Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El fuerte crecimiento del comercio entre China y América Latina durante la última década tiene una gran causa: el interés chino por los recursos naturales y materias primas, lo que se ha convertido en la “gran muralla” para pasar a un intercambio mayor en otros bienes y servicios.
Si bien para las grandes economías latinoamericanas esta etapa es para tener en China un comprador seguro para su producción minera, petrolera y de otros bienes del sector primario, ya algunos entes internacionales advierten sobre el riesgo de una “reprimerización” de la producción en la región por el ansia de satisfacer las crecientes necesidades del dragón chino.
Desde Hangzhou, China
Este fue uno de los principales puntos de discusión en la sexta Cumbre Empresarial China-América Latina que se realizó entre el 17 y el 18 de octubre en la ciudad china de Hangzhou, un próspero puerto ubicado en el centro de la costa pacífica asiática.
Tanto la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtieron durante esta cumbre sobre la necesidad de buscar alternativas al intercambio basado mayoritariamente en la industria extractiva.
POCAS EMPRESAS
Durante la cumbre, el BID presentó los resultados de un estudio sobre las inversiones de empresas latinoamericanas en China, donde se reveló que son pocos los que se han aventurado a establecer sus negocios en Asia.
El estudio denominado “Camino a China: La historia de empresas latinoamericanas en el mercado chino”, analizó el caso de siete grandes empresas latinoamericanas que se han aventurado a invertir en el gigante asiático.
Según el estudio, desde el año 2006 las empresas de América Latina han invertido $858 millones en China, lo que representa menos de 1% de la inversión total regional en otras latitudes.
La idea del estudio es que otras empresas latinoamericanas sigan el ejemplo del Grupo Bimbo y Gruma de México; Stefanini, WEG y Vale de Brasil; de la empresa chilena de vinos Concha y Toro o de la fábrica de tubulares argentina Tenaris, en su incursión al mercado de China.
Mientras la inversión china en América Latina se ha centrado en los sectores de energía y recursos minerales, los latinoamericanos han incursionado en otras áreas como la industria alimentaria, industria química y metalúrgica.
Las principales barreras para las empresas latinoamericanas en China son todavía las diferencias en cuanto a la cultura y el idioma, la distancia geográfica entre las regiones, los costos del transporte y las restricciones en algunos tipos de inversión.
Los que han tenido algún grado de éxito con su presencia en China, han tenido que recurrir a sociedades con empresas locales para superar las barreras existentes.
El estudio detalla que hasta el momento unas 85 empresas latinoamericanas han incursionado en China, más de la mitad de ellas lo hizo después del año 2007 cuando se produjo un auge en el comercio entre las regiones.
El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, comentó que durante la primera etapa del auge comercial, las economías latinoamericanas vieron incrementados sus ingresos con la venta de materias primas a China, por lo que más de la mitad del comercio total entre Asia y América Latina se concentra en ese país.
Para Moreno la relación China-América Latina requiere de mayor inversión recíproca, así como de mayores intercambios en otras áreas en las que ambas regiones pueden compartir sus experiencias y conocimientos; y sobre todo, evolucionar hacia un mayor comercio de bienes manufacturados y servicios.
“Si miramos los temas de competitividad y productividad, hay áreas en que China ha avanzado muchísimo, y son áreas como la de ciencia y tecnología, como la educación, donde China aparece con los mejores resultados en las pruebas de matemáticas y ciencias sociales que realiza la OCDE cada tres años”, comentó.
“Tenemos mucho que aprender de los avances de China en educación”, agregó Moreno.
A LARGO PLAZO
La directora de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Alicia Bárcena, comentó a UNIVERSIDAD que la relación entre China y América Latina requiere avanzar a temas más allá del comercio de materias primas y preocuparse por la sostenibilidad ambiental, eficiencia energética y un mayor intercambio de conocimiento científico-tecnológico.
“Veo que entre China y América Latina hay que tener paciencia y mirada de largo plazo; creo que entre dos pueblos, puede haber un gran intercambio de conocimiento, de cooperación científica y tecnológica, y de inversiones en nuevos sectores”, aseguró.
Para Bárcena, la relación de América Latina con China debe superar el énfasis en el comercio de materias primas y recursos naturales, para avanzar a una relación basada en la cooperación científica-tecnológica, el intercambio de talentos y el compartir conocimientos en distintas áreas de interés.
Advirtió que de no dar un giro en las relaciones comerciales, América Latina corre el riesgo de caer en una “reprimerización” de su industria y cortar así sus posibilidades de desarrollo a largo plazo.
La jerarca de CEPAL dijo que América Latina debe poner a los planteamientos de China en cuanto a la creación de un fondo de $10.000 millones para inversión y cooperación, así como a la propuesta de crear una reserva de 500 toneladas de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria en ambas regiones, de las cuales China ya ha ofrecido la mitad.
Bárcena consideró que una alianza entre economías grandes latinoamericanas como México y Brasil podría atraer grandes resultados en su acercamiento con China, y cifró sus esperanzas en la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC) para lograr negociaciones en bloque con el gigante asiático.
Costa Rica será la sede de la séptima Cumbre Empresarial China-América Latina en el mes de noviembre del 2013.
Hangzhou: “El paraíso en la tierra”
La sede de la sexta Cumbre Empresarial China-América Latina este año puede no ser tan conocida en occidente como Beijing o Shanghai, pero en China a la ciudad de Hangzhou se le conoce como “el paraíso en la tierra”.
Fundada hace 2100 años, Hangzhou es la capital de la provincia de Zhejiang y se ubica a orillas del caudaloso río Qiantang, cuyo nombre significa “río de dinero”; lo que parece estar bien relacionado con la prosperidad que ostentan sus casi 9 millones de habitantes.
Hangzhou es una ciudad con una alta calidad de vida que es fácilmente visible en sus amplias y bien ordenadas calles, y sobre todo por una planificación urbana en la que los parques y espacios públicos tienen un lugar primordial.
No es raro ver en Hangzhou a muchos de sus habitantes haciendo deporte o simplemente conversando entre las bien cuidadas zonas verdes, inclusive a altas horas de la noche.
La ciudad también destaca por varios puntos de interés turístico, el más importante de ellos es el Lago del Oeste, una extensión de 5,6 kilómetros cuadrados de agua que está rodeada por gran cantidad de pagodas, templos y esculturas muy antiguas.
La belleza del Lago del Oeste le valió la declaratoria como “Patrimonio de la Humanidad” el año anterior.
Actualmente, la ciudad trabaja en el diseño de su expansión hacia la llamada “ciudad del futuro”, basada en la construcción de edificios eficientes en el consumo de energía, con fuentes de generación solar y eólica; y cuyas áreas de construcción deberán estar rodeadas de casi un 60% del terreno en zonas verdes, árboles y cuerpos de agua artificiales.
Este documento no posee notas.