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Según se explicó en el foro, desde el año 2000 son más costarricenses los que salen del país que los que reingresan.
La discusión en torno a los temas migratorios suele centrarse en la llegada de inmigrantes a suelo costarricense. Este miércoles 26 de setiembre, en el Auditorio de la Ciudad de la Investigación, la conversación dio un giro hacia las necesidades de aquellos ticos que radican en el exterior.
El foro “Reflexiones en torno a la emigración costarricense” tuvo en la mesa de panelistas a Freddy Montero, subdirector de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME); María José Chaves, consultora para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); y a Gilbert Brenes, profesor del Centro Centroamericano de Población (CCP). Jorge Barquero, profesor del CCP, moderó la actividad.
Durante el foro, los panelistas evidenciaron la necesidad existente por información y políticas públicas, para y sobre los emigrantes.
INFORMACIÓN ADECUADA
Un análisis de las bases de datos del Banco Central, el Censo 2011, el CCP y el Padrón consular permitió a la DGME obtener cifras y datos actualizados sobre ticos en el extranjero.
Estas bases de datos arrojan un aproximado de 250 000 personas viviendo actualmente fuera del país, con condiciones migratorias regulares. Estados Unidos, principalmente, hospeda a estas personas, seguido por Nicaragua.
Este fenómeno migratorio es en su mayoría cíclico, ya que los costarricenses que viven fuera de suelo nacional entran y salen con alguna regularidad.
Freddy Montero, subdirector de esa institución, comentó durante el foro que estos costarricenses aseguran requerir información relacionada con un eventual retorno al país. La equiparación de títulos, el acceso a estudios técnicos y la reincorporación al sistema educativo costarricense son algunas de sus principales inquietudes educativas.
Montero también explicó que “a ellos les interesó tener información sobre los alquileres y la compra y venta de propiedades. Después de mucho tiempo de vivir fuera, se pierde el rastro de cómo anda el costo de vida”.
“Muchas veces los datos son más del mercado que datos reales, y eso confunde a los costarricenses que están planeando su retorno”, dijo el funcionario. Relacionado a esto, ellos también creen necesario mayor información sobre el costo de vida en el país.
Además, quienes acceden al sistema de salud de su país destino requieren saber si los medicamentos que están utilizando se distribuyen en Costa Rica, y si la Caja Costarricense de Seguro Social los expende o, por el contrario, si deben conseguirlos de la medicina privada.
Los servicios de guardería para niños y de cuidado para adultos mayores también son parte de las principales inquietudes.
POLÍTICAS PÚBLICAS
Los emigrantes costarricenses suelen en su mayoría tener al menos una educación secundaria incompleta. Sus ocupaciones requieren por ello algún tipo de conocimiento técnico, lo cual impacta positivamente en el monto de las remesas que ingresan al país desde el exterior. Estos montos alcanzan los $526 millones anuales.
Sin embargo, las condiciones laborales de estas personas en el extranjero merecen la atención desde Costa Rica. Así lo detalló María José Chaves, quien investigó sobre los estudios existentes en torno al fenómeno emigratorio costarricense.
Sus principales hallazgos determinaron vacíos en temas de condiciones laborales, niñez, crisis económicas y el viaje de familias completas, todos ellos ligados a la migración de ticos hacia el exterior.
Estas líneas de investigación deberían entonces, concluyó la investigadora, desembocar en políticas públicas que mejoren la atención de la diáspora costarricense.
A esto, Montero añadió que la motivación de elaborar estudios de este tipo se desprende de la necesidad de promover la integración nacional de las personas que han emigrado.
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