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Casiolvidos

Dramaturgia y filmaturgia son dos caras de idéntica moneda. De allí que SR cierre la serie de sus once colaboraciones sobre todo escénicas (enero-noviembre 2012) con un artículo dedicado a la pantalla grande. Desde ‘El retorno’, (A. F. Bertoni, 1930), a ‘Asesinato en El Meneo’, (Óscar Castillo, 2001), en la agenda se registran siete largometrajes nacionales, tipo ficción, uno por década, más o menos. Desde entonces, a la fecha, por aproximación se apunta, uno por año, todos nacidos de esfuerzos independientes con alguna ayuda semioficial. Durante el lapso 2012-2013, se deben mencionar ‘Princesas rojas’ de Laura Astorga y ‘Puerto padre’ de Gustavo Fallas (en ruta de conclusión).

Dramaturgia y filmaturgia son dos caras de idéntica moneda. De allí que SR cierre la serie de sus once colaboraciones sobre todo escénicas (enero-noviembre 2012) con un artículo dedicado a la pantalla grande. Desde ‘El retorno’, (A. F. Bertoni, 1930), a ‘Asesinato en El Meneo’, (Óscar Castillo, 2001), en la agenda se registran siete largometrajes nacionales, tipo ficción, uno por década, más o menos. Desde entonces, a la fecha, por aproximación se apunta, uno por año, todos nacidos de esfuerzos independientes con alguna ayuda semioficial. Durante el lapso 2012-2013, se deben mencionar ‘Princesas rojas’ de Laura Astorga y ‘Puerto padre’ de Gustavo Fallas (en ruta de conclusión).

Al igual que en otras ocasiones, se elude el valorar o confrontar o poner a competir una signatura contra otra. Lo que importa en esta etapa de consolidación del lenguaje y capitalización del público, son los aportes creativos y críticos. He aquí la razón de la actual escogencia.

Al cerrar su pacto con ‘Forja’, el columnista agradece el apoyo de Laura Martínez, directora del semanario, de Manuel Bermúdez y José Eduardo Mora, editores del suplemento, de María Cecilia Vega Matamoros y Derive Castellón León, respectivamente por corrección de estilo, diseño y arte final.


Paz Fábrega, ‘Agua fría de mar’, película costarricense   personalísima
(‘Tiger Award’ del Festival Internacional de Rotterdam, 2010.  Estreno en el país: 2011.)
Una mujer (Mariana, 23) y una niña (Karina, 7) en una breve playa del sur, durante un reciente fin de año y comienzo del nuevo, se encuentran y desencuentran protagonizando una serie de eventos que, desde el filo de la desintegración, invitan a quien observa a completar y reinventar esos instantes y esos fragmentos que, a propósito, parecen recortados a saltos, acaso para no caer en la tentación de la narrativa convencional. Así adivinamos su anécdota.
El ocultar ciertos elementos y mostrar otros y, desde estos últimos, inducir los primeros, constituye una técnica apta para producir un mensaje que aborde las intermitencias de la comunicación humana. Así adivinamos su tema.
A veces, la diosa casualidad produce efectos parecidos pero hay que desechar el azar para entrever de manera vaporosa los diferentes paréntesis vacíos que la obra propone.

Un sustantivo, dos adjetivos (uno ‘de término’) y la preposición del título denotan sencillez, aunque juntas esas voces destilan fuerza y atracción. Por eso, estuve casi de primero comprando mi boleto en el emblemático y muy josefino y centenario ‘Variedades’, para asistir a la inicial exhibición de una expresión caligráfica de la postmodernidad donde me sedujo una historia que precipita diferentes puntos suspensivos con los que la autora relaciona y distancia a sus criaturas dentro de una trama evanescente cuya energía fluye del tándem ‘niña y mujer’ en un ámbito de arena y espuma.

Es inconveniente enfocarla con prismáticos clásicos pues la cinta genera sus propias referencias rescatables,  en este caso, entretejiendo el océano externo con la intimidad transformando, así, con dicha ceremonia, a un espectador pasivo, quizá, en un agente de una estética distinta.
Pinceladas de la corriente social fluyen a veces en paisaje y personajes, enriqueciéndolos.
Por sensibilidad,  parece que la cineasta está llamada a continuar cultivando el conflicto indirecto gracias al inclinar de ciertas figuraciones que, en vez de certezas, entreguen dudas de tal modo que el texto exhiba ausencias que estimulen su tenaz e inteligente lectura.

NOTAS

En la fecha abajo citada y por la vía electrónica, remití copia de mi apreciación a estimables colegas con quienes muchas veces coincidimos y otras, discrepamos, pues  se trata del futuro que necesita filtrar múltiples opiniones de cuya sedimentación emergerán elementos útiles para continuar cultivando la faena. Lo peor siempre será el silencio, sr
CR / 23 de marzo, 2011

www.sergioroman.com / Bitácora 147, reajustada periodísticamente para ‘Forja’, el 25 de octubre de 2012
[email protected]

  • Sergio Román Armendáriz
  • Forja
Notas

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