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“Símbolos Patrios”, de Pedro Arrieta. (Foto: Katya Alvarado)
Justo para iniciar la temporada de pastoras y cipreses, de tradiciones religiosas e imágenes idealizadas de la cultura nacional, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) ofrece una variedad de miradas en algunos casos muy críticas sobre los estereotipos heroicos, religiosos e incluso futboleros de la identidad costarricense en la exposición colectiva “Construcciones / Invenciones: De la Suiza centroamericana al país más feliz del mundo”.
Temas como la violencia doméstica, la inseguridad ciudadana, la homofobia, el concubinato entre política y religión, la Fuerza Pública, la ley mordaza, la desigualdad social, las manifestaciones contra el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (TLC), y las visiones un tanto más idílicas de la nacionalidad ocupan desde el 29 de noviembre y hasta el 23 de febrero la totalidad del inmueble del MADC, ubicado en el Centro Nacional de Cultura (CENAC).
La diversidad de miradas ofrecida en “Construcciones / Invenciones…” se corresponde con las contradicciones propias del diciembre costarricense, en el que se desarrollará la muestra: el mes del Niño Dios y de “Santa”, de las fiestas de Zapote y chinamos insulsos, a su vez es el de la agresión doméstica, el alcoholismo y las muertes violentas.
Durante una conferencia de prensa realizada el pasado 28 de noviembre, la directora del MADC, Fiorella Resenterra, detalló que todo el inmueble ha sido dedicado para desarrollar el tema de Costa Rica, el “país más feliz del mundo” y la “Suiza centroamericana”, y cómo a partir de esos criterios se construye la identidad.
Añadió que no se trata solo de obras de la colección del MADC, sino que se realizó un recuento de los artistas que han abordado estos temas para determinar quién podría aportar obras inéditas, además de recibir algunas en calidad de préstamo del Museo de Arte Costarricense (MAC).
“La idea es que el museo sea un espacio de diálogo. La muestra no es exhaustiva y pretende ofrecer obras que dialogan entre sí alrededor de esos ejes temáticos”, expresó.
Resenterra destacó el hecho de que se incluyeron entre los 51 artistas participantes, consolidados y emergentes, lo que implica diversos tipos de lenguajes, desde pinturas hasta instalaciones y videos.
Así, en la muestra participan trabajos de artistas de renombre histórico en la cultura costarricense —por ejemplo, Francisco Amighetti, Teodorico Quirós o Emilia Prieto—, algunos más contemporáneos que ya se han consagrado —Leda Astorga, Eugenio Murillo o Rafael Ottón Solís— y talentos emergentes —Diego Fournier, Diego Arias, Anna Matteucci o Karol Rodríguez—.
Sobre la generación de obras inéditas, Resenterra detalló que a los artistas no se les dio una línea a seguir respecto al enfoque, de manera que algunos son muy críticos y otros más optimistas.
“La idea es que toda la exposición funcione como un intertexto. Las obras no han sido separadas por el tipo de lenguajes o su temporalidad, por lo que se pueden encontrar piezas en la Sala 4 que coinciden en algunos aspectos con las de la Sala 1”.
La funcionaria informó que para el mes de febrero se plantea una segunda parte del evento, que consistiría en la realización de encuentros teóricos, conferencias o mesas redondas, a partir de la muestra.
También, la exposición contiene una serie de textos de diversas procedencias, que abordan el tema de 1858, del periodista francés Félix Belly y el irlandés Thomas Francis Meagher, a quienes se atribuye la comparación de Costa Rica con Suiza.
MIRADAS CRÍTICAS
Por su parte, la curadora del MADC, María José Chavarría, destacó el hecho de que “Construcciones / Invenciones” ante todo ofrece un panorama de los diversos acercamientos de los artistas y su visión de la nacionalidad.
Tras recordar que la idea de la “Suiza centroamericana” es uno de los primeros imaginarios y estereotipos sobre la nacionalidad costarricense, indicó que el más reciente estereotipo “del país más feliz del mundo…”, impuesto por los cuestionables estudios internacionales a Costa Rica durante dos años consecutivos.
Así, calificó la muestra de “reflexiva” y subrayó que la visión ofrecida es “transtemporal” de las últimas décadas y que, a partir de conversaciones con los artistas, surgieron más temas alrededor de los que se habían planteado originalmente.
De manera que esa nostalgia helvética y delirios de felicidad superlativa no son los únicos ejes específicos de la exposición, sino que se filtran a través de otros —las desigualdades sociales, la violencia policial o la criminalidad— elaborados en toda la muestra.
Chavarría puntualizó que el guión de la exhibición se estructuró mediante ejes temáticos. Al inicio, en la Sala 1 del MADC, las obras expuestas abordan el tema del paisaje, desde la visión de la Costa Rica verde e idílica, con referencias al turismo junto con una mirada crítica al turismo sexual. Es esa primera parte donde se da espacio, por ejemplo, a la generación de los años 30, que recuperó elementos de la casa típica.
La Sala 2 explora la configuración política de la territorialidad del Estado como elemento de identidad, con piezas abocadas a la relación de la ciudadanía con los límites y las fronteras y otros espacios geográficos, tal es la relación con Nicaragua, China o Estados Unidos.
En esta parte de la muestra, figuran los trabajos “La Suiza Centroamericana” de Francisco Munguía; “Los ticos somos ¿pura vida?”, en la que Susana Sánchez denuncia la xenofobia contra los vecinos nicaragüenses; y “La Bígama”, una pieza móvil en la que Karol Rodríguez expone la ambivalencia de la lealtad costarricense dividida entre China y Estados Unidos.
En la Sala 3 se abarcan la religión, el papel del fútbol, las tradiciones populares y la relación con los héroes, particularmente Juan Santamaría. En esta sección, se destaca la instalación “Símbolos Patrios”, de Pedro Arrieta, que presenta una botella de guaro Cacique, una bola de fútbol y una reproducción de la imagen de la Virgen de los Ángeles.
También, las piezas “El futbolista delicado” y “Últimos implementos deportivos para un futbolista delicado”, de Roberto Guerrero, las cuales son una reflexión sobre los estereotipos de género y masculinidad a partir del fútbol. “Uno de los estereotipos más fuertes tiene que ver con cómo se define la hombría en el juego. El artista siente que no coincide con ese estereotipo tradicional y lo parodió”, detalló Chavarría.
En esta sala, igualmente, se presenta el video “Mi linda Costa Rica” de Jurgen Ureña, el cual recurre a una parodia realizada por el actual ministro de Cultura, Manuel Obregón, de la canción del mismo nombre.
Otra de las obras es “La Comedia”, de Eugenio Murillo. Se trata de una instalación en que se presentan elaboraciones de Murillo, a partir de los personajes de las típicas mascaradas. “La pieza parte de la idea del carnaval como una circunstancia del mundo al revés, donde el que manda se convierte en sumiso; hay una transgresión”, expresó el artista.
De cada pieza cuelgan unas etiquetas que aventuran nombres de los personajes en función de una pretendida felicidad perenne, que se relacionan con la etiqueta de “país más feliz del mundo”, “que no es impuesta y con la que tenemos que lidiar, pues tiene consecuencias que van desde la mofa hasta la inocencia de pensar así”.
Finalmente, la Sala 4 presenta una reflexión amplia sobre el poder, la violencia, la inseguridad o la impunidad. Se muestran trabajos como la serie “Inventario” —en la que de José Alberto Hernández expone realidades de la violencia cotidiana y la inseguridad ciudadana—, o “El re-Cuento de los Daños” del artista Roberto Guerrero, quien se apropia e interviene el libro homofóbico “Dios perdona al Homosexual”.
Asimismo, en esta sala se exhibe el video de una acción de Albán Camacho titulada “El Dolor que nos espera”, realizada durante una manifestación contra el TLC en el 2003.
La curadora Chavarría hizo ver que la exhibición busca “abrir un punto de conversación y los lenguajes son variados. En realidad es un primer acercamiento, un primer panorama”.
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