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Informe a Simón

No sé si dónde estás descansando llega  UNIVERSIDAD  o CNN en español; en todo caso quiero presentarme como oriundo de la tierra de Juan Rafael Mora Porras y el General José María Cañas. A lo mejor ya te enteraste de la fiesta del  pasado domingo 7 de octubre en tu tierra. Simón, siento que estas elecciones domingueras fueron muy distintas a todas las anteriores: si bien el comandante Hugo obtuvo casi un 11% de los sufragios por arriba de su rival Capriles, este porcentaje es mucho menor al alcanzado en las elecciones pasadas, según dice Carlitos Montaner, un periodista que vos no conoces y ni falta te hace.Sin embargo difiero, Simón, de todos ellos (Carlitos es uno del coro), por cuanto el poder desgasta y Hugo no recorrió tantas veces Venezuela como lo hizo su rival, sino que dejó que los logros hablaran por él, dada su condenada enfermedad. En todo caso, vos sabes más de esto y me corregís, pero creo que  las elecciones de tu país significaron más que esos simples análisis. Recordá que cuando propusiste la Organización Panamericana secuestraron la idea y ya sabés en qué terminó. Vinieron luego esfuerzos integracionistas y muchas veces los ahogaron con sangre y fuego, pero quedaron regadas valiosas semillas en todo el continente. Hoy te cuento, por aquello de que San Peter no te haya dado el recado, que el ganador del domingo inspiró la Alianza Bolivariana como opción al ALCA. Esta última como en tu tiempo procura rutas de influencia y control sobre quienes legítimamente sueñan con el desarrollo, la dignidad y la justicia social. Me temo además que estuvo en juego el futuro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la UNASUR; foros, Simón, concebidos para el diálogo entre iguales. Hubo, pues, un sueño por el pasado, y un desafío por el futuro.

No sé si dónde estás descansando llega  UNIVERSIDAD  o CNN en español; en todo caso quiero presentarme como oriundo de la tierra de Juan Rafael Mora Porras y el General José María Cañas. A lo mejor ya te enteraste de la fiesta del  pasado domingo 7 de octubre en tu tierra. Simón, siento que estas elecciones domingueras fueron muy distintas a todas las anteriores: si bien el comandante Hugo obtuvo casi un 11% de los sufragios por arriba de su rival Capriles, este porcentaje es mucho menor al alcanzado en las elecciones pasadas, según dice Carlitos Montaner, un periodista que vos no conoces y ni falta te hace.Sin embargo difiero, Simón, de todos ellos (Carlitos es uno del coro), por cuanto el poder desgasta y Hugo no recorrió tantas veces Venezuela como lo hizo su rival, sino que dejó que los logros hablaran por él, dada su condenada enfermedad. En todo caso, vos sabes más de esto y me corregís, pero creo que  las elecciones de tu país significaron más que esos simples análisis. Recordá que cuando propusiste la Organización Panamericana secuestraron la idea y ya sabés en qué terminó. Vinieron luego esfuerzos integracionistas y muchas veces los ahogaron con sangre y fuego, pero quedaron regadas valiosas semillas en todo el continente. Hoy te cuento, por aquello de que San Peter no te haya dado el recado, que el ganador del domingo inspiró la Alianza Bolivariana como opción al ALCA. Esta última como en tu tiempo procura rutas de influencia y control sobre quienes legítimamente sueñan con el desarrollo, la dignidad y la justicia social. Me temo además que estuvo en juego el futuro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la UNASUR; foros, Simón, concebidos para el diálogo entre iguales. Hubo, pues, un sueño por el pasado, y un desafío por el futuro.
Te decía al principio que me parece que en Venezuela no solo defendieron esos foros en marcha, sino obras concretas, que si bien no han resuelto las herencias de 200 años de inequidad, al menos en 13 años mermaron la pobreza como ningún país en América Latina. Unos amigos de tu Caracas me enviaron algunos datos, que luego confirmaron saltadamente alguna gente de la “oposición” y comparto con vos. Fíjate, Simón, las exportaciones de hidrocarburos permitieron que entre 2011 y 1999 se duplicaran las reservas internacionales, se elimine la deuda externa, se sostengan fuertes préstamos a países de la región, todo ello en un contexto en que, pese a los controles cambiarios, la fuga de capitales de los sectores empresariales y medios representó la pérdida de unos $9700 millones anuales promedio. Se los llevaron y no les importaron los más débiles.
El incremento en la actividad permitió crear unos tres millones y medio de empleos durante   13 años, disminuyendo en seis puntos porcentuales la tasa de desempleo. Medida por ingreso, el 50 % de la población era pobre y el 20 % indigente en 1999. En 2011, la pobreza cubría al 31,6 % de los venezolanos y la indigencia al 8,5 %. La más equitativa distribución de los ingresos durante estos últimos  gobiernos es evidente: mientras que en 1999 el 20 % más rico de la población ganaba 14 veces los ingresos del 20 % más pobre, esa diferencia se había reducido ocho veces en el año 2011. No todo está bien. La inseguridad ciudadana está en la mira para estos próximos seis años y sobre todo el empoderamiento del poder popular para que este organice, planifique y ejecute sus programas con base a sus necesidades. ¡Ves! no es una democracia de votaciones solamente cierto tiempo.
Y antes que me preguntes por los incidentes del domingo frente a la embajada de tu país en San José, envíe a  San Peter lo que sabemos:  Unos cuantos ticos llegaron  frente a la sede diplomática en número inferior a los venezolanos votantes, con un megáfono al hombro y encaramaron en un árbol cercano una manta con el apellido Chávez, algo demoníaco por estos días acá; llegó la policía y los hizo bajar el trapo, les decomisó el megáfono y casi se los alza, en cumplimiento de la ley, dijeron. Ni le quito ni le pongo Simón. ¡Dígale a Juan Rafael Mora que no sienta vergüenza por ello!

  • Rafael A. Ugalde Quirós (Periodista, abogado y notario UCR)
  • Opinión
Democracy
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