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La zona en verde muestra los 1870 kilómetros cuadrados que según el oceanógrafo Guillermo Quirós, Costa Rica cedió en el mapa que entregó a la CIJ por el caso entre Colombia y Nicaragua. Además, el cuadrante en amarillo muestra otra zona que estaba consolidada y que el propio país puso en duda. (Fuente: Guillermo Quirós)
El gobierno de Costa Rica habría descuidado un área de 1870 kilómetros cuadrados de mar en el Caribe, que no incluyó en el mapa presentado ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) –en La Haya, Holanda- para defender sus intereses en el caso del conflicto limítrofe entre Colombia y Nicaragua.
El oceanógrafo Guillermo Quirós asegura que en el mapa entregado a la CIJ por Costa Rica, se renuncia a un “arco” de mar en el límite marítimo norte, que en los mapas oficiales del Instituto Geográfico Nacional aparece como territorio costarricense.
Este “descuido” podría complicar el reclamo de esa porción de 1870 kilómetros cuadrados en la definición del límite marítimo norte, que ahora debe hacerse con Nicaragua dada la nueva definición de límites que estableció la CIJ.
LÍMITE PENDIENTE
El pasado 19 de noviembre, la CIJ emitió su sentencia en el caso del conflicto de límites marítimos entre Colombia y Nicaragua en el mar Caribe, donde se reconoce la soberanía colombiana sobre siete cayos del archipiélago de San Andrés.
Sin embargo, la Corte restó a Colombia la tercera parte de su territorio marítimo en esa zona, lo cual ha provocado la molestia de Bogotá, y la amenaza colombiana de no reconocer lo dispuesto por el tribunal internacional.
La definición de este límite es también de interés para Costa Rica, pues buena parte del límite marítimo que compartía con Colombia, ahora pasa a manos de Nicaragua, sin que haya claridad sobre lo que procede en este caso.
Quirós recordó que los límites marítimos con Colombia se habían establecido mediante un acuerdo entre Cancillerías en 1977, el cual no fue ratificado por la Asamblea Legislativa como lo exige la Constitución Política.
Sobre este punto, el oceanógrafo cuestionó si el fallo de la CIJ deroga el acuerdo con Colombia, si Costa Rica está interesada en mantener ese límite, o si tendrá que negociar nuevamente los límites en el Caribe con estos dos países.
Pero, para el experto, lo más grave es que sea la misma Cancillería la que en el mapa presentado a la CIJ, haya aceptado eliminar el arco en el límite norte con Nicaragua, el cual tampoco es reconocido en el mapa que presentó la propia Corte al redefinir los límites marítimos entre nicaragüenses y colombianos.
“Nos autoinmolamos; entregamos ese territorio; eso es lo más grave, el mal manejo de la política territorial. Eso es como haberle dado el cantón de Los Chiles a Nicaragua, pero como es en el mar, nadie protesta. Lo que se está cediendo es territorio de Limón y hay que denunciarlo”, indicó Quirós.
“Lo grave es que se tenga una posición coincidente con la de Nicaragua, y el fallo de la CIJ también es coincidente con Nicaragua. La posición de Costa Rica es entreguista en el caso de estos 1870 kilómetros cuadrados de mar”, reprochó.
Según Quirós, ese arco de territorio marítimo estaba en negociación con las autoridades nicaragüenses, pero ahora Costa Rica ha aceptado tácitamente entregarlo, ante Nicaragua y ante la CIJ.
“Por eso hago un llamado para que sea la Asamblea Legislativa la que tome las riendas del asunto, que es lo procedente”, expresó.
DOS ERRORES MÁS
Quirós también llamó la atención sobre dos errores más que se reflejan en lo presentado por Costa Rica ante la CIJ.
En el mapa principal que acompaña este artículo, se puede notar que además del arco mencionado en el límite marítimo norte (resaltado en color verde), existe un cuadrado en color amarillo, que -según Quirós- es un área que en el mapa entregado por Costa Rica a la CIJ, el país lo puso como “área en la que Costa Rica reclama” cuando es una porción que ya se consideraba consolidada.
Otro error se da en el reclamo costarricense de solicitar el límite marítimo oeste a 260 millas náuticas de la costa de Limón, cuando el Derecho Internacional Marítimo establece que la Zona Económica Exclusiva (ZEE) debe estar a 200 millas.
“Esas son las razones por las que nuestra pretensión carece de sentido; tiene una serie de errores graves en derecho internacional”, afirmó Quirós.
De igual manera, criticó la posición del Ministerio de Relaciones Exteriores, que en días pasados emitió un comunicado en el que afirma que la sentencia de la CIJ no menoscaba el territorio marítimo costarricense.
De acuerdo con la Cancillería, la CIJ reconoció que los espacios marinos negociados por Costa Rica con Colombia mediante tratado, “no le generan derechos a Nicaragua en virtud de dicho tratado, ni siquiera como resultado de la sentencia”.
El Ministerio hizo ver que está realizando un análisis detallado de la sentencia y sus implicaciones, e insistió en que Costa Rica mantiene intacto el derecho sobre todos sus espacios en el mar Caribe, en relación con Nicaragua.
“Por lo tanto, nos es cierto que Costa Rica haya perdido espacios marítimos frente a Nicaragua, o que la Corte se los haya otorgado a Nicaragua (…). Los derechos de Costa Rica han sido y seguirán siendo celosamente resguardados por el Gobierno de la República”, señala el comunicado.
UNIVERSIDAD intentó conocer el criterio de algún experto de la Cancillería sobre lo expuesto por Guillermo Quirós, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta a la solicitud planteada a ese Ministerio.
FUERA DE TRADICIÓN
Para el profesor de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica Carlos Granados, la sentencia de la CIJ en el diferendo entre Colombia y Nicaragua tiene varias particularidades, y rompe la tradición de la propia Corte en este tipo de casos.
Según Granados, era claro que la CIJ nunca iba a dar a Nicaragua la soberanía de las islas del archipiélago de San Andrés, pues son habitadas por personas que se identifican como colombianos, y a quienes iba a perjudicar cambiándoles de país.
Además, consideró que claramente Colombia perdió el caso, y que esta fue una enorme victoria diplomática para Nicaragua, al ganar una gran cantidad de territorio marítimo en el Caribe, con grandes recursos pesqueros y marinos.
El académico resaltó que la CIJ suele ser “salomónica” en sus decisiones y no acostumbra dar la razón completa a ninguna de las partes, como sucedió en el caso en que Costa Rica solicitaba libre navegación sobre el río San Juan de Nicaragua.
“La Corte dijo que sí, que Costa Rica puede navegar, pero no con gente armada. Ese es el estilo de la Corte; lo he visto en muchos casos, particularmente con Centroamérica. Ha habido diferencias entre Honduras y El Salvador, y siempre ha tratado de actuar salomónicamente”, comentó.
Para Granados, es muy llamativo que en este caso la Corte haya roto su tradición y trazara un mapa con los nuevos límites marítimos entre las partes, cosa que nunca hizo en otros casos.
“La Corte, en el caso de Honduras y El Salvador, dijo que Honduras tenía derecho a una salida al mar, pero nunca trazó un mapa como en este caso. Dada la tradición, lleva razón Colombia al decir que la Corte no está para delimitar, que eso siempre se hace en los tratados de los países involucrados, pero en esta ocasión la Corte muestra que puede limitar y de hecho limitó, y sacudió a todo el mundo”, afirmó.
En su opinión, Colombia no podrá desatender esta sentencia, pese a su advertencia de no reconocer más la jurisdicción de la CIJ. En el caso de Costa Rica y Nicaragua por la isla Calero, la decisión no podrá ser salomónica y ese territorio deberá ser otorgado a alguna de las partes, aseveró.
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