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La conservación absoluta: fundamento de nuestros parques nacionales

Es  esencial mantener la conservación absoluta como bastión filosófico de nuestros Parques Nacionales. Esta representa ya un sentimiento y una ideología nacional, un modelo que ha funcionado y que no debería cambiarse o degradarse, sino, mejorarse y fortalecerse. Cuando se camina por un Parque Nacional, se sabe que es un sitio para la conservación, donde se respeta al máximo los procesos ecológicos. Es difícil imaginar un Parque Nacional donde el visitante  se encuentre, como en el caso de la geotermia, con tuberías, casas de máquinas, caminos, lagunas para residuos, perforadoras, etc. Ese sitio, podrá tener otro nombre, otra categoría de manejo, pero ya no sería un Parque Nacional, bajo el espíritu que nuestra sociedad ha establecido.

Es  esencial mantener la conservación absoluta como bastión filosófico de nuestros Parques Nacionales. Esta representa ya un sentimiento y una ideología nacional, un modelo que ha funcionado y que no debería cambiarse o degradarse, sino, mejorarse y fortalecerse. Cuando se camina por un Parque Nacional, se sabe que es un sitio para la conservación, donde se respeta al máximo los procesos ecológicos. Es difícil imaginar un Parque Nacional donde el visitante  se encuentre, como en el caso de la geotermia, con tuberías, casas de máquinas, caminos, lagunas para residuos, perforadoras, etc. Ese sitio, podrá tener otro nombre, otra categoría de manejo, pero ya no sería un Parque Nacional, bajo el espíritu que nuestra sociedad ha establecido.
 
Romper ese paradigma de conservación absoluta traería severas consecuencias. Después de la geotermia, vendrían las hidroeléctricas, la actividad forestal, el turismo masivo, la  minería, todos bajo la confusa etiqueta de la sostenibilidad. Y entonces, de los parques nacionales como los conocemos, solo quedaría un triste recuerdo. Por ello, en estas áreas, como ya lo señala la legislación, solo debe permitirse la investigación, el ecoturismo y  la educación ambiental.
Se alega que la conservación absoluta ya no tiene sentido, que hay que plegarse al concepto de desarrollo sostenible. Pero este concepto ha sido tan  manipulado y prostituido, que en nuestros días se puede dar ese calificativo a cualquier actividad, por destructiva que sea.  Cambiar la visión de conservación absoluta de los Parques Nacionales por desarrollo sostenible, es promover la degradación y contaminación que vemos por doquier fuera de los Parques. Ese cambio radical, llevaría sin duda a la destrucción gradual de estas importantes áreas.
Se aduce también que hay que “integrar los Parques con el sector productivo”. Esto no tiene sentido, cuando ya los Parques Nacionales y la conservación absoluta son en sí un factor de desarrollo, por todos los beneficios económicos, sociales y ecológicos que brindan. No necesitamos poner a los Parques Nacionales a producir kilowatt-hora, madera o  minerales,  para vincularlos a la producción o al desarrollo, concebido este en forma integral y holístico.
El neoliberalismo económico imperante, hace que una apertura para desarrollar proyectos dentro de los Parques Nacionales, se convierta en  un arma muy peligrosa en manos de esos sectores. Es por así decirlo “darle alas al animal ponzoñoso”, para que ya sin el paradigma de conservación absoluta, tengan libre el espacio para proponer y promover cuantas actividades se les ocurran o puedan financiar dentro de los Parques Nacionales.
En el caso de la geotermia, el mecanismo de modificación de límites de un parque y la reposición del área afectada por otra equivalente en superficie e importancia ecológica, constituye un método idóneo para impulsar el desarrollo geotérmico sin menoscabar la integridad territorial y ambiental de estas áreas protegidas.  De ese modo se  evitaría desarrollar proyectos dentro de los Parques, manteniendo el paradigma de conservación absoluta.
Se alega que, en vez de modificar límites, es mejor ampliar los usos permitidos por el artículo 18 de la ley forestal, para ir incluyendo más usos dentro de los Parques Nacionales.  Los que así lo sugieren, pareciera que parten de la obligatoriedad de  ir permitiendo paulatinamente más actividades de gran escala dentro de los Parques. Es precisamente el argumento de los que quieren romper el paradigma, acabar con la conservación absoluta e implantar el modelo de desarrollo sostenible dentro de los Parques Nacionales, lo que sería un  grave y monumental error.
La conservación absoluta debe prevalecer, como factor de desarrollo nacional integral, y los Parques Nacionales deben  mantenerse bajo la visión y filosofía actuales. No debemos arriesgar ese inmenso tesoro nacional, del que solo somos guardianes temporales. Gran parte de un mejor futuro y de una sociedad más respetuosa, sensible, solidaria y armoniosa descansa en los bosques, ríos y misterios que resguarda la conservación absoluta, dentro de nuestros Parques Nacionales.

  • Rolando Portilla Pastor (Ingeniero)
  • Opinión
Neoliberalism
Notas

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