Abrir Noticia Guardar

Se fue Antidio Cabal

A los 87 años, falleció en Costa Rica el gran poeta Antidio Cabal. Español, canario de nacimiento y juventud, hizo la América, sobre todo en Costa Rica donde pasó la mayor parte de su vida y dejó una hermosa descendencia y una invalorable labor como promotor cultural y distinguidísimo docente universitario.

A los 87 años, falleció en Costa Rica el gran poeta Antidio Cabal. Español, canario de nacimiento y juventud, hizo la América, sobre todo en Costa Rica donde pasó la mayor parte de su vida y dejó una hermosa descendencia y una invalorable labor como promotor cultural y distinguidísimo docente universitario.
Pero también estuvo en Venezuela por más de un decenio, tierra que amó sin límites y donde, en su natural discreción y modestia vital, dejó huellas imborrables en sus amigos, en numerosos poetas y en sus alumnos, en especial la Universidad Central, en las áreas de literatura y  filosofía, carrera esta última que cursó allí.
Antidio fue ante todo un descomunal poeta. Cuya obra, ciclópea, tuvo el más curioso destino editorial. Escribió miles de poemas desde su más temprana juventud hasta el momento de su muerte, pero tanto escribió que se olvidó de publicar lo que hacía o lo hizo en mínima medida cuando el azar lo quería.
Algunos libros breves, aquí y allá, que no alcanzaron a darle la notoriedad que merecía. Entre nosotros, inmerso en la corriente revolucionaria que recorría América Latina, su hora de los hornos, asumiendo una poesía muy anómala para la estética imperante, también alejada de su obra anterior, produjo algunos opúsculos poéticos radicalmente comprometidos, poesía de barricada que quería acompañar las luchas de entonces.
Entre ellos sobresale Gran tiempo, libro poco acogido por la cultura del momento, aun en la izquierda intelectual, pero que se convirtió en una pieza que llegó hasta el morral de los guerrilleros y las bibliotecas de los más militantes, destino muy cónsono con sus intenciones. Compartió entonces una verdadera hermandad política y estética con poetas de la talla de Ernesto Cardenal, su amigo entrañable de entonces, o Celso Emilio Ferreiro, el mayor poeta gallego contemporáneo, que también vivió silencioso entre nosotros la “larga noche de piedra” del franquismo.
Vuelto a Costa Rica su poesía retomó antiguas líneas de su quehacer literario, sin olvidar la intensa dimensión social que había adquirido en la Venezuela conmocionada por la lucha armada.  Luego, no ha mucho, volvió a su siempre presente España y allí se produjo el raro fenómeno a que aludimos.
Casi octogenario fue descubierto por la crítica y el público español, que literalmente lo ignoraba, y convertido en un fenómeno extraordinario. Las ediciones de sus obras, algunas dormidas por decenios, se multiplicaron por muchas vías, se hicieron grandes antologías y se comenzó la publicación de sus obras completas que van ya, hasta donde sabemos, por casi una veintena de volúmenes. Merecido reconocimiento que lo coloca entre los grandes de la poesía hispana del siglo XX.
Pero más allá de todo queda el imborrable recuerdo de un hombre extraordinario que marcó la vida de muchos que tuvimos el honor y la suerte de compartir su cercanía, su generosidad sin límites y su desbordante sentido del amor y de la vida. Sumamos nuestro dolor al de su mujer, sus hijos y sus innúmeros amigos y fervientes lectores y creemos un deber divulgar su legado, poco conocido entre nosotros.

  • Fernando Rodríguez, del diario Tal Cual (Caracas)
  • Forja
FranquismoGuerrillerosSpain
Notas

Este documento no posee notas.