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Reflexiones sobre una alianza de oposición

Suele suceder que en un país agobiado por la crisis económica y social y/o con gobiernos impopulares, el partido oficialista se va a pique, como les pasó a los republicanos tras Bush, a los socialistas tras Zapatero y a los panistas tras Felipe Calderón… ¿Por qué no sucede lo mismo al PLN en Costa Rica? En parte, de alguna manera, porque el PLN ha logrado desviar la atención y el malestar popular de forma que la gente no asocie el descontento general hacia su partido, a pesar de que el gobierno pertenece al mismo. Es como si doña Laura y el PLN fueran dos cosas distintas, aun cuando ella recibió el apoyo de todo su partido, incluyendo los actuales precandidatos liberacionistas. Pero la otra razón es la mal articulada oposición costarricense (a diferencia de otros países) que no es vista como la respuesta o la alternativa a los problemas que afronta el país. 

Suele suceder que en un país agobiado por la crisis económica y social y/o con gobiernos impopulares, el partido oficialista se va a pique, como les pasó a los republicanos tras Bush, a los socialistas tras Zapatero y a los panistas tras Felipe Calderón… ¿Por qué no sucede lo mismo al PLN en Costa Rica? En parte, de alguna manera, porque el PLN ha logrado desviar la atención y el malestar popular de forma que la gente no asocie el descontento general hacia su partido, a pesar de que el gobierno pertenece al mismo. Es como si doña Laura y el PLN fueran dos cosas distintas, aun cuando ella recibió el apoyo de todo su partido, incluyendo los actuales precandidatos liberacionistas. Pero la otra razón es la mal articulada oposición costarricense (a diferencia de otros países) que no es vista como la respuesta o la alternativa a los problemas que afronta el país. 
 
 Hoy en día gente de casi todos los partidos dice estar a favor de la coalición para las próximas elecciones. Otto Guevara se intenta ganar, de nuevo, al calderonismo huérfano, mientras que el llamado de don Mariano Figueres fue bien respondido por representantes de sectores sociales, de apolíticos, así como del PAC, FA, AP y PUSC. Incluso José María Figueres ha coqueteado con la idea de ser “candidato de coalición” si bien los partidos de oposición rápidamente le cerraron la puerta.
 Aquellos que queremos una Costa Rica mejor y evitar que el PLN se convierta en el PRI tico sin duda estamos esperanzados con esto. El PLN, aunque ha querido hacerlo creer, no tiene ganada la próxima elección y tampoco la tiene necesariamente fácil. El problema es que la oposición dividida les beneficia, y lo saben.
 Pero una alianza o coalición no es tan sencilla de lograr. Mi opinión a este respecto es que se pueden dar tres probables escenarios: 1) Que no haya coalición del todo o que sea entre partidos muy pequeños y no los dos grandes de la oposición (PAC y ML), en cuyo caso seguramente los liberacionistas harán fiesta y comenzarán a frotarse las manos pensando en cuatro años más de repartirse el pastel. 2) Que haya una coalición de toda la oposición junta (PAC, ML, PUSC, FA, PASE, AP), en cuyo caso veríamos una polarización similar a la de Venezuela, con dos grandes bloques y una oposición unida contra un oficialismo dinosáurico. Pero este caso tiene sus aristas; de ganar la convención de la Oposición Otto Guevara esta se volvería insostenible, pues la gente del PAC, el FA, AP, etc., es decir, el lado progresista, jamás votaría por él y preferirían no votar, votar por un candidato minoritario o incluso en algunos casos preferirían al PLN antes que a Guevara. Un candidato de la izquierda, aunque improbable que gane una convención abierta, provocaría el mismo efecto en libertarios, socialcristianos y el ala conservadora del PAC. Acá es donde el PAC tiene una ventaja, al ser el partido “neutro” su candidato o candidata de ganar la convención podría recibir los votos de la gente de los demás partidos de la alianza sin mucha polémica.
3) Que me parece uno de los escenarios más probables; se forman en realidad dos alianzas; una de centro-izquierda (PAC, FA, AP) y otra de centro-derecha (ML, PASE, Renovación, si es que sobreviven sus respectivos escándalos por malversación de fondos) creando un escenario similar al del tripartidismo de México. Acá el éxito de una u otra dependería de posicionarse como el genuino rival al PLN. En ambas podría estar el PUSC, pues su socialcristianismo puede interpretarse como centro-derecha o centro-izquierda a gusto del consumidor, aparte que probablemente ninguna de las dos usará  esas nomenclaturas (derecha o izquierda) para definirse y así evitar herir susceptibilidades, buscarán eufemismos más políticamente correctos.
 Conjeturo que el PUSC estará en aquella alianza que le convenga más, es decir, aquella que le ofrezca lo mejor. Lo que desea el PUSC es regresar al poder, si bien sabe que es imposible en el futuro cercano, pero es mejor formar parte de una coalición oficialista donde algunos de los suyos puedan ser ministros o quedar en juntas directivas que ser nada.
 Pero en la práctica, es mi impresión, tanto el PUSC como la izquierda tienen claro que no tienen posibilidades de ganar las elecciones. Que su mejor opción es una alianza en la cual puedan ahorrarse los recursos y el desgaste de una candidatura presidencial, concentrarla en sacar la mayor cantidad posible de diputados, y aspirar a tener injerencia en un eventual gobierno de coalición. Por eso la Unidad o el Frente Amplio podrán presentar precandidatos, pero más por estrategia que por una genuina aspiración. El candidato de la alianza (en el escenario 2) muy probablemente emergerá o del PAC o del ML y será entre estos dos partidos que se definirá la candidatura, probablemente de forma no muy amistosa.
 El calderonismo sigue siendo una fuerza electoral importante, si bien la mayoría de estos no apoyan al PUSC porque sabe que no va a ganar. El progresismo, como demostró el referéndum, también es una fuerza enorme, pero no tiene un partido con que se identifique realmente. Probablemente ambos votaron por don Ottón Solís en el 2006, engrosando los porcentajes del PAC del 24% (2002) al 40%. Y probablemente los ataques de don Otto Guevara a Pepe Figueres le ganó buena parte del voto calderonista que le permitió subir de 10% a 20%. Una eventual alianza podría reunir ese electorado calderonista y progresista (ambos antiliberacionistas) sumado al electorado fiel del ML y el PAC (este último parece ser del 25% si nos basamos en los resultados del 2002 y 2010) que podría ganarle al PLN. Pero, aún así, tendrían que ganarse el voto de la tendencia más grande de todas: los sin partido.

  • Daniel González Chaves (Profesor)
  • Opinión
CalderonismoSocialism
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