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Para Náguall Project la música es una búsqueda

El “hang” es un instrumento de reciente invención. (Foto: Katya Alvarado)

El “hang” es un instrumento de reciente invención. (Foto: Katya Alvarado)
Toma la armónica cromática y le saca sonidos típicamente asociados al blues, pero rápidamente travesea la computadora y lo que regala es su versión de un tema del legendario jazzman Miles Davis, ejecutada sobre una base electrónica.
Sin embargo, el elemento más llamativo del Náguall Project de Camilo Poltronieri es el hang, un instrumento de percusión melódica fabricado en Suiza y que el músico incorpora a una variedad impredecible de instrumentos tradicionales de diversos rincones culturales del mundo.
Según explicó, el nombre del proyecto es una referencia a ciertos conceptos del antropólogo de origen peruano Carlos Castañeda, aunque aclara que se trata de “mi propia reinterpretación de la noción de construir puentes entre la tierra y el cielo, de acceder a esos momentos de claridad sobre la vida o epifanías, que busco a través de la música. El Náguall es entonces esa búsqueda”.
 
Poltronieri es conocido como guitarrista, arreglista y productor. Estudió en Madrid sonido profesional e industria musical en Microfusa y el SAE Institute. Además, toca en el grupo alternativo Parque en el Espacio, ha participado en grupos tan variados como Mekatelyu —de reggae roots— y ha destacado como productor audiovisual.
Este proyecto ya cumple unos dos años y el músico además mantiene el Náguall Power Trio junto a Ale Fernández en la batería y Andrés Cordero en el bajo. Se trata de un proyecto más dirigido en la dirección del jazz.
EXPLORACIÓN
El músico se refirió a esa búsqueda de sonidos que es el Náguall Project y expresó que ha recurrido a instrumentos “que me han despertado inquietudes y con los que me he sentido identificado”. Agregó que la idea de aprender algo nuevo le “fascina y realmente me gusta la sensación que tengo cada vez que consigo alguno nuevo”.
Detalló que por su cuenta ha aprendido a tocar dichos instrumentos y aunque citó que por ejemplo la música hindú tiene sus propias complejidades y dificultades, su búsqueda “consiste en tratar de tocar parecido a ellos y recurrir a sus texturas para buscar sonidos nuevos”.
La alineación de instrumentos es encabezada por el “hang”, el cual fue inventado hace diez años en los laboratorios pertenecientes a la compañía PANArt, por Felix Rohner y Sabina Schärer —en Suiza— en el año 2000, a partir de la influencia del llamado steel drum, característico del calipso caribeño.
“Hang” quiere decir “mano” en dialecto bernés (de Berna) y el nombre obedece a que se toca con las manos y a su portabilidad. Es un instrumento de percusión que sorprende por su capacidad melódica al ofrecer un rango de seis notas.
El particular artefacto sonoro llegó a la vida de Poltronieri tanto por casualidad como por empeño, ya que según relató: “caminaba por una calle en Barcelona y lo escuché; un tipo lo tocaba en la vía pública y me alucinó, pues el sonido no correspondía a su forma”.
Recordó que durante meses investigó y buscó a los fabricantes, quienes ni siquiera tienen un sitio en Internet. Además, la lista de espera para comprar el instrumento fue de un año y medio, debido a su  elaboración artesanal.
Otro elemento característico del Náguall Project es el “hand sonic”, un instrumento de percusión electrónica que también se toca con las manos y el cual cuenta con una gran variedad de sonidos internos. “Es muy versátil, le puedo asignar sonidos y lo ejecuto con la misma técnica que el hang; son complementarios”, puntualizó.
En su propuesta musical también figuran instrumentos tradicionales de diferentes culturas, como el erhu o violín chino, el cual aporta “un sonido místico, muy emotivo, transmite una suerte de melancolía ancestral”.
Poltronieri también mostró la flauta navaja —una pieza de madera propia de los indígenas navajos de Estados Unidos—, el bansuri o flauta hindú o el sitar guitar, una adaptación de la guitarra eléctrica para emular el sonido de la cítara hindú.
Entre otros instrumentos, también recurre a la llamada guitarra hawaiana, la cual ha sido adaptada a cantidad de géneros musicales diferentes como la música country, pero que capturó la atención de Poltronieri tras el uso que de ella hizo el legendario guitarrista de Pink Floyd, David Gilmour.
Tras informar que trabaja en un disco dedicado exclusivamente al hang, hizo ver que ha dedicado un buen tiempo a la composición de nuevas combinaciones de instrumentos, así como a la parte visual de su música, por lo que en “este 2013 empieza una nueva etapa”.
 

Una noche de viajes melódicos

Este jueves 7 de febrero el Náguall Project se presentará en el bar Mundoloco, en San Pedro de Montes de Oca, en un concierto a las 9:30 p.m., cuya entrada costará ¢2000.
Para las presentaciones en vivo, Camilo Poltronieri diseñó una estructura que le sirve al mismo tiempo para colocar todos sus instrumentos y como soporte para las videoproyecciones de arte visual, que forman parte de su espectáculo.

En cuanto a las presentaciones en vivo, informó que desarrolló un programa de cómputo que le permite en vivo hacer loops o frases musicales que se registran y se repiten cíclicamente, con lo cual es capaz de sumar el sonido de varios instrumentos al mismo tiempo.

Además, por medio de una interfaz, sincroniza la interpretación musical con la computadora que lleva la alimentación de video, de manera que desde su computadora portátil controla todo el audio y video. A ello se suma que con el sensor de movimiento de una consola de videojuegos XBox es capaz de traducir movimientos físicos en manifestaciones sonoras o visuales.

Para mayor información se puede visitar el sitio en Internet: www.naguall.com
 

  • Vinicio Chacón 
  • Cultura
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