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Un estudiante de secundaria era terriblemente malo en redacción. No importa cuánto practicaba ni cuántas horas pasaba con la ayuda de un tutor, no mejoraba sus redacciones. En realidad él no veía cuál era la importancia de tener que aprender a escribir bien. De todas formas, en su mente de adolescente, como su pasión eran los carros, iba a dedicarse a ser mecánico, y con herramientas en las manos, no era necesario redactar nada.
Finalmente un día, un tutor probó un abordaje diferente: le pidió a aquel muchacho que si tanto le encantaban los autos, que le escribiera algo a él describiéndole por qué le gustaban tanto. Esto fue lo que causó toda la diferencia. Se sintió emocionado de tener la oportunidad de compartir su pasión, y finalmente vio la ventaja de desarrollar la habilidad de escribir.
Muchas veces los docentes hemos asumido que el estudiante universitario está sentado en nuestra aula porque tiene suficiente pasión e interés por nuestro curso -sino, ¿por qué habría escogido esta carrera?-. Esto no es cierto en su totalidad: muchas veces (o la mayoría de las veces) el estudiante no sabe por qué está llevando un curso o de qué le va a servir. Solamente sabe que es obligatorio porque está en su plan de estudio. Pues hay que recordarse que los jóvenes de ahora (y siempre) tienen muchos otros intereses en la vida además de querer ser profesionales. Un interés muy común en ellos son las artes: la gran mayoría de las personas escucha música y muchos estudiantes han aprendido a tocar algún instrumento musical en mayor o menor medida. Viene entonces la pregunta obligada: ¿Podremos de alguna forma utilizar este interés en las artes para ayudar a desarrollar habilidades y adquirir conocimientos de igual forma como el colegial aprendió a redactar? Esta es la pregunta que decidimos hacernos en el proyecto de Acción Social en la Escuela de Ingeniería Eléctrica: ElectrizArte.
En agosto del 2010, alrededor de 30 estudiantes de Ingeniería Eléctrica y varios profesores nos propusimos dos cosas en ElectrizArte: utilizar la ingeniería para potencializar la percepción del arte y utilizar el arte para demostrar las capacidades de la ingeniería. Este segundo punto es también muy importante: el deseo de comprensión de los estudiantes es un factor muy motivador. En muchas carreras, se desconoce las actividades y las habilidades de los estudiantes, y en muchas ocasiones los mismos padres de familia tienen un concepto erróneo de lo que consiste la futura profesión de sus hijos. De ahí sale la necesidad de mostrarse ante la comunidad.
¿Cómo procedimos? Los estudiantes se dividieron en equipos, donde se diseñaron y construyeron proyectos electrónicos que reaccionaban con la música o producían música. El propósito fue realizar un espectáculo donde todo el equipo por utilizar fuera diseñado e implementado por los mismos estudiantes y además fueran ellos mismos los intérpretes. La actividad era totalmente extracurricular, no era parte de ningún curso ni se les daba ningún tipo de crédito académico. La motivación era sencillamente aprender bajo una guía sencilla de los profesores y por su cuenta. Efectivamente buscábamos que los estudiantes tomaran las riendas de su propia educación.
El espectáculo se realizó como parte del evento inaugural de la ExpoUCR en marzo del año pasado, y durante el verano de ese año, los estudiantes por su propia motivación estudiaron, investigaron, construyeron y resolvieron los problemas necesarios para lograr el objetivo.
Entonces ante la pregunta planteada arriba de que si podemos utilizar las artes para desarrollar habilidades necesarias de un ingeniero, la respuesta es un sí rotundo. No obstante, no quiere decir que sea fácil: en muchos lugares no hay cultura de participar en actividades extracurriculares, y la cultura usual es hacer lo posible para pasar un curso, y no de hacer lo posible para aprender de verdad.
ElectrizArte nos demostró que se puede despertar la pasión en los estudiantes, de que ellos pueden crecer académicamente por sí solos si se les motiva de la forma adecuada. Y finalmente nos indica que si queremos que ellos sean creativos y dinámicos en sus futuras profesiones, debemos ser los docentes, creativos y dinámicos en la nuestra.
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