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La formación académica de los profesores en la Escuela de Medicina

En 1961 iniciaron los estudios los primeros estudiantes de medicina en nuestra antigua facultad, que por asuntos meramente políticos fue transformada posteriormente en escuela, cambio que le dio algunas ventajas, pero creo que fueron más los problemas que se empezaron a gestar  y que los que estamos sufriendo en este momento.

En 1961 iniciaron los estudios los primeros estudiantes de medicina en nuestra antigua facultad, que por asuntos meramente políticos fue transformada posteriormente en escuela, cambio que le dio algunas ventajas, pero creo que fueron más los problemas que se empezaron a gestar  y que los que estamos sufriendo en este momento.
Es la segunda escuela en tamaño en cuanto a número de profesores y estudiantes, solo superada por la de Estudios Generales. Cualquier día de clases, no menos de 1000 estudiantes pueblan nuestras aulas y pasillos. En ciencias básicas, se imparten cerca de treinta cursos propios y de servicio a otras unidades académicas, todos ellos con sus respectivos laboratorios de alta complejidad como anatomía, fisiología y bioquímica. Asimismo, cada semestre recibimos solicitudes de apertura de nuevos cursos, los que tenemos en ocasiones que rechazar por falta de recursos humanos y de infraestructura.
La formación del personal docente es un problema que hemos tratado de solucionar en los últimos años. Una de las  particularidades de la Escuela de Medicina, es que la gran mayoría de los profesores en el área clínica, al laborar tiempo completo en la CCSS y por asuntos meramente legales no pueden ser nombrados más de ¼ TC a pesar de que los estudiantes son atendidos por ellos más de ese tiempo. Esto crea una dificultad a la hora de la formación docente, ya que desde siempre y más en estos momentos de crisis en la CCSS, es casi imposible conseguir permisos para realizar estudios de maestría o doctorado en el extranjero por 2 o más años. Por otro lado, conseguir las becas en la universidad para profesores nombrados menos de ½ TC es casi imposible.
Así, los profesores con grado de maestría o doctorado en medicina son escasos. Para empeorar el asunto, los salarios de la CCSS en estos momentos son muy superiores a los que se devengan en la UCR, por lo que son pocos los médicos con 1TC nombrados en Medicina.
En este semestre, gracias al trabajo tesonero del personal docente y administrativo,  hemos sacado a concurso y asignado en propiedad 65 plazas de profesores en las áreas clínica y básica. Es la primera vez en la historia de la escuela que esto se hace y esperamos paliar parte del interinazgo que tanto daño les ha hecho a las instituciones públicas y a la Universidad en particular, y estimular así a los profesores para su ascenso en régimen académico.
Por otro lado, con el trabajo incansable de algunos docentes, se abrieron hace dos años las maestrías académicas en Ciencias Morfológicas y en Ciencias Neurológicas, dando prioridad para inscribirse a médicos y otros profesionales de la salud que laboran en clínicas y hospitales y son profesores nuestros.
Esperamos que en los próximos dos años tengamos al menos 10 nuevos docentes con grado de maestría engrosando las filas de nuestro personal académico. En estos momentos se discute en el seno del SEP la ampliación de estas maestrías con la creación de la Maestría en Ciencias Médicas, la que tiene como uno de sus objetivos ofrecer a los médicos que realizan una especialidad en el programa del SEP/CENDEISSS, la oportunidad de obtener una maestría académica con énfasis en su especialidad (cirugía, medicina interna, cardiología, etc.). Hemos sabido que algunas autoridades universitarias se han opuesto a esta iniciativa con argumentos muy débiles. Todo lo hecho por el hombre es perfectible, porque contiene errores, pero con buena voluntad se pueden enmendar las falencias.
Porque por un lado algunas personas  critican a la escuela por la falta de docentes con grados académicos de maestría y doctorado, pero al tratar de solucionar este problema nos enfrentamos con posiciones obstruccionistas y para nada constructivas. Hacemos un llamado a las autoridades universitarias a apoyar estas iniciativas de nuestra escuela,  para poder mantener la excelencia académica que ha sido el norte que siempre nos ha impulsado.

  • Ricardo Boza Cordero (Director Escuela de Medicina)
  • Opinión
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