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Las enseñanzas de un ministro y un gobierno

La lealtad solo puede llegar hasta donde llega la honestidad; después de ahí, solo existe corrupción. Este Gobierno se está caracterizando por apoyar incondicionalmente a sus miembros cuando se ven involucrados en escándalos de corrupción. Podría pensarse que es cauto a la hora de creer en acusaciones periodísticas; sin embargo, comete un grave error al no investigar por los muchos medios que tiene a su alcance, para determinar la verdad real de los hechos y sentar las responsabilidades del caso oportunamente.

La lealtad solo puede llegar hasta donde llega la honestidad; después de ahí, solo existe corrupción. Este Gobierno se está caracterizando por apoyar incondicionalmente a sus miembros cuando se ven involucrados en escándalos de corrupción. Podría pensarse que es cauto a la hora de creer en acusaciones periodísticas; sin embargo, comete un grave error al no investigar por los muchos medios que tiene a su alcance, para determinar la verdad real de los hechos y sentar las responsabilidades del caso oportunamente.
Es bueno ser leal, pero jamás al punto de involucrarse en situaciones anómalas y comprometedoras, muchas de estas causadas por todo ese aparato infiltrado en Liberación Nacional y liderado por los Arias. Se ha montado toda una estrategia para llevarse los dineros del Estado, especialmente los de la Salud, la Educación y los destinados a sacar de la pobreza a miles de costarricenses. Esta consiste en el “pago de consultorías” a empresas constituidas por los mismos liberacionistas, quienes ganan las licitaciones de forma inmoral y son favorecidos directa e indirectamente para la realización de consultorías que podríamos calificar como de “puro paquete”.
El ejemplo más patético es el del Ministro de Educación, Leonardo Garnier, quien hace una recomendación para que la empresa “Procesos” participe en un concurso en RECOPE, y esta institución cierra con “broche de oro” la jugada invitando a “tres ferreterías” para que realicen una consultoría en relaciones públicas. Pero antes el Ministerio de Educación había pagado consultorías a Procesos por cientos de millones para “mejorar la educación”, pero  ¿qué se ha mejorado  en los últimos años?
Todos sabemos que el sistema educativo costarricense es sostenido en un nivel bueno por los Educadores y Profesores que día a día hacen un esfuerzo noble por enseñar. Los jerarcas del Ministerio de Educación, solo desaciertos aportan al proceso educativo, veamos los doscientos días del curso lectivo, eliminación de lecciones especiales, entre otros.
La mejor forma de enseñar es con el ejemplo. Pero las actuaciones de la Presidenta de la República y del Ministro de Educación, son un ejemplo nefasto para nuestros niños y jóvenes, quienes ven en la lealtad de la Presidenta a sus ministros una aceptación de la corrupción y lo hecho por el Ministro de Educación una burla a las leyes y la Constitución, enseñando que no se debe tener ningún respeto.
La Presidenta tiene equivocado el norte de su lealtad. Este debe estar dirigido a los enfermos, pobres y toda nuestra Patria. Se equivoca al dirigirlo a los corruptos y vividores que arruinan y se roban los dineros del Estado. La lealtad solo puede llegar hasta donde llega la honestidad, después de ahí, solo existe corrupción.
Todo esto es la urdimbre de la avaricia capitalista. El gobierno no sirve porque el neoliberalismo es en sí mismo una gran conspiración contra los trabajadores y todos los pobres.
Es hora de que los pobres y los pequeños empresarios entiendan que caminan por una ruta equivocada. Nada cambiará si no derrotamos al capitalismo salvaje.

  • Humberto Vargas Carbonell
  • Opinión
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