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En las organizaciones e instituciones gubernamentales, existen muchas personas que se sienten sumamente identificadas con las labores que desempeñan, pero no así, con la manera de administrar que tienen quienes ejercen puestos directivos, jerárquicos y de coordinación dentro de ellas, precisamente, por la carencia de liderazgo.
Ser líder significa ser mucho más que un jefe. El liderazgo es la virtud de comunicarse con un equipo de personas, influir en sus emociones a favor de la dirección, compartir las ideas del equipo, tener firmeza, y ejecutar las acciones o actividades necesarias para el cumplimiento de uno o varios objetivos.
Sobre la base de dicha virtud, entidades y organizaciones en las que la toma de decisiones y la buena planificación procuran el desarrollo de cada uno de los objetivos de manera integral, toman en cuenta el pensamiento y los aportes que cada uno de los funcionarios tienen dentro de las diferentes áreas de trabajo.
Establecer un claro manejo de los ideales de una organización encabezados por un líder proactivo y valeroso, con gran visión y objetivos claros, permite que el equipo de personas que forman parte de ella, decidan el camino más apropiado por seguir para tener libertad de tomar decisiones a partir de lo que ese equipo opine, valorando cada uno de los puntos de vista de las personas que lo conforman, bajo una línea clara de respeto, de lealtad y de sentirse parte de un lugar óptimo para desarrollar el trabajo.
Es importante enfatizar que un buen líder, conocedor del correcto manejo de una organización, tiene el deber de potenciar la discusión del grupo que tiene a su cargo y agradecer las distintas opiniones que se vayan generando de acuerdo con la situación que se presente; asimismo, valorar cuando se está en la necesidad de resolver un problema el cual afecta de manera interna y externa a la organización.
Rescatar a las personas que cuentan con años de experiencia dentro de las organizaciones es trascendental. Aquellas son piezas claves dentro de estas en pro de un funcionamiento sano, estratégico y como formadoras de las personas que llevarán a cabo los diferentes proyectos e innovaciones futuros.
El liderazgo, como pilar firme ante una buena administración, permite llevar a cabo tareas concretas que estimulen de manera positiva y proactiva el avance de los objetivos establecidos por cada área de trabajo. La guía, supervisión y motivación frecuentes permiten al líder que encabeza una organización ver cumplidos los ideales forjados y brindar a sus colaboradores las herramientas y la dirección para el buen desempeño, nunca dejando de lado los valiosos aportes que ellos brinden, y más bien, colocándose como una guía para cada uno de ellos.
Es notorio que las organizaciones e instituciones gubernamentales encabezadas por buenos y grandes líderes cuenten con un crecimiento continuo, con ideales firmes e ideas emprendedoras que permiten a los colaboradores ser partícipes activos al sentirse parte de ese lugar de trabajo.
Generalmente, los aportes brindados por el líder se ven fielmente apoyados y amparados por los jerarcas organizacionales junto con la confianza que nace en cada una de sus ideas, las cuales se ven respaldadas en su mayoría con el apoyo y reafirmación de las personas que le rodean, considerando cada uno de sus ideales y los objetivos que se establecen para un mejoramiento continuo.
Lo estupendo será aumentar el nivel de credibilidad, apoyo y fortaleza para los buenos líderes quienes encabezan las organizaciones de forma sabia, ya que son quienes cuentan con una visión clara de los objetivos de nuestro lugar de trabajo; son seres humanos emprendedores y con deseos de hacer de las empresas o instituciones de gobierno lugares más productivos, al resaltar aún más la calidad humana y las buenas relaciones laborales.
Los cambios que se desean realizar deben ser reales, creíbles y accesibles, por lo que es necesario promover a estas personas, quienes tienen el poder de influir en forma positiva ante otras, haciendo que cada día de trabajo se realice con entusiasmo logrando el cumplimento de las metas y objetivos establecidos por las organizaciones. Efectivamente: el liderazgo es saber escuchar de manera atenta, tomar nota de cada aporte y promover el crecimiento constante, materializando una realimentación y aprovechamiento dinámicos del recurso humano existente.
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