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Titiriteros

Le haremos un acto de desagravio a Carmen Lyra, por haber muerto en el exilio y haremos justicia a la memoria de los ilustres costarricenses que  fueron asesinados  por razones políticas en el Codo del Diablo. También les devolveremos el Consejo Nacional de la Producción y el apoyo a los medianos y pequeños productores; abriremos los estancos con productos nacionales básicos. Les restituiremos a los campesinos su verdadero valor como garantes de nuestra seguridad alimentaria; les diremos que haberlos convertido en peones de las transnacionales fue un error, como lo fue el que tuvieran que migrar a las zonas urbanas en busca de seguridad para su familia. Les aclararemos que volver a la tierra era un programa para del desarrollo agrario y no el entierro de su actividad.

Le haremos un acto de desagravio a Carmen Lyra, por haber muerto en el exilio y haremos justicia a la memoria de los ilustres costarricenses que  fueron asesinados  por razones políticas en el Codo del Diablo. También les devolveremos el Consejo Nacional de la Producción y el apoyo a los medianos y pequeños productores; abriremos los estancos con productos nacionales básicos. Les restituiremos a los campesinos su verdadero valor como garantes de nuestra seguridad alimentaria; les diremos que haberlos convertido en peones de las transnacionales fue un error, como lo fue el que tuvieran que migrar a las zonas urbanas en busca de seguridad para su familia. Les aclararemos que volver a la tierra era un programa para del desarrollo agrario y no el entierro de su actividad.
Les restauraremos los ferrocarriles que se habían cerrado por imposiciones de los organismos  internacionales (había que quitarle responsabilidades al Estado y llenar las calles de camiones pesados operados por empresas privadas). Les devolveremos las calles debidamente reparadas sin concesiones de dudoso trámite, ni contrataciones amañadas, ni al arbitrio de grupos organizados para enriquecerse ilícitamente.
Nos disculparemos por la ofensa  a la dignidad ciudadana que provocó el memorando del miedo; convocaremos a sus redactores a que asuman su responsabilidad como ciudadanos y no como personas amparadas a la sombra del titiritero que manipula sus cuerdas. A uno lo rescataremos del Vaticano, con olor a santidad y al otro lo distraeremos como analista político en temas de ética pública. Les daremos la valentía suficiente para que digan a las órdenes de quién redactaron el tan tristemente célebre memorando.
Rehabilitaremos el Banco Anglo y haremos que cada uno de los pillos que lo quebraron honren sus deudas; les ofreceremos disculpas  a sus extrabajadores que se tuvieron que enfrentar al desempleo de un momento a otro, y a los muchos que se enfermaron al ver esfumadas sus esperanzas.
Les reintegraremos lo cobrado fraudulentamente por la deuda política y diremos quiénes son los testaferros de cada uno de los partidarios que se han enriquecido en nombre de las campañas electorales. Haremos que cada factura sea debidamente explicada, que cada asesoría haya sido ejecutada con resultados tangibles y que cada contrato haya pasado por los canales lógicos del control y de la ética.
Le devolveremos al fisco los dineros por asesorías pagadas fraudulentamente, o las que se hicieron con recursos del banco centroamericano y decidimos declararlos fondos de carácter privado. Identificaremos plenamente a los asesores y sus padrinos que se han enriquecido con la práctica de hacer poco y ganar mucho.
Reintegraremos  los dineros que se esfumaron por el desfalco Caja y Fischel, así como los del CONAVI, los del Fondo de Emergencias, los de la construcción de la trocha que bordea al río San Juan (daños ambientales incluidos), los de la reconstrucción de la platina sobre el río Virilla,  los de ICE-ALCATEL  y de todo aquel que haya sido tomado por la fuerza de la corrupción.
Explicaremos los alcances de lo que es comerse un capital en confites, de lo que significa una entrevista montada para hacer pasar como un pobre angelito al que no lo es; diremos el verdadero significado de para qué tractores sin violines; no volveremos a decir la frase de que somos un país de domesticados. Explicaremos el porqué de las inauguraciones de obra que nunca se comenzaron o las que se inauguraron sin haberse terminado. Diremos a quiénes estábamos tratando de cubrir con el proyecto de inmunidad perpetua.
Diremos quiénes somos los titiriteros.

  • Carlos Fuentes Bolaños (Médico-Escuela de Tecnologías en Salud y Salud Pública)
  • Opinión
Carmen LyraMilitantes del PCCR
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