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En la perspectiva de defender el monopolio estatal de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) como una institución del Estado social costarricense, el Sindicato de Trabajadores Petroleros, Químicos y Afines (SITRAPEQUIA) no duda en apoyar el proyecto de ampliación y modernización de la refinería de Moín.
Esta obra la realizaría SORESCO, empresa conjunta de RECOPE y la petrolera estatal china CNPC. Un plan que permitirá al país enfrentar mejor la especulación con los precios del combustible y garantizar el suministro con la calidad requerida, según afirmó el secretario general del sindicato, Gilbert Brown, en entrevista con UNIVERSIDAD.
Don Gilbert, ustedes apoyan el proyecto de la nueva refinería, a pesar de que se ha criticado que por su tamaño esta no es competitiva, y que los costos de la falta de rentabilidad seguramente se van a trasladar al consumidor en los precios de los combustibles. ¿Qué dicen a esto?
-No. Ahí tenemos las estadísticas de las refinerías como la que se pretende, que es de 65.000 barriles de crudo. Puede haber 80 o 100 refinerías de esas en el mundo y no están produciendo ninguna pérdida. Lo que no están viendo algunos sectores, o lo están viendo y no les parece bien, es el tema del estado social. RECOPE ha abastecido el país por 50 años y lo ha hecho bien. Este es un monopolio natural. O lo tiene el Estado o lo tienen los privados. Nosotros lo hemos tenido por casi 50 años, y aun con la refinería pequeña, sin ni siquiera refinar todo lo que consume el país (unos 40 barriles diarios), nosotros tenemos los mejores precios de Centroamérica y de muchos países de América Latina, según la CEPAL.
¿Y por qué el país debe mantener el monopolio estatal?
-Como defensores del monopolio a nosotros lo que nos interesa es que el monopolio estatal sirva para garantizar el abastecimiento a futuro, y que tengamos productos de acuerdo con la calidad que requiere el país. Teniendo la Refinería la podemos adaptar a la calidad requerida y además garantizamos el abastecimiento del país.
¿Qué pasa en estos momentos? Hay una crisis en Medio Oriente y los precios suben, en lo que tienen que ver mucho las transnacionales, porque ellas y los especuladores de Wall Street controlan los precios en el mercado. Y de cómo vaya la economía mundial depende muchísimo cómo se puede jugar en el tema de la especulación con el petróleo. Eso lo vimos hace unos tres o cuatro años cuando el precio se disparó y lo tuvimos a $130-$140 el barril, lo que para el país representaba una factura petrolera de casi $4.000 millones (¢2.000.000 de millones). Intervienen los gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, llaman a cuentas a las transnacionales, porque estaban golpeando la economía mundial. Hoy la factura petrolera en Costa Rica está en $3.000 millones (¢1.500.000 millones). Si hubiéramos tenido la refinería nosotros no pasamos por ese problema.
Pero no somos un país petrolero, los vaivenes del precio no los controlamos tengamos o no refinería…
-Es que una cosa es la especulación con crudo y otra la especulación con productos terminados. Lo que hay más es la especulación con los productos terminados. Si nosotros lográramos abastecernos con gobiernos amigos de América Latina, como antes se hacía dentro del Pacto de San José, con el que nos abastecían Venezuela y México, y si contamos con la refinería obtendríamos lo que procesamos a la medida que quiere el consumidor nacional. Entonces entre el precio del crudo y el precio de los productos terminados, que es en lo que se ha estado especulando, hay un margen importante que le permitiría al país lograr grandes ahorros. Ese es el tema.
Economistas han dicho que el estudio de prefactibilidad contiene errores y no es fiable porque lo hizo una firma ligada a la empresa china interesada en el proyecto, y no hay garantía de que se obtenga el margen de refinación que se ha calculado, por lo que si hay pérdidas serán cargadas a los precios de los combustibles.
-Ese estudio lo revisó la empresa Worley Parsons, que es una empresa de renombre mundial, y ellos están diciendo que se puede lograr una tasa de rendimiento de 19,2%, mientras que los chinos hablaban de 16%. Eso lo volvió a revisar la Honeywell, que es la empresa que había hecho algunos señalamientos, y ahora dice que está bien. Así que el tema no está por ahí.
Como sindicato no les preocupa que la nueva refinería, con tecnología moderna, vaya a ocupar menos mano de obra?
-No, no. Lo que se ha proyectado son mil empleos nacionales y 400 chinos para la construcción. Acuérdese que va a ser tecnología china y tecnología norteamericana, desde luego que tenemos que traer la gente que sepa de eso. Luego, la refinería ya lista la opera RECOPE.
¿No es que la maneja SORESCO y se la alquila a RECOPE?
-No, SORESCO construye y RECOPE se la alquila (mediante el mecanismo de alquiler operativo con opción de compra en 15 años), porque RECOPE buscó un aliado económico con el fin de financiar los $1.300 o $1.400 millones que cuesta la refinería, y no hay capacidad en el país para esto. Recuérdese que el único que puede operar refinería aquí de acuerdo con la ley es RECOPE.
¿La actual refinería se desecha o se utilizará con la nueva?
-Se conectaría con la otra. Hay unidades que modificándolas van a permitir ponerlas a producir, porque tenemos una refinería de 25.000 barriles al día, pero lo más que habíamos logrado procesar era 18.000. Entonces con algunos cambios llegaríamos hasta 25.000.
¿Cuántos trabajadores tiene actualmente RECOPE?
-Son 1.650 más o menos. En Limón, donde las actividades no son solo refinación, hay unos 600 de los que 200 son de la parte operativa de refinación. Hay un acuerdo de que a los operativos y de mantenimiento tienen que darles capacitación por año y medio y algunos tendrán que ir a China.
Además, para la parte operativa se requiere un reempleo de 200 trabajadores más. Y es que el sindicato puso sus reglas de juego para apoyar esto. Primero, que se respete el monopolio. Segundo, que la actividad sirva para favorecer al país en cuanto a calidad y precios. Tercero, que en una localidad necesitada de empleo como Limón, los empleos nuevos sean para gente de Limón.
Algunos dicen que este es un mal proyecto porque es una apuesta por la quema de hidrocarburos que están en vía de agotarse y en 20 o 30 años no habrá más, y una inversión tan grande debería hacerse más bien en el desarrollo de nuevas fuentes de energía…
-Lo que sucede es que habrá petróleo por 30 o 35 años más.
¿Por 30 años se justifica esa inversión?
-Es que este proyecto tiene también la parte de biocombustibles y RECOPE ha hecho contrataciones con otras empresas para el desarrollo de otros combustibles. Por ejemplo, con la empresa de Franklin Chang (Astra Rocket) tiene proyectos para desarrollar alternativas, hidrógeno y todas esas cosas.
La realidad es que hoy todos los países serios del mundo andan buscando cómo garantizar su abastecimiento de petróleo ante la crisis internacional que hay. Brasil está construyendo en este momento cuatro refinerías para su consumo local. En América Latina hay países que han hecho la apuesta de la exploración petrolera. Brasil ha encontrado grandes yacimientos, está toda la faja del Orinoco (Venezuela) y el petróleo de Ecuador, Colombia y otros.
Pero a diferencia de ellos nosotros no producimos petróleo, tendremos que importar petróleo al precio que nos lo quieran vender.
-Aquí es donde viene el tema de hacer acuerdos de gobierno a gobierno como hubo con el Pacto de San José.
¿El sindicato no tiene problemas con la transparencia de la negociación de este proyecto? Se critica que es una enorme inversión con fondos públicos, manejada por SORESCO, sin que pase por el tamiz de la aprobación en la Asamblea Legislativa.
-Todo lo que se está haciendo tiene que ir a la Contraloría General de la República (CGR).
¿Eso les satisface?
-Como sindicato nos satisface, porque apostamos a la transparencia del proyecto, y para nosotros una entidad como la CGR nos merece todo el respeto, y que sea realidad ese proyecto.
RECOPE tiene 49 años de abastecer el país. Como en cualquier empresa surgen en el camino problemas, pero no es la constante que ha habido. El país no se ha visto sin hidrocarburos ni un solo día en esos cuarenta y tantos años. O sea, que hemos abastecido el país. La posición sindical es que efectivamente con el esfuerzo de los técnicos nacionales podemos garantizar una actividad de hidrocarburos que es estratégica para la economía, y que dependiendo de cómo se maneje puede destruir la economía de un país.
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