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López Quintás: Una interpretación lúdico-ambital de una obra

Para poder entender una obra literaria o artística en general, hay que considerarla no como un objeto independiente, sino como algo que se abre a más de un tipo de relaciones con el espectador.  En su libro, Literatura francesa del siglo XX, López Quintás (2011) expone un método de análisis que considera a la obra literaria como una realidad que puede entrar en contacto e interactuar con el espectador.

Para poder entender una obra literaria o artística en general, hay que considerarla no como un objeto independiente, sino como algo que se abre a más de un tipo de relaciones con el espectador.  En su libro, Literatura francesa del siglo XX, López Quintás (2011) expone un método de análisis que considera a la obra literaria como una realidad que puede entrar en contacto e interactuar con el espectador.
López (2011) define los niveles de realidad, cuyos primeros dos órdenes se refieren respectivamente a los objetos, que son independientes y manipulables, y a los ámbitos como “realidades abiertas” (López, 2011, p.113).  Tanto las personas como las obras literarias pertenecen a este grupo, pues son capaces de compartir realidades, y conformar así, más que meros objetos materiales.
Por tanto, una obra literaria no tiene que ser una fiel reproducción de los hechos, sino más bien “plasmar ámbitos de la vida” (López, 2011, p.55).  El autor de la obra transmite su relación con la realidad y la tarea del lector es rehacer esta realidad.  Toda obra literaria es un mundo con sus propias leyes, pero al fin y al cabo, es un mundo dentro de otro  (Starobinski, 1974, pp.16).
Para interpretar una obra literaria hay que conocer la actitud que tenía el autor hacia la vida, ello define los ámbitos que se dan dentro de la obra, mejor que cada acontecimiento en particular. No hay que aferrarse a los acontecimientos como si tuvieran un significado fijo, sino que hay que entender su sentido según el contexto, en su segundo plano de realidad. Los objetos no definen el entorno, sino “una trama orgánicamente trabada de ámbitos” (López, 2011, p.94).
Al hacer una reflexión sobre una obra, hay que apartarse de ella, y hacer un recorrido en torno de esta. No se puede encasillar el significado de una obra con reglas o dominios, sino que su valoración debe de ser posterior a la interpretación de la relación de sus ámbitos con la realidad, que es cambiante (Starobinski, 1974, pp.18-19). La interpretación de una obra literaria requiere analizar más allá de lo que primeramente se nos descubre al acercarnos, requiere penetrar en ella para comprender el espíritu del autor, es decir, realizar una interpretación filosófica. (López, 1977, 14).
Una obra literaria es más que una simple suma de hechos. Así como en la vida, las personas son en sí mismas una red de realidades que tienen su propio mundo y se relacionan con otros, así las obras literarias son la puerta a una realidad que el autor comparte con el lector, y este lo que debe hacer es saber interpretarlo, no por su apariencia, sino por su sentido.
Referencias: López Q. (2011). Literatura francesa del siglo XX: Sartre, Saint-Exupéry, Camus, Anouilh, Backet. 1 edición. San José. Editorial promesa. Pp 17-118.  López Q. (1977). Estética de la creatividad. Madrid.  Édiciones Cátedra.  PP 11-19. Starobinski. (1974). La relación crítica. Madrid. Taurus Ediciones. Pp 9-27.
(*) José Rafael Arce Gamboa, Julio Quirós, Vladimir Carmona, Jimena Muñoz, Yenli Zhong, Daniela Bulgarelli, Ana Cecilia Mora.
Estudiantes de Introducción a la Literatura Francesa, UCR

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