A veces el nombre de una Universidad se asocia histórica y honrosamente al nombre de un Rector y viceversa.
En España, por ejemplo, la Universidad de Salamanca, a los nombres de Fray Luis de León y Miguel de Unamuno.
En América, en Santiago, el nombre de la Universidad de Chile, a Andrés Bello. 
En nuestro país, la Universidad de Costa Rica a Rodrigo Facio, Carlos Monge y Eugenio Rodríguez, en Heredia, la Universidad Nacional, al Padre Benjamín Núñez, y en Alajuela, la Universidad Técnica Nacional, a Marcelo Prieto.
Todos, con ciertas condiciones y características comunes, carácter, visionarios, cultura, intelectuales, pensadores y políticos.
Facio y Monge diputados constituyentes, Rodríguez y Núñez ministros, Prieto diputado, Presidente Ejecutivo del INA y Embajador.
Y es que el Rector tiene que orientar. Señalar caminos. Horizontes.
También se ha dicho que la Universidad debe ser conciencia crítica de la Patria. También el Rector. Universidad que no piensa deja de ser Universidad.      
La Universidad Técnica Nacional acaba de nacer en la administración Arias Sánchez con la inspiración y  liderato  de Marcelo Prieto.  Apenas está gateando. Y para bien o para mal -espero que para bien- nació grande, con cinco sedes en todo el país y con cerca de 8.000 estudiantes en carreras técnicas que tanto necesita el país.
 
Grandes retos financieros, académicos y de integración esperan a la UTN que exigen vigoroso respaldo político.
 
 Soy profesor en la Universidad Nacional y  no puedo votar en la UTN, pero como universitario, cuente, Rector Prieto, con mi voto.