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En la obra de Albert Camus es común el sinsentido, el absurdo, el suicidio, y la alienación, propias de una filosofía existencialista. El autor está muy influenciado por Schopenhauer y Nietzsche. Estuvo muy relacionado con Sartre, aunque tenía diferencias de pensamiento con respecto a él. Pronto empezó a alejarse del comunismo, denunció toda ideología totalitaria e invitó a oponérsele a todo aquel que se pensaba dueño de la razón e intentaba imponerse en nombre de la verdad. La verdad es huidiza y debe ser siempre reconquistada.
Para Camus, el fin no justifica los medios, pero ciertamente es difícil poder justificar siquiera los fines. El ansia de poseer la razón puede incluso llegar a justificar el terror, sea cual sea sus expresiones, y Camus no está del lado de quienes hacen la historia, sino de quienes la sufren. Es imposible despegarse de la historia, pero es deber de todo hombre enfrentarse a esta críticamente (Fuentes C, 2010).
Camus no propone desligarse de la realidad. Al contrario, como se plantea en su libro El extranjero, intenta entender la atmósfera que se vivía en Europa durante la II Guerra Mundial, mirándola desde afuera y desligarse de sus juicios de valor (Diego Sandro, 2009). Es por eso, que en 1957 se le ofreció el premio Nobel de literatura, por enfatizar en los problemas que se asoman en la conciencia de los hombres. En su obra La peste siguiendo con el trasfondo europeo durante la guerra, narra el origen del fascismo en la preguerra, aunque supone un cambio en su pensamiento, pues muestra el espíritu de solidaridad humana frente a la tragedia de vivir.
Camus también fue un periodista inmerso en la reconstrucción de los órganos de opinión pública franceses después de la guerra, e incluso fundó su propio diario, Combat. El periodismo es importante porque muestra lo efímero, y lo efímero es lo que define la condición humana. El periodismo no tiene que someterse al dinero y vulgarizar lo que expone, no debe despreciar al lector que se dirige. Al contrario, cuando se hace en respeto a los lectores se convierte en el oficio más hermoso (Fuentes C, 2010). Mucho de su trabajo periodístico también ha sido recopilado en volúmenes.
En fin, Camus mostraba “la pasión inútil” del hombre para criticar los errores que se cometen (Biografías y Vidas). Hay una tensión permanente entre lo inevitable y lo injustificable (Fuentes C, 2010). No hay que ceder ante el fanatismo, ya que al fin y al cabo estamos todos juntos, y la única alegría y objetivo del hombre es poder convivir en paz con los demás. Es un pensamiento sobre el que vale la pena reflexionar, y no deja de tener vigencia.
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