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Costos y burocracia impiden a migrantes normalizar condición

Ex Relatora ONU: “Hay una nueva ola de migrantes y refugiados por crimen y narcotráfico”.

Ex Relatora ONU: “Hay una nueva ola de migrantes y refugiados por crimen y narcotráfico”.
María es una nicaragüense arraigada en Costa Rica y requiere regularizar su situación migratoria y la de dos de sus hijos. Tras la emisión de los transitorios por parte de la Dirección General de Migración y Extranjería, buscó aprovechar las ventajas puestas a disposición por el Estado costarricense. No obstante, los altos costos, tanto aquí como en su país de origen, donde trabas burocráticas retardan la emisión de documentos, como cédulas, pasaportes y partidas de nacimiento, la tienen varada. Sólo en la actualización de su residencia ha debido invertir unos $600, incluyendo los gastos por viajar hasta Managua.
Este es parte del drama que viven miles de nicaragüenses radicados en Costa Rica y que por diversas razones se encuentran en una situación migratoria irregular. Los reglamentos para facilitar la normalización del estatus migratorio de unos 100.000 extranjeros radicados en el país entraron en vigencia el pasado 17 de mayo. Ya pasaron más de dos meses y apenas quedan cuatro para que expiren.
 
Los problemas que enfrentan en materia migratoria los nicaragüenses radicados en el país fue el eje central del primer encuentro binacional de organizaciones civiles por los derechos de la población migrante y refugiada que se realizó en las instalaciones de la Iglesia Luterana, en Paso Ancho, los días 28 y 29 de julio.
Durante el encuentro, diversas redes y organizaciones de ambos países dedicadas a apoyar y  defender a migrantes y refugiados nicaragüenses analizaron  las ventajas y problemas de los transitorios, y de las dificultades en la misma Nicaragua, ante lo que consideraron poca colaboración de las autoridades vecinas para con sus conciudadanos residentes en Costa Rica. (Nota aparte: Centroamérica vive nueva ola migratoria por violencia criminal, denuncia experta).
“Aquí de lo que se trata es de defender los derechos humanos de las migrantes nicaragüenses, que puedan estar legalmente y no queden expuestos a la explotación de los empleadores”, dijo a UNIVERSIDAD Gabriela Rodríguez, ex Relatora Especial de Naciones Unidas para los Derechos de los Migrantes, y quien coordina en el país el Centro Internacional para los Derechos de los Migrantes (CIDEHUM).
Rodríguez se quejó de la “poca colaboración” del gobierno de Nicaragua con sus conciudadanos residentes en Costa Rica y de la burocracia y lentitud en la  emisión de documentos.
“Hay que recordar que los migrantes son una enorme fuente de remesas que ayudan a las economías de los mismos países de donde son originarios estos extranjeros”, dijo Rodríguez.
Por ejemplo, explicó que Nicaragua no ha puesto en ejecución la Convención Internacional de la “Apostilla”, recientemente adoptada por Costa Rica, y que facilita la tramitación de documentos para extranjeros y empresas, sobre la base de acuerdos internacionales.
“Esto implica que muchos nicaragüenses tengan que viajar hasta su país para refrendar documentos emitidos por su propio gobierno, lo que aumenta los costos y significa una pérdida de tiempo y complica la tramitología”, advirtió la experta.
La reglamentación a la ley de Migración, del 2010, incluye cuatro transitorios con igual número de categorías para extranjeros con cédula de residencia vencida a partir del 2003.
Las categorías cobijan a padres o madres extranjeros con hijos menores de edad nacidos en el país, o menores extranjeros residentes, adultos mayores, discapacitados, así como a las empleadas domésticas y trabajadores agrícolas.
Las redes sociales de los dos países abogaron porque se amplíe el beneficio a otras categorías laborales, para que muchos nicaragüenses que desempeñen otros oficios, como en servicios de seguridad, queden cubiertos.
El costo de estos trámites en Migración oscila entre $99,5 y $183,5, según la respectiva categoría.
“Facilitar estas tramitologías evita también la participación de intermediarios (gavilanes) que se aprovechan de la ignorancia de la gente para hacer su agosto”, comentó Rodríguez.
Marta Cranshow, dirigente de la red de apoyo a los migrantes nicaragüenses, clamó también por que se facilite la agilización en ambos países y así permitir la regularización migratoria de miles de nicaragüenses residentes en territorio costarricense.
“Estamos por la defensa del ser humano y este es un tema de carácter binacional”, dijo la activista a UNIVERSIDAD.
“El tema migratorio es muy interesante porque siempre es interdisciplinario, implica un país de origen y otro de destino o de tránsito, no es de una sola vía”, puntualizó por su parte la ex Relatora de la ONU.
“Somos países hermanos, debemos dejar de lado los problemas de los Estados y de los políticos (como el diferendo fronterizo) y pensar más en los seres humanos, por eso urge que estemos unidos”, añadió Cranshow, quien preside en su país la Red Civil para las Migraciones.
Una nicaragüense habitante de La Carpio, con más de 20 años de residir en Costa Rica, dijo que buscan también respaldo para que se les solucione problemas de vivienda y de servicios en esa barriada marginal ubicada en el oeste de la capital.
“Esta es una patria que no nos pidió venir, sino que venimos en busca de mejores horizontes, por eso no tenemos diferencias con nuestros hermanos costarricenses, y en muchos casos formamos una sola familia”, dijo, con tono grave, Alva Luz Álvarez.
En el país residen casi 386.000 extranjeros, el 74% nicaragüenses, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
 

 
Denuncia de exrelatora de Naciones Unidas
Violencia criminal provoca oleada de migrantes
Cuando se celebraron los 25 años de los acuerdos centroamericanos de paz, que terminaron con las luchas armadas en el istmo, el fantasma de la violencia acecha de nuevo a la región, esta vez por la incursión del crimen organizado y el narcotráfico.
Esto provoca nuevas oleadas de migrantes y refugiados “invisibles”, según denunció la ex Relatora de las Naciones Unidas Gabriela Rodríguez.
A continuación un extracto del diálogo con nuestro Semanario:
¿Cuáles son los nuevos problemas que afectan a los migrantes y refugiados en Centroamérica?
–  Hay un gran problema con el fortalecimiento del crimen organizado y el narcotráfico en los países del istmo. Estamos entre Colombia y la región andina y México. Somos una zona de países pobres y de tránsito de drogas, hay armas que vienen del norte hacia abajo. Esto ha generado un incremento de la violencia en  los países del triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) con un dramático aumento de los homicidios.
Antes, a la gente que salía por razones políticas se les llamaba refugiados. La que ahora es amenazada por la mara o la pandilla o  que se niega  a colaborar con el narcotráfico, ¿cómo se les llama?
Ya no hay comunidad internacional como había en el caso de Colombia cuando recrudeció el conflicto entre Estado y guerrillas.
¿Se trata de una nueva clase de refugiados?
– Sí, es una nueva clase que le llamamos de desplazados forzados. Por lo tanto, es una nueva huida del crimen organizado y esto urge la atención de la comunidad internacional.
¿Existen cifras?
– Las cifras son difíciles de determinar porque son absolutamente engañosas. Hay una intencionalidad de que no haya cifras. Hay una emergencia humanitaria, hay muertos, violencia, en todos los países, incluso en Costa Rica. El índice de homicidios en Honduras y Guatemala es uno de los más altos del mundo por cada 100.000 habitantes. Hay más muertos ahora que cuando era la guerra en Centroamérica. Antes era una guerra focalizada y ahora la gente huye porque le mataron ya varios miembros de su familia. ¿Dónde está la comunidad internacional? Se trata de una migración circular y desplazamiento forzado por el crimen organizado.

  • Ernesto Ramírez 
  • País
GuerrillaViolence
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