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¿Está usted de acuerdo en que solo un filósofo debe gobernar? ¿No demuestra esto la megalomanía, el delirio de grandeza, de un gremio? ¿Y no es quien interviene en todos los órdenes de la vida humana un totalitario según la Real Academia Española? Contrario a lo que dicen los profesores de filosofía Jorge Prendas Solano y Juan Mauricio Garro Reyes (Semanario Universidad, 5/12/2012), Platón sí fue el megalómano autor intelectual del totalitarismo. Veamos quién sí leyó a Platón.
En “La República” (LR) y “Las Leyes” (LL), Platón presenta su Estado ideal, que gobierna un filósofo que le prescribe a las personas un orden de acciones desde que sale el sol hasta el día siguiente de madrugada (LL libro 7). Nadie nunca debe desobedecer ni hacer nada, sino bajo la dirección de quien manda (LL libro 12), que dicta la conducta de los demás (LR libro 7) y los somete al mismo régimen; lo mejor es (megalomanía) dejarse conducir por ese “guía sabio y divino” (LR libro 9). Cada súbdito es o “selecto” o “inferior” y, en general, la mujer es “muy inferior” (LR libro 5).
Se vigila la vida sexual de las parejas durante los 10 años en que deben procrear hijos (LL libro 6), que le pertenecen más a la patria que a ellas, así que no tienen voz sobre su educación (LL libro 7); niños que se llevan a la guerra para probar la sangre, como se hace con los cachorros de presa (LR libro 7).
Los esclavos cultivan la tierra (LL libro 7) y si se fugan su amo los castiga como quiera (LL libro 11). La medicina es para cuidar a quien la naturaleza le dio un cuerpo sano, al resto se les deja morir (como Hitler); y se ejecuta a los de alma “mala e incorregible” (LR libro 3).
Contrario a lo que dicen esos profesores, Platón sí inventó un tribunal nocturno que inspiró la Inquisición, que encarcela y aísla a personas por “delitos” de fe y aplica estos castigos: si es ateo, se ejecuta; si cree que la oración aplaca a los dioses, cárcel por cinco o más años y si no se retracta, lo ejecutan; y si finge una religión que no tiene, merece “no una, sino muchas muertes” (LL libro 10).
Los pintores, músicos y artistas no pueden innovar nada ni desviarse de lo que prescribe la ley (LL libro 2). Es que (más megalomanía) “nuestro plan de gobierno no es más que una imitación de lo más bello y excelente que tiene la vida” (LL libro 7). Se prohíben las quejas y lamentaciones (LR libro 3). Los jóvenes no pueden cuestionar la ley y tienen que decir que todas son buenas (LL libro 1). El legislador busca que todos reciban dócilmente la “intimación tiránica” que es la ley en sí (LL libro 4).
¿No es esto un manual para un régimen totalitario?
No pudiendo rebatirlo, los profesores usan afirmaciones ad hominem masivamente. Me acusan de escribir textos muy malos y descontextualizados, de deshonestidad intelectual, de ser temerario, malintencionado, cínico y visceral; y dicen que yo uso ataques ad hominem. ¡Es como unos burros hablando de orejas! Y es calumnioso afirmar que dije que “la filosofía es responsable de (la) barbarie” de la Inquisición o que “odio el pensamiento filosófico”. De lo primero culpo a Platón, no a la filosofía, ciencia que admiro y jamás odio. Pero el liberticida de Platón usa la filosofía para crear un Estado que “no pretende dejarle (a los ciudadanos) libertad para que hagan el uso que les plazca de sus facultades” (LR libro 7).
Los argumentos de esos profesores son: 1) El totalitarismo es una “opinión confusa”. Esto es falso, ver definición al inicio. 2) Platón es un filósofo famoso. Eso no tiene nada que ver con si es totalitario. 3) Platón dice que la justicia se opone a la fuerza. Bien, pero por eso su Estado es injusto, porque usa la fuerza para censurar, encarcelar y matar. Él dice una cosa y hace otra: dice que el filósofo ama la verdad, pero que el gobernante –que debe ser un filósofo– debe recurrir a mentiras y engaños por el “bien” del pueblo (LR libro 5). 4) Platón dice que se opone a la tiranía. Sí, parece que para él la tiranía –la imposición en grado extraordinario– es insuficiente, que más que extraordinaria, la imposición debe ser total.
Ante esta evidencia, preguntaba si quienes admiran a Platón lo hacen porque no hay peor ciego que el que no quiere ver. Pero hoy veo otras posibilidades: ¿será porque Prendas Solano y Garro Reyes solo leen los resúmenes u opiniones de otros, no la fuente original o porque hablan de lo que no conocen?
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