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Del costarricense ingenioso al inca

Conforme empeora nuestro país merced a los ineptos que nos “gobiernan” desde hace décadas, con corrupciones descaradas, desaguisados vergonzosos (isla Calero), ineficiencia absoluta (la platina), remendar un hueco, planificar una trocha, o acabar la pobreza, inseguridad, narcotráfico, prostitución, deudores de la Caja, me pregunto ¿qué pasó con aquellos costarricenses preclaros, honestos, responsables, honrados e ingeniosos de otrora?

Conforme empeora nuestro país merced a los ineptos que nos “gobiernan” desde hace décadas, con corrupciones descaradas, desaguisados vergonzosos (isla Calero), ineficiencia absoluta (la platina), remendar un hueco, planificar una trocha, o acabar la pobreza, inseguridad, narcotráfico, prostitución, deudores de la Caja, me pregunto ¿qué pasó con aquellos costarricenses preclaros, honestos, responsables, honrados e ingeniosos de otrora?
¿Dónde, cómo y por qué se nos desarmó la carreta y se nos desarticuló el país? La vida cambió, la población aumentó y la “modernización” que, como canonizar un santo, comprar un Nobel o canjear la soberanía por un estadio, nos sale muy cara, nos pasó factura. Fallan muchas cosas: la educación; falta de patriotismo, valores cívicos, éticos, intelectuales, morales y humanos. Fallan muchos políticos que, de servidores, se convirtieron en estafadores y ladrones nacionales con inmunidad y pasaporte diplomático, hábiles saqueando al Estado y vendiendo nuestra soberanía y democracia (tratados injustos: TLC con USA. y China: esclavista, sin derechos humanos). Falla el pueblo agachado…
Se nos derritió el país cuando los hijos de algunos caudillos convirtieron el Estado en piñata. Cuando Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana olvidan su filosofía y despellejan al pueblo: estoico, pusilánime y acobardado. Cuando los ciudadanos desilusionados se abstienen de votar, cambian su voto (inconscientes) por un almuerzo o por un puesto: diputado, embajador, cónsul, ministro, gerente, asesor, magistrado, contralor, fiscal, maestro, misceláneo, soplapelotas o “notables”…
La chancha torció el rabo cuando muchos votantes empezaron a poner indignamente la mano (o partes íntimas) por una dádiva, como suelen hacer nuestros gobiernos que siempre salen a “pordiosear” como mendigos… La vaca se paseó en la olla de leche cuando creímos que el tico nació para los “negocitos”, la oficina, “llevarla del cuello” y rascarse “aquello” sin sudarse. ¡Ah! pero la sarna que infectó al perro provino de la costumbre “chacalesca” de revolcarse en la carroña, reciclando los mismos políticos deficientes desde hace cuarenta años: “burros” y serviles acomodaticios… ¿Qué luz podría tener esta noche interminable, si los compadrazgos convierten al ratero en héroe, mientras buena parte del pueblo se masturba todo el día, robotizada, con un celular (o redes sociales, en horas laborales) vive del opio futbolero o del “libertinaje sexual”?
¿Por qué aquellos próceres valientes y costarricenses ingeniosos, se arralaron hasta el borde de la extinción, degenerando en un tico mojigato, domesticado, hipócrita e inepto, que baja las orejas y pretende “arreglarlo todo” con el chiste sarcástico y el choteo artero?… Y buscando el adjetivo que mejor califique a esta sociedad decadente (pueblo, empleados estatales y políticos), recuerdo una anécdota:
Sucedió en Cuzco (Perú, 2001): majestuosa ciudad con diseño de Puma, testimonio del imperio mágico de los Incas. Estando en el templo del Sol y la Luna: ejemplo de la arquitectura antisísmica inca, a cuyo lado los españoles levantaron la iglesia a Santo Domingo, la guía señalaba que las piedras labradas por el brazo indígena se ajustan perfectamente y, sin ninguna argamasa, mantenían su posición original pese al tiempo y los temblores… “Pero observen –añadió señalando un descompuesto muro, construido por los españoles- las piedras utilizadas son las mismas pero, aunque fueron unidas con argamasa, no han resistido… ¡Por eso decimos- concluyó orgullosa- que el templo al Sol fue construido por los Incas y este católico, por los inca-paces!”
¡Inca-paces! Como: autopistas del sol, la Asamblea, Tribunales de Justicia, o quienes (hace unos años) cercenaron las alas del ángel marmóreo que lució nuestro Teatro Nacional, para bajarlo y protegerlo de la lluvia ácida. “¿Pero si hace cien años (1897) nuestros cafetaleros la subieron ahí sin las sofisticadas grúas de hoy?” –repliqué en vano… Sí, somos inca-paces: de gobernar, solucionar una platina, planear un camino, dialogar, legislar, construir, velar por lo patrimonial, pensar, replantearnos el futuro, respetar y aplicar la ley, educar, ser honestos o romper las cadenas del conformismo, la frustración y el determinismo.
Pero, la medalla de oro a la incapacidad es para esta administración. A falta de ingenieros y ministros responsables y creativos, no sólo olvidaron soltar un burro que instintivamente señalara por donde debía ir una trocha (y una Patria), sino que cambiaron el asno por una mula… que sólo sabe recular.

  • Domingo Ramos A. (Escultor)
  • Opinión
DemocracyNational Liberation
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