Delicadas líneas y diminutos puntos poco a poco van dando vida a escarabajos, mariposas, cangrejos, arañas, hormigas, hongos, helechos, pasifloras, orquídeas y a una gran diversidad de especies animales y vegetales de nuestra biodiversidad.
Estas creaciones forman parte de una colección de ilustraciones realizadas por estudiantes del curso Dibujo científico de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), impartido por la Dra. Yolanda Camacho García, especialista en ecología y biología sistemática de moluscos.
Si bien ninguno de sus autores tiene formación en Artes Plásticas, en el transcurso de un semestre logran desarrollar las destrezas básicas necesarias para elaborar los dibujos de sus propias tesis y publicaciones científicas.
Según dijo la Dra. Camacho, el objetivo de este curso es desarrollar la confianza de los estudiantes y demostrarles que pueden adquirir las herramientas que les permita realizar sus propias ilustraciones.
La investigadora parte de su propia experiencia, puesto que adquirió este conocimiento haciendo los dibujos para sus tesis de maestría y doctorado.
Camacho señaló que la ilustración científica es la herramienta fundamental de la Taxonomía, ya que es una forma muy precisa de describir las características de un organismo, a la vez que ayuda a documentar la biodiversidad existente.
También indicó que el curso de dibujo científico surgió por iniciativa de un grupo de estudiantes de la carrera de Biología que contactó a la ficóloga alemana Andrea Bernecker, quien realizaba los dibujos científicos de sus publicaciones y quien se ofreció para impartirlo.
Cuando la Dra. Bernecker renunció, le solicitó a Camacho que lo continuara, pues habían trabajado juntas y se dio cuenta que ella tenía habilidad para este arte.
De acuerdo con la profesora, el curso requiere de mucha paciencia y tiempo para dibujar el objeto de estudio, el cual generalmente está relacionado con el área de interés de cada estudiante.
Sus alumnos dibujan desde mamíferos, aves, reptiles, plantas, diatomeas, flores y frutos, hasta una gran diversidad de organismos, para lo cual deben estudiar e investigar muy bien sus características.
Por ejemplo, si se trata de un animal en su hábitat deben estudiar cómo es, dónde se encuentra, de qué se alimenta, cuáles características distinguen a la especie, cómo es su comportamiento, etc., porque el ilustrador científico tiene que representar con exactitud lo que ve. “Aquí no hay cabida para la imaginación”, recalcó la Dra. Camacho.
COMO SI FUERA REAL
La ilustración científica es una forma de trasmitir un concepto científico por medio de un dibujo a una audiencia especializada. Para ello, es necesario que la reproducción sea exacta, precisa y que trasmita siempre el mismo concepto para que sea interpretado de la misma manera, explicó la investigadora.
En el curso se parte de ejercicios muy simples, como el trazado de una línea, un círculo, una esfera o un tubo, porque muchas de las estructuras que se dibujan tienen formas cilíndricas, como las patas de un insecto o el tallo de una planta. Además, esto les permite desarrollar la motora fina.
Por lo general empiezan haciendo una ampliación del objeto, para lo cual utilizan una cuadrícula de determinada escala. Luego realizan varios bocetos en papel pergamino con tinta china, hasta lograr el resultado final.
También pueden recurrir al uso de otras herramientas como el estereoscopio con cámara lúcida (dispositivo óptico usado por artistas como ayuda para dibujar), que permite seguir el contorno del objeto y dibujarlo con mayor precisión.
Camacho expresó que aunque hay diversas técnicas utilizadas en la ilustración científica, se escogió el puntillismo, al ser la más utilizada en la publicación científica. Esta posibilita diagramar el objeto que se desea mediante puntos y líneas con tinta china.
UN REGISTRO DE LA BIODIVERSIDAD
Para la científica, la técnica de la ilustración científica es importante por diversas razones. Una de ellas es el costo económico, ya que es más barata que la fotografía o el uso del microscopio electrónico de barrido. Solo se requiere lápiz, papel y borrador.
Además, permite penetrar en un mundo que no es accesible para todas las personas, y es por medio de una imagen que ese mundo se capta, se aprecia y se describe para que otros lo puedan ver.
Por medio del dibujo se pueden ilustrar caracteres diagnósticos de un grupo taxonómico y diferenciarlo de otro, enfatizar detalles importantes y ver el objeto desde diferentes ángulos. Asimismo, es posible hacer reconstrucciones en papel de un objeto que llega fracturado o que le falta alguna parte y manipular un objeto que tiene alguna característica que no es natural.
A su vez, la ilustración permite documentar la variabilidad que hay en diferentes estadios de desarrollo de un organismo, representar diferentes escenas de comportamiento y el hábitat de una especie y documentar las especies extintas.
“Gracias a la ilustración científica podemos conocer la biodiversidad que existe, documentar las especies que hay en un lugar y tener un registro visual de sus características diagnósticas, información relevante que posteriormente contribuirá al uso y manejo de las especies”, concluyó la Dra. Camacho.