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Encuesta revela que persisten brechas para integración de mujeres al mercado laboral

Guiselle Vargas labora en una empresa que se dedica a la venta de material para construcción en San José de la Montaña —Heredia—. La experiencia de esta administradora de empresas de 47 años ha sido difícil, ya que pasó todo el 2008 sin trabajo, debido a que la plaza en la compañía donde estaba fue cerrada.

Guiselle Vargas labora en una empresa que se dedica a la venta de material para construcción en San José de la Montaña —Heredia—. La experiencia de esta administradora de empresas de 47 años ha sido difícil, ya que pasó todo el 2008 sin trabajo, debido a que la plaza en la compañía donde estaba fue cerrada.
Ahora se encuentra lejos de su hogar y sus dos hijas de 26 y 16 años —quienes viven en Ipís de Goicoechea—, porque no le fue posible encontrar un lugar de trabajo más cerca.
Aunque su currículum es amplio por su experiencia en varias multinacionales, asegura que por su edad no se le tomó en cuenta y tuvo que aceptar un puesto por la mitad del salario que tenía antes. Considera que debe cuidar su trabajo muchísimo, para no volver a pasar por todo lo que sufrió mientras estaba desempleada.
“Nunca me han despedido, porque hiciera las cosas mal. No me sustituyeron, sino que cerraron las plazas. Me siento muy entera y puedo dar mucho”, comentó con seguridad.
Las dificultades también acompañaron a Kimberly Sandí, de 27 años. Esta joven es productora audiovisual y bibliotecóloga de la Universidad de Costa Rica, y además egresada del diplomado en Administración de Empresas de la Universidad Estatal a Distancia.
Al finalizar la práctica profesional en la primera carrera, empezó a buscar un espacio laboral sin resultado. El problema con el que se topó en repetidas ocasiones fue que, para ciertas ofertas de trabajo, tenía los atestados académicos, pero no la experiencia necesaria o estaba sobrecalificada.
Ocho meses después de enviar al menos un currículum diario a distintos lugares y hacer entrevistas hasta en call centers, le ofrecieron un puesto interino como bibliotecóloga en una municipalidad fuera de San José.
Sandí reconoce que espera encontrar algún trabajo independiente en comunicación que pueda combinar con sus labores actuales, para ejercer en la profesión que siempre deseó.
Mujeres profesionales, madres, jóvenes, con experiencia o sin ella, aún se topan con más con barreras para ingresar o mantenerse en el mercado laboral, en comparación con los hombres.
Esta es parte de la realidad que muestra la Encuesta Continua de Empleo, efectuada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y que abarcó del tercer trimestre del 2010 al primer trimestre del 2012, tomando como muestra 9024 viviendas por cada periodo.
Dicho estudio evaluó la dinámica del mercado laboral costarricense, luego de la crisis del 2008. Tras este hecho, las condiciones económicas, sociales y laborales se vieron muy afectadas, y en América Latina no se han alcanzado los mismos niveles en los mercados de trabajo previos al debacle.
DESPUÉS DE LA CRISIS
María Luz Sanarrusia, encargada de la encuesta, explicó que si bien es cierto la dinámica para hombres y mujeres es la misma —hay un crecimiento económico, pero no se generan suficientes empleos—, el género femenino tiene una tasa de ocupación menor.
Siete de cada diez hombres en edad de trabajar están ocupados, mientras que los números disminuyen con las mujeres, con cerca de cuatro de cada diez. La tasa de ocupación general es de 57%.
De acuerdo con la investigación, en el tercer trimestre del 2010 había más de 674 000 mujeres en puestos de trabajo. Para el primer trimestre del 2012, fueron cerca de 743 000. A lo largo de los siete periodos indagados, ese número ascendió y descendió; el punto más bajo fue en el segundo trimestre del 2011, cuando había casi 591 000 mujeres ocupadas.
Al mismo tiempo, el desempleo pasó en mujeres de 85 000 a 109  000 desocupadas al final de la encuesta.
Así, en el género femenino se repite la dinámica de la población en general; la economía crece, pero también la demanda de trabajo, y el mercado no puede absorber a todas esas personas, ya que no hay suficiente oferta.
En el primer trimestre del 2012, dentro de las mujeres desempleadas, más de 92 000 contaban con experiencia y cerca de 62 500 no tenían trabajo por razones del mercado y cierre de actividades propias (quiebra de la empresa, traslado, restructuración o recorte de personal, fin de trabajo ocasional o estacional, renuncia obligada o pactada, fin de contrato, entre otras razones).
Igualmente, casi 30 000 estaban desempleadas por razones personales (renuncia voluntaria, incapacidad prolongada, jubilación o malas relaciones laborales) y más de 16 000 por carecer de experiencia.
María Elena González, coordinadora del Sistema de Estadística Nacional y asesora de la encuesta, comentó que la mujer tiene una condición particular: entra y sale de la actividad económica con mucha mayor movilidad que en el caso de los hombres.
Esta situación se debe a que como el sistema les asigna la responsabilidad del cuido de los hijos, cuando se requiere, ellas son las primeras en salir del mercado laboral para dedicarse a esas otras actividades (ver cuadro aparte: “La mujer se está especializando”).
Agregó que las personas jóvenes también son otra población muy afectada, porque les resulta más difícil integrarse a la fuerza de trabajo.
La recuperación económica provocó que muchas personas que no estaban trabajando decidieran buscar un empleo, al ver que las circunstancias mejoraban; entonces, el mercado absorbió una parte importante del sector con capacidad de laborar, pero no lo logró en su totalidad, por lo que el desempleo aumentó.
 






Datos en breve
Encuesta Continua de Empleo

· Periodo de análisis: III Trimestre del 2010 al I Trimestre del 2012.
· Tasa de ocupación general: 57%

-Hombres: 70%.
-Mujeres: 42%.

· Población de mujeres: 2 289 047.
· Fuerza de trabajo femenina (I Trimestre 2012): 852 626.

-Ocupada: 743 474.
-Desempleada: 109 152.

· Desempleo general: de 8.6% a 10.4%.

 


María Luz Sanarrusia, encargada de la encuesta:
“La mujer se está especializando”
Según la encuesta, la condición de ser mujer la hace entrar y salir de la actividad económica, a diferencia de los hombres ¿Por qué se da esta situación?
—La mujer tiene muchas responsabilidades en el hogar y con su familia. En la mayoría de los casos, no es el sostén principal del hogar; entonces, ante emergencias, es la primera que sale del mercado. Las mujeres se retiran del mercado y vuelven; son como una oferta potencial.
Ya el 70% de los hombres está ocupado, y en la encuesta se ve una tendencia a que empiece a aumentar la contratación de las mujeres a partir del tercer trimestre del 2011; no son las mujeres a las que están contratando más, pero sí están aumentando el dinamismo en el mercado.
¿Puede ir este hecho en detrimento de la mujer, puesto que no es muy sencillo estar entrando y saliendo del mercado laboral, porque no siempre habrá empleos para que entren de una vez?
—La mujer se está especializando. Dentro de las ocupaciones calificadas, ocupa un puesto alto en enseñanza y cuestiones de salud; son actividades generadoras que más mujeres estudian.
Hay dos extremos, mujeres muy estudiadas o que no tienen ningún tipo de estudio ni especialidades, entonces a las segundas les cuesta más ubicarse. Muchas se ubican como empleadas domésticas y servicios en los hogares.
En el 2011, cuando se incrementó la economía, aumentó la actividad y fue más significativo en las mujeres, donde se percibió un cambio de nivel.
Los jóvenes de 15 a 24 años se ven con menor oportunidad de conseguir empleo; quizás buscan, pero no encuentran. Hay que asociarlo con el nivel educativo, que es bajo, muchas con secundaria no completa.
¿Cuál es la perspectiva a futuro de acuerdo con los resultados de esta encuesta?
—El empleo se está recuperando; la reactivación económica hace que el empleo también se recupere; hay más posibilidades de tener más personal o más trabajadores.

  • Nathalia Rojas Zúñiga 
  • País
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