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Como ya es costumbre y por Convención Colectiva de trabajo se debe realizar la negociación de reajuste de medio periodo; para esta ocasión los cambios en la administración hicieron que se empezara un tanto tardía. Lo cierto es que la costumbre de los últimos años se repite: el mecanismo de negociación del Capítulo tercero Artículo seis de la Convención Colectiva deslegitima cualquier negociación hasta que el mentado índice de precios al consumidor (IPC) supere el 5%.
En esta oportunidad, la nueva administración de esta Universidad disminuyó la propuesta y el nuevo banquero ofrece la módica suma de un pinche 0% de medio periodo y un 4% para el año 2013 y un 1% en julio del 20013, esto como negociación de medio periodo. ¿Hacemos o no hacemos trato?
Para tomar una decisión, debemos tomar en cuenta ciertas variables, todas dignas de consideración.
Primera variable por considerar: los actores en esta negociación, por un lado los representantes de los nuevos banqueros, los cuales predicaron mantener la política de salarios justos para sus trabajadores y, por otra parte, el SINDEU, formado por más de mil ochocientos afiliados y afiliadas, los cuales llenan los salones en las fiestas vaqueras del día del padre y la madre y de fin de año; sin embargo, en las asambleas del SINDEU asiste un reducido número de afiliados, casi en su mayoría de la sección de mantenimiento y construcción; el resto es una población que goza del confort de las oficinas y de los pluses de dedicación exclusiva de altos salarios, al ser en su mayoría profesionales tecnócratas de un poder alienante.
Segunda variable por considerar: la pésima negociación del FEES de la administración pasada, la cual cercena los recursos con que cuentan las universidades, más que todo en lo que se refiere a salarios y congelamiento de plazas, políticas implantadas desde la cúpula neoliberal del gobierno de turno, el cual ha atacado a la clase trabajadora en todos los ámbitos, sin importar la supuesta autonomía universitaria.
Por último, una tercera variable, nueva en la palestra política universitaria y con disfraces más sutiles, una propuesta que plantea la administración del nuevo banquero: “enriquecer la negociación con propuestas encaminadas a mejorar el bienestar integral de los y las trabajadoras, por ejemplo, mediante el fortalecimiento de los servicios de salud para los y las funcionarias o del servicio de guardería para sus hijos e hijas” (negociación salarial 2012-2013, Vicerrectoría de Administración, mensaje del 31 de agosto 2012 ). Esta propuesta en especie deja de lado la negociación tradicional del dinero y ofrece a cambio el bienestar en salud y el cuido de la niñez universitaria, ya que lo pactado en la Convención Colectiva sobre desarrollo de personal y carrera administrativa (art.14), carrera profesional (art.15), centros infantiles (art. 48) no cuenta, no importa o es letra muerta; y ahora la nueva administración la ofrece como la pomada canaria para la solución de la raquítica y precaria situación económica de una gran mayoría de la clase trabajadora universitaria, una oficina de salud apéndice de una quebrada Caja de Seguro Social, que recetaría acetaminofén y placebos.
En resumen y tomando en cuenta la escasa participación de personas en la lucha por el reajuste salarial, las políticas neoliberales de eliminar los pluses de los empleados públicos y tomando en cuenta lo que ofrecen los nuevos banqueros de no hacer trato, moriremos con las botas puestas, y al final del camino estaremos tranquilos y podremos dormir con la conciencia limpia de que luchamos porque toda la clase trabajadora tenga un salario digno para su bienestar y salud.
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