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¿Qué es lo que sucede en el CONARE?

Previo a continuar, aclaro que en este comentario me refiero a algo que llaman “Comisión de Inglés”, del Consejo Nacional de Rectores; Consejo conformado por la Universidad de Costa Rica, la Universidad Nacional, la Universidad Estatal a Distancia y el Instituto Tecnológico de Costa Rica.

Previo a continuar, aclaro que en este comentario me refiero a algo que llaman “Comisión de Inglés”, del Consejo Nacional de Rectores; Consejo conformado por la Universidad de Costa Rica, la Universidad Nacional, la Universidad Estatal a Distancia y el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Dice el sitio web del CONARE que su “visión” es continuar “… siendo un medio de creciente efectividad para el logro de una acción sistémica concertada de las Instituciones de Educación Superior Universitaria Estatal, con el propósito de optimizar la consecución y la calidad de las metas y resultados del quehacer del conjunto y la relevancia de su aporte al desarrollo científico, cultural, económico y social del país”.
Desde luego, entonces, se infiere que esa es la “visión” de esa “Comisión de Inglés”…
Empero, al leer esa “visión” y contrastarla con la participación del CONARE en lo que reiteradamente llaman “esfuerzos” para el mejoramiento de la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación del inglés, me pregunto: ¿Cuál es el “aporte al desarrollo científico” a la educación en lenguas en Costa Rica realizado? ¿Dónde se encuentra publicado ese “aporte científico” independiente, pero no el constreñido a un tradicional marco teórico “sustentado” en el acientífico “enfoque comunicativo”?
La interrogante surge porque, particularmente, desde el 2008 y hasta la fecha, no se han conocido de manera pública (ni en corrillos “académicos”) los argumentos científicos de ese Consejo que entusiastamente apoyó y apoya el infundado Plan (no) Nacional de Inglés, y “capacitó” a profesores de inglés mal “diagnosticados” a través de una prueba estandarizada insuficiente.
¡Sorprendente! ¿Universidades estatales atenidas a un “diagnóstico” resultante de una prueba estandarizada comercial acientífica?
Pero además de esto, en 2011, el Programa Estado de la Nación (PEN), que “opera bajo el marco institucional del Consejo Nacional de Rectores…” —es decir, debe ajustarse a la “visión” científica señalada— publicó el documento “Extensión y dominio efectivo del inglés como segunda lengua en el sistema educativo costarricense: Situación actual, problemas y desafíos (2010)”, documento que desde su título demuestra imprecisión conceptual, resultó más bien ser un sesgado informe sobre, precisamente, “la situación actual, problemas y desafíos” en torno a la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación del inglés en Costa Rica, y cuyos autores no se han referido a los argumentos presentados en mi artículo “Tercer Informe Estado de la Educación: Inglés” (05/11).
Continuando con lo que esa “Comisión de Inglés” realiza, esta “validó” una prueba estandarizada cuyos resultados fueron divulgados a inicios de diciembre de 2012. Se desconoce el fundamento científico de esa prueba y cómo fue validada. A la fecha ni el CONARE ni esa “Comisión de Inglés” han respondido a mi artículo “Presidenta Laura Chinchilla: ¿Cuál es la validez de la reciente prueba de inglés?” (11/12/12).
Comprendo que desde la óptica “técnica” la presidenta no conteste, al igual que el ministro Leonardo Garnier (“El ministro Leonardo Garnier no responde”, 3/11/12)… pero ¿una “Comisión de Inglés” conformada —se supone— por académicos en esas universidades estatales quienes poseen al menos grados de licenciatura, maestría y doctorado?
En las universidades la investigación científica, el debate, la crítica fundada, la libertad de cátedra, son apenas algunos de los elementos esenciales para su sana razón de ser. La corazonada, la intuición, el empirismo, el sentido común a conveniencia, los ídolos y las falsas nociones (Bacon), la promoción y representación de ¿franquicias? infundadas comerciales inferiores al conocimiento generado por sus académicos y científicos serios, son los que menos deben imperar en las universidades. Mantengo la esperanza de que lo último no sea lo que sucede en las universidades que conforman el CONARE…
¿Cómo se explica que con el Plan (no) Nacional de Inglés, “diagnósticos” y “capacitaciones” leoninas, y cuanto “congreso” se les ocurra, haya sido, por ejemplo, la absurda prueba nacional de inglés en la que más estudiantes fallaron en 2012? Y, ¿la acción sistémica?
Tienen la palabra. Contesten, pero no a través de esos congresos-feudos, adoctrinadores de lo mismo que no ha funcionado. Contesten en un debate público nacional, en persona. Los espero en el lugar, la hora y la fecha que decidan.
¡Que no sea esto un gatopardismo en educación… más!

  • Gerardo Barboza (Educador)
  • Opinión
Notas

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