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Saprissa no es favorito para la final

Douglas Sequeira, siendo defensa, es uno de los máximos goleadores del Saprissa y abrió la cuenta contra Herediano. (Foto: tomada del sitio www.saprissa.co.cr)

Douglas Sequeira, siendo defensa, es uno de los máximos goleadores del Saprissa y abrió la cuenta contra Herediano. (Foto: tomada del sitio www.saprissa.co.cr)
Si Saprissa y Herediano empatan el partido de vuelta de la semifinal del campeonato, los morados irán a la final.
Después de empatar (1-1) en el juego de ida celebrado el pasado domingo en Heredia, si vuelven a empatar, no se juegan tiempos extra ni tampoco se define el pasaporte por la vía de los penales. Simplemente avanza el Saprissa, porque los morados ocuparon una mejor posición que los campeones nacionales al terminar la etapa de clasificación. Es lo que se llama, ahora, contar con la ventaja deportiva.
Pareciera entonces que todo está en favor del Saprissa: jugará en su estadio; empató de visita y solo una derrota lo saca del campeonato. Si empata, sigue. Por su parte, el Herediano, se presume, esta contra las cuerdas, obligado al triunfo.
A pesar del antecedente, la serie está totalmente abierta porque en 90 minutos que restan de confrontación, el Herediano —con mejor equipo que el Saprissa, con un fútbol más vistoso, agresivo y ofensivo que practica, con mayores opciones de variantes tácticas en su reserva— perfectamente puede ganar este partido.
Al día de hoy y después de jugarse los 22 partidos de la fase de clasificación, son minoría las personas dentro de un conglomerado de prensa deportiva, aficionados, analistas y comentaristas de fútbol criollo, los que ven mejor dentro de un terreno de juego a los morados: el campeón nacional juega mejor que el Saprissa.
NÚMEROS FAVORABLES
Saprissa es grande hoy aritméticamente. Sus números en el campeonato lo corroboran. El equipo de Daniel Casas solo quedó un punto por debajo del Alajuelense, los dos grandes ganaron el mismo número de juegos (13), Saprissa empató 4 y la Liga 5, pero en derrotas fue  lo contrario: los erizos 4 y los morados 5, y por ahí estuvo la escasa diferencia. Saprissa presentó la delantera más efectiva del torneo (cinco goles más que los manudos) y terminaron igual en goles permitidos (22 cada equipo).
Si hablamos de números, Saprissa fue de los mejores, sino el mejor, pero su rendimiento en la cancha nunca terminó de convencer ni a sus más acérrimos fanáticos. “Gana sin convencer”, “Saprissa no juega a nada” y “¿De qué juega Saprissa?” fueron cuestionamientos continuos y repetitivos conforme Saprissa avanzaba en las posiciones del campeonato.
Y esta fue la tónica hasta el partido de ida de la semifinal, donde por arte de magia, el Saprissa repitió parte de la historia de todo el torneo. Sin jugar bien; siendo superados en agresividad, en vocación ofensiva, en volumen de juego por los anfitriones que estrellaron tres remates en los postes, los morados no solo sacaron un punto de oro, sino que pudieron ganar el juego en el último minuto.
Es más, al Saprissa se le anuló un gol legítimo que pudo ser un 2-0 que definía la serie y jugó los últimos 25 minutos con un hombre menos, dada la expulsión de Juan Manuel Morales, méritos de la oncena de Casas; sin embargo, quedó la impresión de que Herediano la tuvo para liquidar, que debió salir con un resultado favorable y que no supo aprovechar su mejor fútbol en la grama.
Todo esto está en juego para el partido de vuelta.
EQUIPO LIMITADO
Daniel Casas ha tenido que preparar  un equipo muy táctico y poco emotivo, con un talón de Aquiles que es su línea delantera, limitada hoy en día a solo un hombre: Jorge Alejandro Castro El Tanque.
Castro despertó tarde y empezó a mover cordeles en la parte final de la etapa de clasificación. Como compañero en la artillería morada, ha hecho binomio con César Elizondo, Daniel Colindres, José Luis Cordero y Ricardo Costa sin que ninguna de las parejas lograra consolidarse.
Saprissa luce limitado en ofensiva y se ha aferrado a jugadas de bola muerta, como son los tiros libres y los de esquina, para que, específicamente sus defensores, depositen la redonda en los cordeles contrarios. Apoyados en la especialidad que suma en estos lances el uruguayo José Carlos Cancela, el defensor Douglas Sequeira —quien ha hecho fiesta anotando goles de cabeza, idénticos al que le anotó al Herediano el domingo—, Óscar Duarte, Alexander Robinson y Gabriel Badilla, pilares de la retaguardia.
Cuando un equipo, cualquiera, gana partidos por la vía del balón parado, deja mucho que desear su rendimiento global y esto ha sido tema del Saprissa en la campaña. Este equipo no es peligroso en ofensiva, es mucho más peligroso el Herediano, pero los morados llegan al gol por otros senderos más simples y prácticos.
SEMIFINAL ABIERTA
Herediano es un equipo muy dinámico, preciosista y suma toque e inteligencia. Si unimos el fútbol de Marvin Obando, Waylon Francis, Mauricio Núñez, Marvin Angulo, Elías Aguilar, José Sánchez, Esteban Ramírez e Ismael Gómez, todos generadores de fútbol por los costados y en la cintura del Team, es sencillo comparar que ningún equipo del campeonato suma tanto talento.
No todos son titulares, porque no hay espacio, pero con futbolistas de este calibre, un empate a uno en el juego de ida no es ventaja suficiente. El campeón nacional está totalmente capacitado para ganar el partido en el Ricardo Saprissa.
En el juego de ida, Herediano entró al área del Saprissa con mucha facilidad. Desbordaron las marcas de Robinson, Morales y Badilla, y se metieron en las narices del portero Donny Grant. Luego, no tuvieron frialdad ni capacidad para cerrar las acciones ofensivas.
La presencia del Team en la zona caliente del rival fue constante y esto se va a repetir en el juego de vuelta, básicamente porque Saprissa, aunque sea en su patio, no puede jugar de otra forma a como lo ha venido haciendo. Firme y ordenado en defensa; excelentes mediocampistas de marca y al acecho de cualquier descuido para construir un contraataque letal o tocar la red con bola muerta.
Saprissa no tiene nómina para írsele encima al Herediano. Tratará de liquidarlo con su estilo frío, calculador, jugando con los tiempos y el reloj, conocedores de que basta un gol para ser finalistas, pues dejan al rival contra las cuerdas, obligados a meter dos.
Herediano urge de un poco de serenidad para terminar las acciones ofensivas que construye con tanta facilidad; Saprissa aun siendo local los va a esperar para tratar de rematarlos al menor descuido.
La otra semifinal entre Limón y Alajuelense arrancó más tarde y el cierre de edición no nos permitió comentarla.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
  • Deportes
FootballRicardo Saprissa
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