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RSN: “La prevención funciona y hay que mejorarla”

“La Geología no puede decir si va a ocurrir un temblor mañana, pero debemos continuar mejorando la prevención para reducir la vulnerabilidad. La prevención funciona y un ejemplo de esto es el Código Sísmico”.

“La Geología no puede decir si va a ocurrir un temblor mañana, pero debemos continuar mejorando la prevención para reducir la vulnerabilidad. La prevención funciona y un ejemplo de esto es el Código Sísmico”.
Con estas palabras resumió el director de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica (UCR), Rolando Mora Chinchilla, el bajo impacto del terremoto de Sámara en la infraestructura del país y en pérdidas humanas, durante la presentación del informe científico de este sismo de magnitud 7.6, ocurrido el pasado 5 de setiembre.
Un quipo de especialistas de la Red Sismológica Nacional (RSN), de la UCR y el Instituto Costarricense de Electricidad elaboró el informe.
El documento consta de tres partes: el contexto tectónico e histórico que permite explicar la génesis del terremoto; las características del sismo; y el registro de réplicas y efectos, lo que incluye los cambios y la sismicidad volcánica, la activación de fallas y la atención psicosocial a la población de la península de Nicoya. Está disponible en la página web de la RSN: www.rsn.ucr.ac.cr.
Lepolt Linkimer Abarca, sismólogo, recordó que Costa Rica es un país con una sismicidad alta y prueba de ello es que desde 1821 han ocurrido 51 terremotos.
“En promedio, hemos tenido un terremoto cada 4 años y un terremoto con una magnitud mayor a 7 cada 9 años. Solo en la zona de Nicoya se han producido 5 sismos importantes”, aseguró.
Agregó que el terremoto de Sámara fue sentido en todo Costa Rica, pero que la mayor parte de los daños reportados se concentró en la península de Nicoya, en Puntarenas, Mata de Limón y Jacó.
En los cantones de Grecia, Naranjo y Valverde Vega, de Alajuela, se presentaron efectos de consideración en viviendas y edificios, lo cual se debió a factores como la topografía, el tipo de suelo o la mayor amplitud que pueden tener las ondas sísmicas en ciertas direcciones con respecto al plano de la falla.
En el Valle Central, el sismo provocó alarma general en la población, pero las consecuencias no fueron severas.
Otros efectos registrados fueron el levantamiento en el área costera de la península de Nicoya entre 50 y 75 centímetros, y el fenómeno de licuefacción en zonas arenosas saturadas de agua.
ÁREA DE NICOYA MUY ESTUDIADA
El geólogo Wilfredo Rojas Quesada explicó que la zona de subducción de la península de Nicoya, epicentro del terremoto, ha sido muy estudiada por diversos grupos de científicos. Las proyecciones eran que antes del 2027 tenía que ocurrir un sismo de gran magnitud en esa área.
En la región de Guanacaste se han producido 15 terremotos desde el siglo XIX, de los cuales 5 están relacionados con el proceso de subducción de la placa del Coco bajo la placa Caribe.
Según Rojas, se estima que el área de ruptura del terremoto del 5 de setiembre fue entre 55 y 60 kilómetros (km) de largo por 40 km de ancho. “El deslizamiento de esa gran cantidad de masa de material se movió 2 metros durante 25 segundos”, detalló.
En este análisis colaboraron con la RSN expertos de China y de Alemania, dado que en el momento del terremoto, geólogos de la UCR se encontraban trabajando y estudiando en esos países.
Además, la RSN informó que el terremoto disparó de inmediato una gran cantidad de sismos en distintos puntos del país, especialmente en la isla Calero y en Cartago.
Otra de las consecuencias del terremoto de Sámara fue el aumento de la actividad sísmica en los volcanes activos del país, especialmente el Tenorio, Miravalles y Rincón de la Vieja, de la cordillera de Guanacaste, y el Irazú y Turrialba, de la cordillera Volcánica Central, aseguró el vulcanólogo Mauricio Mora Fernández.
Si bien los cambios físicos detectados en los volcanes son menores, los especialistas no descartan que la energía liberada por el terremoto ocasione cambios a mediano plazo en los sistemas hidrotermales, que provoquen un aumento de la temperatura del  agua y de los gases.
Por su parte, Mario Fernández Arce dio a conocer que la RSN participó en actividades de apoyo psicosocial en comunidades de Santa Cruz y Nicoya, en Guanacaste, y en Cóbano, de Puntarenas, labor coordinada por la Brigada de Intervención Psicosocial en Emergencias y Desastres de la Escuela de Psicología de la UCR.

  • Patricia Blanco Picado 
  • Universitarias
Germany
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