Con la creación del PIAM, la Universidad de Costa Rica en 1986 abrió sus puertas a personas mayores de cincuenta años y a pensionados, con el objetivo de brindar oportunidades a este sector de la población para que continúen aprendiendo y puedan compartir con las generaciones más jóvenes.
A lo largo de estos años este programa ha sido muy exitoso. La demanda ha crecido considerablemente en concordancia con la situación demográfica del adulto mayor.
El fin de la Universidad de Costa Rica es para formar futuros profesionales del país, no fue creada para adultos mayores. Con los recortes presupuestarios se ha visto afectada y el PIAM no escapa de esta crisis presupuestaria; esto hace que en ocasiones los usuarios del PIAM muestren inconformidad y exijan mejoras en su atención, por ejemplo en las instalaciones, rampas, baños, señalamientos, parqueos, etc.
Sin embargo, hay que insistir que el PIAM a pesar de tantas debilidades, hace esfuerzos por atender la creciente demanda, uno de esos, la Conferencia de Apertura y de Orientación al inicio de este semestre donde se atendieron mínimo quinientas personas para evacuar dudas y consultas.
El gran reto del PIAM es convertirse en un programa institucional con presupuesto propio.
La debilidad del programa no es exclusiva de la Universidad de Costa Rica, es un reflejo de la situación del adulto mayor en nuestra sociedad.