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Guatemala nos dejó “chingos”

La presentación más pobre y ridícula de la Selección Nacional no pudo llegar en peor momento.

La presentación más pobre y ridícula de la Selección Nacional no pudo llegar en peor momento.
Una semana antes de enfrentar a El Salvador en el primer juego de la eliminatoria a Brasil 14, Costa Rica perdió 1-0 ante Guatemala en el Mateo Flores (Ciudad de Guatemala), partido en el cual la Tricolor actuó de forma desarticulada.
Costará mucho presenciar un partido más malo que este de parte de los discípulos de Jorge Luis Pinto. La paupérrima presentación frente a los chapines suma ribetes de drama y tragedia deportiva.
 
Si Costa Rica juega— si a eso se le puede llamar jugar— como lo hizo Costa Rica frente a Guatemala, no podría ganarle a nadie; a El Salvador es obligatorio ganarle el viernes 8 de junio en el Estadio Nacional, porque los cuscatlecos son el rival a doblegar en una cuadrangular donde México, que viene de derrotar nada más y nada menos que a Brasil, parece tener un puesto seguro para la segunda fase.
Este juego inicial de Costa Rica es el más relevante, ya que marcará la ruta a seguir. Si bien es cierto en el fútbol hay sorpresas, estas son mínimas.
Los grandes siguen siendo grandes: Argentina, Brasil y Uruguay dominan el cono sur; España, Inglaterra, Alemania e Italia son los amos del Viejo Continente. Casi no hay intrusos que pueden entrar a la élite.
Lo intentan Holanda, Francia, Rusia, Chile, Paraguay y Colombia, pero dominan los mismos. Sucede de la misma manera en nuestra área, una de las más pobres futbolísticamente hablando: Estados Unidos y México son los cocos; Costa Rica, Canadá y Honduras, los intrusos.
En una cuadrangular con México, El Salvador y Guyana, de la cual se clasifican dos para visar pasaporte a una hexagonal, México reserva su espacio y deja a ticos y cuscatlecos para que se disputen el segundo. Guyana es cenicienta que a alguno le hará de estorbo, de manera que el partido Costa Rica-El Salvador es determinante, casi que definitivo.
Pocas horas después de que Guatemala hincó a los ticos, Honduras aplastó a los cuscatlecos 3-0. Aunque, mal de pocos, consuelo de muchos.
CASTILLO SE CAYÓ
Antes de perder en Guatemala, la Selección Nacional amarró una larga serie de partidos sin conocer la derrota y sacó excelentes resultados en partidos amistosos contra rivales de mucho crédito, casos de España, campeona del mundo; Argentina, Gales, Venezuela e incluso la misma Guatemala.
El partido en Gales, sobre todo, ilusionó al público, porque Costa Rica logró presentar una formación que tenía todas las características de ser la que arrancaría la eliminatoria.
Keylor Navas en la portería; Heiner Mora, Michael Umaña, Roy Miller y Bryan Oviedo en la defensa; Randall Azofeifa, Michael Barrantes, Kenny Cunnninghan y Rodney Wallace en el mediocampo; y Bryan Ruiz y Joel Campbell en la delantera.
Lamentablemente, se lesionaron Mora, Cunninghan, Ruiz y de última hora, Azofeifa. Frente a Guatemala no se pudo repetir la formación exitosa de Gales, lo que sin duda quebró la idea de juego del equipo.
De hecho, la ausencia de Bryan Ruiz, nuestro futbolista más cotizado, parece dar señales de que resulta insustituible y que el técnico Pinto no halla la fórmula para suplirlo. El entorno está repleto de incertidumbre y dudas.
¿Cómo hacer que un equipo cambie radicalmente su juego una semana después? Lo que puede salvar a los ticos es una noche de inspiración, de esas que se juega contra las cuerdas. El futbolista costarricense gusta de reaccionar positivamente en momentos de agonía y angustia.
También, frente a El Salvador, puede salvar al equipo costarricense alguna individualidad. Quizá, Joel Campbell se decida a ganar el partido él, solo, tipo Messi con Barcelona.
Desde luego que el hecho de ser anfitrión, jugar en casa y con un estadio que estará a reventar, ayuda a la causa.
En diferentes publicaciones del Semanario Universidad, se ha seguido el paso a la Tricolor. El marco de optimismo que se pudo reflejar se ha nublado en buena parte por ese desastroso desenvolvimiento en Guatemala.
Lastimosamente, empezamos contra El Salvador de cero; se borraron todas las huellas de los fogueos previos. Los chapines dejaron a Costa Rica en paños menores, equipo que parte de la nada y sin saber hacia donde.
MALOS ALUMNOS
Los jugadores de la Nacional cuentan con un profesor excelente. Pinto es riguroso, detallista y exigente. Cuando se observa un desempeño tan mediocre y de tan baja calidad como el que exhibió la Tricolor ante Guatemala, la conclusión de la debacle se dirige al equipo, a los jugadores, que no saben cómo deshacerse de un pressing, que no saben jugar sin balón, que no se desmarcan y que no le ponen ganas.
Cuando el rival muerde la pantorrilla, respira en la nuca y aprieta al oponente, el futbolista costarricense tiende a esfumarse de la zona de conflicto y así no se puede ganar.
El Salvador hará exactamente lo mismo que Guatemala y es idéntico al juego de Honduras. Presión en la cintura; terminantemente prohibido dejar pensar a los ticos, talentosos y técnicos cuando juegan solos y con comodidad.
La receta de los seleccionados y equipos centroamericanos para limitar y romper a la Tricolor tiene nombre y apellido: presión y marca a rajatabla en la mitad del campo. Jorge Luis Pinto y sus jugadores lo saben, pero no pueden o no aprenden a resolver este viejísimo embrollo táctico, que mutila y limita al futbolista nacional.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
  • Deportes
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