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A través de los años, las mujeres costarricenses han ganado terreno en el mercado laboral, incluso las políticas públicas presentan avances notables; no obstante, este continúa siendo el grupo con una mayor carga de trabajo en cuanto a labores del hogar se trata.
Existen grandes brechas entre el tiempo que dedican las mujeres a las diferentes actividades y el que invierten los hombres, sobre todo en el trabajo doméstico no remunerado. Esto confirma la persistencia de un modelo tradicional, en cuanto a roles de género y la carga de responsabilidad que se asigna a cada uno.
Así lo demostró la Encuesta de Uso de Tiempo 2011, realizada en el Gran Área Metropolitana (GAM) y dada a conocer por el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entre otras instituciones académicas y públicas.
El estudio incluyó a personas de 12 años o más, integrantes de hogares y residentes en viviendas de la GAM, con una muestra aleatoria de 2520 hogares y se entrevistó a 6 316 personas.
Según el estudio, las mujeres incrementaron en las últimas dos décadas su participación en el trabajo formal y, adicionalmente, dedican cerca de 37 horas semanales a las labores domésticas, mientras que el hombre solamente la mitad de ese tiempo.
La Carga Global de Trabajo —entendida como la suma del trabajo remunerado y doméstico no remunerado— es de casi 73 horas semanales en las mujeres. Los hombres, por otro lado, dedican cerca de 66 horas; es decir, una diferencia de 7 horas semanales.
“Además de invertir tiempo en realizar trabajo remunerado, las mujeres dedicamos 37 horas por semana a limpiar la vivienda, administrar el hogar, preparar alimentos, cuidar personas menores de 12 años y realizar compras para la casa. Los hombres solo invierten en promedio 15 horas, es decir, las mujeres duplicamos a los hombres en horas dedicadas a realizar tareas domésticas no remuneradas”, destacó Maureen Clarke Clarke, ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del INAMU.
Otra de las conclusiones es que las mujeres realizan trabajo remunerado en promedio de 35 horas semanales y los hombres un poco más de 48 horas. Esta diferencia de 13 horas se debe a que los varones pasan más tiempo que las mujeres realizando trabajo remunerado; además de este, hacen labores de cuido y trabajo doméstico no remunerado, lo que evidencia una doble y hasta triple jornada.
En este sentido, las mujeres de 25 a 39 años son el grupo con mayor carga laboral, lo que incide en sus otras posibilidades de crecimiento, formación y recreación, indicó el estudio. El segundo grupo con mayor carga laboral son las mujeres con más de 60 años.
Cuando se trata de cuidar a personas dependientes, la tendencia, nuevamente, señala una mayor participación de las mujeres entre los 25 y los 39 años, quienes aportan hasta 4 veces más horas que los hombres.
Dicho grupo es el que más cargas tiene, ya que al trabajo doméstico no remunerado, se suman las labores de cuido y de trabajo remunerado.
“Los resultados de la encuesta nos señalan que debemos continuar trabajando en materia de corresponsabilidad social de los cuidados, pues aún se mantienen desigualdades por sexo en el uso del tiempo. La distribución de trabajo domésticos no remunerado y el cuido de otras personas continúan siendo una carga depositada principalmente en las mujeres”, indicó Clarke.
APOYO DOMÉSTICO
Un 31.5 % de los hogares encuestados reciben ayudas voluntarias, incluso pagadas para poder cubrir las labores de los hogares, sobre todo aquellas que están compuestas por personas mayores de 60 años y con una jefatura de hogar mayor a los 53 años.
El estudio reflejó que esta población que envejece demanda servicios particulares de cuido y de trabajo doméstico externo, pues no pueden asumirlo. Por lo general, el servicio se paga, lo cual implica una carga financiera para la familia.
En muchos hogares donde los recursos económicos son limitados, la ayuda viene del voluntariado, que está en un 87 % en manos de mujeres, que no son familiares integrantes al hogar.
Si bien los hombres participan en actividades de trabajo doméstico no remunerado, el estudio pone al descubierto que en realidad la igualdad de género no aplica en todos los ámbitos, en vista de que el tiempo invertido por las mujeres en estas labores es mayor, por lo menos en un 75 %.
Es posible ver cómo en la preparación de alimentos, limpieza de la vivienda y el cuido de menores, estas cifras se dan independientemente de la edad, relación de parentesco con la jefatura del hogar, el estado conyugal, nivel educativo y si trabaja o no para el mercado.
Las mujeres casadas utilizan 50 horas semanales, mientras que los hombres 18 horas y media para cumplir estas tareas. En las únicas actividades en las que la participación de los hombres supera a la de las mujeres, es en construcción, mantenimiento y reparaciones de la casa y el vehículo.
Por otra parte, el trabajo no remunerado va más allá del propio hogar, dado que el 21 % de las mujeres brindan apoyo doméstico a otros hogares, en contraste con el 15 % de los hombres.
De acuerdo con Lorena Flores, directora técnica del INAMU, esta encuesta corrobora inequidad en la sociedad, porque evidentemente el trabajo no remunerado está en manos de las mujeres, hay una gran desproporción, por cuanto se trata del doble de la inversión de tiempo.
“Esto tiene consecuencias personales y profesionales, pues se convierte en barreras que limitan el desarrollo de las mujeres; también en barreras sociales, ya que con la incorporación de ellas a las jornadas de trabajo se conforman dobles y triples jornadas”, explicó Flores.
Para la ministra Clarke, esta inequidad provoca menos oportunidades de crecer profesionalmente, limita el avance en las condiciones laborales y la autonomía económica de las mujeres.
Además, las tareas domésticas y de cuido continúan viéndose socialmente como una responsabilidad de las mujeres, por lo que es necesario que tanto el Estado, sus instituciones, empresa privada y organizaciones reconozcan que estas labores son productivas y esenciales para la convivencia.
Por ello, enfatizó la ministra, es necesario crear una ley que contabilice estas jornadas de trabajo no remunerado; asimismo, se requiere ampliar las redes de cuido para brindar un mayor apoyo a este sector.
Ocupaciones femeninas
Las mujeres invierten una gran cantidad de horas de su día en las labores domésticas, sin mencionar la carga laboral remunerada, entre ellas:
-12 horas y media por semana en la preparación y servicio de alimentos; el hombre solamente 3 horas y media.
-9 horas semanales en limpieza y mantenimiento de la vivienda para las mujeres y 3 para los hombres.
-Más de 5 horas en el cuido de los niños menores de 12 años, mientras que el hombre solamente 2.
-Las mujeres tienen 5 horas semanales menos que los hombres en tiempo libre.
-Los hombres invierten 2:25 horas en compras a la semana, ligeramente más que las mujeres.
-Ellas dedican tres horas más a la semana en actividades de formación.
-Ambos géneros invierten prácticamente la misma cantidad de horas a la semana en actividades familiares: 19 horas.
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