“Yo pude ver más lejos porque me monte sobre hombros de gigantes”. Cuando Isaac Newton expresaba este pensamiento, reconocía una característica de la producción de conocimiento que pone en jaque las políticas de propiedad intelectual que los últimos gobiernos vienen pregonando en nuestro país desde la imposición del TLC.
Newton reconocía en su frase que el conocimiento, lejos de ser una iluminación divina u obra de una sola persona, responde a una cadena de descubrimientos que se remontan en ocasiones a milenios en la Historia, por ejemplo, para descubrir una vacuna fue necesario inventar una jeringa, y para inventar la jeringa alguien debió descubrir el metal con que se confeccionó esta, la técnica de trabajo para formarla, incluso podríamos darle mérito al o la cavernícola que descubrió el fuego con el cual se fundió el metal de la jeringa. En esa sintonía de pensamiento, Louis Pasteur, le entregó a la humanidad las patentes de sus vacunas.
Muy distinto, del sentimiento individualista y de enriquecimiento que tienen los defensores del liberalismo a la hora de abordar la producción de conocimiento; para este sistema económico y político todo conocimiento consumido debe ser pagado, desde una medicina hasta leer un libro, como si ese conocimiento fuera producido solo gracias a la capacidad de sus inventores o descubridores, algo que como se mencionó, no responde a la realidad histórica de la producción de conocimiento.
Por esta razón no es de extrañar que la presidenta Laura Chinchilla, fiel a los intereses económicos de pequeños grupos de poder, sea presionada para vetar el proyecto de ley que pretende legalizar el fotocopiado de textos para el estudio, tal y como lo confirmó hace poco un vocero del Gobierno.
El conocimiento libre, accesible y democrático es en pleno siglo XXI una de las más poderosas herramientas de transformación social. La difusión del conocimiento es fundamental para cualquier sociedad que aspire a la justicia social y a mejorar las condiciones de vida de su pueblo. Por eso es tan importante que como comunidad universitaria nos manifestemos y defendamos en todos los espacios posibles el proyecto de ley de fotocopiar para estudiar.