Al celebrar este año el 70 aniversario de la creación de la ANDE y precisamente en el mes de octubre, un tema del que me remozo y me place remembrar, es el de los sacrificios y vicisitudes que vivieron los y las educadoras para crear una organización que luchara por condiciones laborales óptimas y velara por el respeto a los derechos de los educadores(as).
Esta reflexión nace bajo una interrogante. ¿Puede un educador(a) en este país, desconocer la transformación lograda en las condiciones laborales de la docencia a partir  de la creación de la ANDE? ¿Es posible dejar de agradecer a estos héroes y heroínas de las y los educadores por las conquistas alcanzadas?
Personas que pusieron en riesgo su trabajo, fueron perseguidos, despedidos y hasta encarcelados y aun así mantuvieron la lucha para crear la ANDE, para formar esta gran Organización, bajo la figura de asociación -a lo más a que se podía aspirar dado la coyuntura política-, la cual vendría a darles, condiciones necesarias y justas para ejercer la profesión. Hablando de estabilidad laboral, remuneraciones dignas, posicionamiento social, instituciones de auxilio, protección económica y social, formación y desde luego mejoras en las condiciones de trabajo.
Como hijo de una maestra pensionada -que hoy de Dios goza-, no puedo olvidar la palabras de mi madre cuando a finales de los años 70, que me inicié como educador y que ella estaba ya próxima a pensionarse, me decía que yo era un privilegiado, pues estaba iniciando labores docentes con una serie de beneficios y ventajas, que ella no tuvo cuando empezó a laborar. Esas conversaciones con mi madre no solo me permitieron conocer las condiciones de las educadoras(es) en esos años, sino también  tomar conciencia de la necesidad de agremiarme, pues en principio era la única forma que conocía para poder expresar mi agradecimiento, por haberme legado las condiciones con que me iniciaba en esta sacrificaba, pero altruista profesión.
He creído que un educador(a) no puede pertenecer a un gremio de la educación, sin saber que las condiciones que hoy tenemos son el resultado de luchas, lágrimas y hasta sangre de las décadas de los años 30 y 40… que nada ha sido fácil.
Más tarde ya iniciando los años 80, descubrí que había otra forma, ya no solo para agradecer por lo que profesionalmente gozaba, sino, para ser defendido de las  amenazas constantes, además de que todavía hay muchas cosas que mejorar y fortalecer tanto en la educación costarricense, como en  las mismas condiciones laborales. Esa forma era la de pertenecer a la estructura que la ANDE poseía: la Filial Básica (que es la estructura base de la Organización), la Filial Regional (estructura intermedia), la Directiva Central (estructura superior) y el Congreso, como la máxima autoridad. Y es así que inicié mi aporte en la base de la estructura de la ANDE, siempre con el afán de servir y tener en mente el agradecimiento constante y profundo, para todas las dirigencias que desde los años 30 lucharon y se sacrificaron para heredarnos mejores condiciones laborales, salariales, de jubilación, de vivienda, entre muchas otras.
Es por eso el llamado a las nuevas generaciones de educadores(as), para unirnos, para participar y  fortalecer las estructuras de la Organización, que es y seguirá siendo la única forma de levantar la bandera en defensa de la educación pública de calidad y de mejorar las condiciones laborales para el Magisterio Nacional, ya que las amenazas no solo son constantes, sino severas contra el sector público mundial y desde luego costarricense.
En este mes de octubre y más exactamente el 24 de este mes, en que celebramos  los 70 años de esta gran Organización, llamada ANDE, no podemos dejar de resaltar el agradecimiento profundo para todas y todos esos(as) dirigentes(as) a quienes les debemos tanto y que hoy reconocemos como “Héroes y heroínas de los(as)  educadores(as) costarricenses”. Sin duda alguna debemos seguir sus pasos y su compromiso.
¡GRACIAS DIRIGENCIAS DE LA ANDE POR DARLE AL MAGISTERIO NACIONAL LAS MEJORES CONDICIONES Y CONQUISTAS EN ESTOS 70 AÑOS!