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El Núcleo de Experimentación Teatral (NET) celebra este año dos décadas de fundación, y en ese marco, presenta al público la obra “Consuela y el agujero”.
Dicho espectáculo se estrenó el pasado viernes 11 de mayo en el Teatro Enrique Acuña de la Compañía Nacional de Teatro y se exhibirá en la misma sala durante los fines de semana de mayo, los viernes y sábados a las 8 p.m., y los domingos a las 5 p.m.
La obra fue escrita e interpretada por Vivian Rodríguez —quien comparte la dirección de la pieza con Fernando Vinocour— y pretende retratar el viaje de una mujer por su subjetividad, por las imágenes, sucesos, visiones y pensamientos sobre su existencia, como mujer y ser humano.
De esta forma, la protagonista, Consuela González, repasará a través de un monólogo la historia de su vida, desde una perspectiva muy subjetiva e intimista.
Fernando Vinocour aseguró que la temática principal del texto es la vida de las mujeres en el mundo contemporáneo y la forma en que cada una establece el relato de su propia vida, un relato al que muchas veces no se le da importancia en la esfera pública.
Al repasar los distintos momentos de su vida, esta mujer reflexionará sobre su identidad, su percepción de sí misma, los discursos sociales y familiares que la definen, y la forma en que construye significados en su vida.
Este viaje interno tiene por objetivo retratar la lucha de Consuela por encontrar una forma de reemprender o reescribir su historia. “Lograr alcanzar otro lugar desde el cuál mirar su vida, comprenderla y escribir nuevas posibilidades”, detalló Vinocour.
Explicó, además, que la obra aborda otros tópicos, como la amistad, la familia, el uso del tiempo y los recuerdos, temas que sobre el escenario dejarán de ser parte de la vida privada de Consuela y pasarán a ser parte de una discusión pública, política.
Hizo ver que la propuesta escénica es un espectáculo unipersonal, que se desarrolla en un espacio minimalista y muy cercano al público; el sonido, las luces y las diversas modalidades interpretativas de las que se vale la actriz juegan un importante papel.
El desarrollo de la obra, agregó, no es lineal, sino que sigue más la lógica de la memoria, de los sueños y la introspección. También, dijo, aparecen en la obra otros personajes, pero no de manera presencial, sino que llegan al escenario desde voces grabadas en off y otras desde el relato de la actriz.
Asimismo, la actriz se vale de varias técnicas interpretativas, para hacer del monólogo una obra escénicamente compleja, mediante recursos como la danza y el movimiento, el canto, la utilización de objetos y varias modalidades interpretativas.
Vinocour externó que el grupo —que empezó a trabajar en 1991 con el monólogo “Cartas a mi padre” y se fortaleció en 1992— espera con esta obra consolidar y aumentar el público que les sigue, al tiempo que aprovechan el contacto con este, para permear su trabajo artístico y seguir creciendo como agrupación.
“Nuestro principal acierto ha sido tener una línea de trabajo clara y definida, que aunque ha pasado por búsquedas y depuraciones a lo largo del tiempo, sigue siendo muy semejante al rumbo que trazamos hace veinte años. Por eso, seguimos trabajando en fortalecer la relación con nuestro público y en dejarnos nutrir de esa relación”, destacó Vinocour.
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