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Un helio muy gallardo

El helio es un elemento químico de número atómico 2, símbolo He y peso atómico estándar de 4,0026. Pertenece al grupo 18 de la tabla periódica de los elementos, ya que al tener el nivel de energía completo, presenta las propiedades de un gas noble, muy gallardo. Es inerte, o sea ineficaz, flojo…  y es un gas monoatómico incoloro e inodoro que cuenta con el menor punto de ebullición de todos los elementos químicos, y solo puede ser licuado bajo presiones muy grandes y no puede ser congelado; es decir, es altamente vulnerable a la intensa, pero químicamente cortés presión del entorno.

El helio es un elemento químico de número atómico 2, símbolo He y peso atómico estándar de 4,0026. Pertenece al grupo 18 de la tabla periódica de los elementos, ya que al tener el nivel de energía completo, presenta las propiedades de un gas noble, muy gallardo. Es inerte, o sea ineficaz, flojo…  y es un gas monoatómico incoloro e inodoro que cuenta con el menor punto de ebullición de todos los elementos químicos, y solo puede ser licuado bajo presiones muy grandes y no puede ser congelado; es decir, es altamente vulnerable a la intensa, pero químicamente cortés presión del entorno.
Durante un eclipse solar en 1868, el astrónomo francés Janssen –no Jensen- observó una línea espectral amarilla en la luz solar que hasta ese momento era desconocida. Norman Lockyer observó el mismo eclipse y propuso que dicha línea era producida por un nuevo elemento, al cual llamó helio, con lo cual, tanto a Lockyer como a Janssen se les adjudicó el descubrimiento de este elemento; al final del día, Janssen -no Jensen- halló el helio  que estaba ignorado u oculto en el cosmos universitario. En 1903 se encontraron grandes reservas de helio en campos de gas natural en los Estados Unidos, país con la mayor producción de helio en el mundo; es por lo tanto, un producto muy gringo.
El helio es el segundo elemento más ligero y el segundo más abundante en el universo observable, constituyendo el 24% de la masa de los elementos presentes en nuestra galaxia. Esta abundancia se encuentra en proporciones similares en el Sol y en Júpiter. Por masa se encuentra en una proporción doce veces mayor a la de todos los elementos más pesados juntos; por masa resulta bien pesado…
El origen del cosmos está en su corazón: la mayor parte del helio en el universo se encuentra presente en la forma del isótopo helio-4 (4He), el cual se cree que se formó unos 15 minutos después del Big Bang. Casi pero no; es alfa y omega…  sumo sacerdote del sanedrín.
Pero, en la Tierra, la ligereza de helio ha provocado su evaporación de la nube de gas y polvo a partir de la cual se formó el planeta, por lo que es relativamente poco frecuente —con una fracción de 0,00052 por volumen— en la atmósfera; sin embargo, a veces se le   encuentra en la misma superficie terrestre, por ejemplo; el miércoles 29 de agosto del 2012 un helio siempre muy noble y gallardo, cual gas monoatómico pasó por el universo del Semanario y con gran masa dejó una estela de palabras: “El semanario es vulnerable en relación con los “dueños del país” y con las autoridades personales universitarias. Su vulnerabilidad se agrava por la pasividad de los universitarios. Cambiar su equipo periodístico y su Dirección, porque hay nuevo Rector, significa poco o nada en relación con el desafío de asegurar su capacidad crítica. Más bien confirma el carácter feudalizado de la institución”. Escribiría J.M. Coetzee: ¡Detengan a los bárbaros! que  pretendan semejante agravio en perjuicio de la tabla periódica de los elementos; pero este agravio resulta inverosímil por la sencilla razón de que es falso e imposible y porque “la pasividad de los universitarios” no llega a hacerlos un  gas inerte, flojo, ineficaz, incoloro e inodoro como el helio; por lo tanto, no permitirían semejante barbaridad inventada como profecía heliática.
En fin, volvamos a la química, el helio es un elemento cuyo átomo es el más simple de resolver utilizando las reglas de la mecánica cuántica después del átomo de hidrógeno; también  la estabilidad del núcleo del helio 4 y su capa de electrones da lugar a muchos fenómenos cruciales inherentes al helio en la naturaleza. Y como sabemos que es el segundo elemento más abundante en el universo observable, es muy omnipresente, es decir que podría estar en todas partes como el Espíritu Santo y entonces sería capaz, por ejemplo,  hasta de predecir el futuro en el universo,  predecir lo que piensan y harán  los otros elementos: “Interesa que el nuevo Director, Mauricio Herrera, tenga claro que su trabajo debe agradar al equipo de rectoría y al señor Rector. Fue elegido para eso, con independencia de sus méritos. Es función difícil de llenar porque se le ve más como subalterno de confianza que como periodista.” O bien “La suerte para  Herrera es que la administración, además de sus sentimientos negativos, no tiene por el momento ideas acerca del semanario. Lo central era ¡Echar a Laura Martínez! Como fuera.” ¡Gallardo! Reaccionó el gas licuado bajo presiones muy grandes desde cortés hasta martínez y quizás toneladas de gonzález…
El helio lo sabe; debido a su baja masa atómica, en la fase gaseosa, la conductividad térmica, el calor específico, y la velocidad del sonido son mayores que en cualquier otro gas, excepto el hidrógeno. Por razones similares, y también debido al pequeño tamaño de sus átomos corifeos, su tasa de difusión a través de los sólidos es tres veces mayor que la del aire, y alrededor del 65% de la del hidrógeno. De manera tal que la difusión mediática de sus reacciones puede tener cierto impacto, como pretender dañar la integridad de otros elementos, o sea, el helio empieza a perder su nobleza y gallardía para convertirse en un helio químicamente falso y torpe.

  • Euclides Hernández (Funcionario UCR)
  • Opinión
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