo con tres partidos de oposición.
Pero ahora viene otro tema que son las elecciones dentro de dos años. Y es que en el análisis para comprender el entorno no se puede dejar de lado que el 2014 está a la vuelta de la esquina, advierte el analista.
“Ahorita todos los caballos de carrera estarán en posición hacia el 2014, de modo que cualquier análisis que uno pueda derivar no solamente pasa por el análisis frío de la situación de país, sino por la toma del poder en el 2014”, comentó Barquero, presidente y fundador del Colegio de Politólogos y de Relacionistas Internacionales.
Otra cosa importante en su criterio es que no debe perderse de vista el protagonismo del periódico La Nación, que jugó su papel con la discusión de la reforma fiscal y lo jugará ahora. Por eso, negarle un nivel de influencia política en el contexto actual a esa empresa sería sesgar cualquier análisis, argumentó.
Para Carlos Carranza, sociólogo y profesor de la Universidad de Costa Rica, en el discurso del 1 de mayo, la Presidenta plantea temas nuevos que podrían añadir complicación a la situación política.
Entre esos temas, que generan mucha discusión, mencionó las reformas para mejorar la calidad del gasto y la recaudación tributaria; la ley de generación eléctrica y la negociación de un tratado de libre comercio con Colombia, que la empresa privada considera inconveniente, y si el Gobierno no maneja bien el tema podría ser motivo de enfrentamiento con el sector.
Además, está la propuesta de reforma política, que en opinión del analista parece ser una especie de concesión para llegar a un acuerdo dentro del partido oficial, pero ese no es un tema que se resuelve entre notables (como ella planteó), sino por una discusión de la sociedad civil, partidos políticos y las personas interesadas en general.
ESCOZOR
En relación con este asunto, Barquero dijo que le llamó la atención que la Presidenta hubiera introducido un tema tan “distractorio” en su discurso, porque de inmediato surge la pregunta de quiénes son y para qué son esos notables. Parece un elemento innecesario, porque el Ejecutivo plantea algo de esa manera que obviamente va a causar escozor.
En opinión de Carlos Carranza, las juntas de notables en este país nunca han producido nada. El país ha hecho cambios constitucionales cuando ha participado toda la sociedad en conjunto, como ocurrió en el 49, y para un verdadero demócrata ese es un elemento fundamental, opinó.
Al comentar el discurso de la Presidenta, José Carlos Chinchilla señaló que ella hace un esfuerzo para decirle a la sociedad que se han estado haciendo cosas, y que ella está ejerciendo el liderazgo.
Además ella trata de comprometer a otros sectores al decirles que para seguir avanzando en la ruta de la seguridad humana -apuesta que encabeza su agenda de Gobierno-, es indispensable que los otros sectores depongan sus intereses particulares.
Es un llamado interesante para replantearse un nuevo marco de negociación, pero el contexto es sumamente denso y difícilmente uno podría imaginarse que en el corto plazo los otros grupos, incluso dentro de su propio partido, estén dispuestos a ceder en sus intereses en función de un acuerdo nacional, consideró Chinchilla.
Es previendo posiblemente esa situación que la Presidenta plantea la convocatoria de un grupo de especialistas o gente de mucho prestigio, que no sabemos quiénes son, para impulsar una propuesta que podría ser sobre la cual se desarrolle toda una plataforma de trabajo para una reingeniería institucional, indicó el académico.
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