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Estudiantes de primer ingreso recibieron la semana pasada charlas de inducción en el Recinto de la UCR en San Ramón y en el de Grecia. Se espera que en un futuro próximo la institución aplique un nuevo examen de admisión. (Foto: Grettel Rojas Vásquez)
Durante la pasada campaña electoral para elegir al nuevo rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), el entonces candidato y actual rector, Henning Jensen, afirmó que buscaría “un modelo alternativo de admisión para muchachos y muchachas que muestren múltiples desventajas educativas” (ver edición del 14 de marzo del 2012).
Al asumir funciones en mayo del año pasado, el rector conformó una comisión con actores partícipes del proceso de admisión a la UCR, como la vicerrectora de Vida Estudiantil y de Docencia, además de profesionales del Instituto de Investigaciones Psicológicas (responsables de elaborar la prueba de Aptitud Académica) y del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas.
En el seno de esta comisión se decidió que antes de realizar una variación del proceso de admisión para una población determinada, lo mejor sería trabajar aspectos macro para “aumentar la probabilidad de ingreso de jóvenes que provengan de sectores socioeconómicos y culturales infraprivilegiados, para acceder a la educación superior”, explicó el rector Jensen.
Crear un método o incluso una PAA diferenciada para una muestra especial resultaría “discriminatorio y estigmatizador”, comentó Jensen.
A su parecer, la Universidad busca y debe incidir en la sociedad y en la educación superior, por lo que se empieza a dar forma al programa que aún no se ha bautizado de manera oficial, pero que tiene como objetivo primordial promover la equidad en el acceso a la educación superior.
La vicerrectora de Vida Estudiantil, Ruth de la Asunción, hizo ver que la complejidad de la sociedad costarricense implica tener un impacto mayor.
“Hay una gran cantidad de variables detrás de este problemática del acceso a la educación superior. Una situación puede deberse a aspectos socioeconómicos, otra a socioculturales, otra que mezcle ambos o más. Es complicado, por lo que este programa aborda y tiene impacto en todas”, agregó.
La metodología del proyecto sería trabajar de manera directa y transdisciplinaria con colegios, los cuales serán seleccionados de acuerdo a criterios establecidos por el Ministerio de Educación (MEP).
“Esperamos tener incidencia tanto en las posibilidad de acceso a la educación superior, como tener una incidencia en la aprobación del propio bachillerato, lo cual sería de mucho interés para el MEP”, aseveró de la Asunción.
El pasado jueves 14 de febrero, tanto la vicerrectora como el rector se reunieron con el jerarca del MEP, Leonardo Garnier, para mostrarle el proyecto y poder encaminar labores en conjunto.
Según de la Asunción, el ministro se mostró motivado y con disponibilidad de trabajar en conjunto con la Universidad y poder establecer qué colegios requieren del impacto del proyecto.
AUMENTAR PROBABILIDADES
Detalló que se realizaron varios análisis con la información de las etapas del proceso de admisión a la UCR en años anteriores, donde se encontró que la problemática venía más allá del resultado de la PAA.
Por ejemplo, hay centros educativos donde ningún estudiante se inscribe para realizar la prueba; se inscribe cierto número, o bien, ninguno o muy pocos la hacen.
De acuerdo con datos proporcionados por la Vicerrectoría, se da el caso de 19 colegios en el año 2012, de los cuales el 100 % son públicos, académicos y en su mayoría (84.2%) son de áreas rurales o proceden de zonas con un índice de desarrollo social muy bajo.
Luego, hay otros centros educativos donde ningún estudiante que realizó la PAA tuvo la condición de elegible (nota de igual o superior a 442 en una escala de 400 a 800). Si bien hay varios centros educativos que presentan esta condición, de la Asunción puntualizó que entre estos hay un número considerable de telesecundarias y liceos de zonas rurales.
De la Asunción insistió en que hay un amplio espectro de dimensiones socioeconómicas, socioculturales, geográficas y hasta de nivel académico —de acuerdo a la formación que han recibido los estudiantes en sus respectivos colegios— que inciden, por lo que no se puede generalizar una o varias variables.
Destacó que todas las circunstancias referidas en torno a los procesos anteriores a la admisión y el mismo resultado adverso del proceso de admisión influyen para que los estudiantes ni siquiera consideren cursar estudios superiores o parauniversitarios, como por ejemplo ingresar al Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
Las cuatro universidades estatales coordinadas por medio del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) realizan todos los años visitas a colegios a lo largo del país, para explicar a los estudiantes lo que implica el proceso de admisión, a la vez que se busca apoyar al estudiante en el proceso de decisiones sobre qué camino seguir en la educación superior.
Para la vicerrectora, esta coordinación es un primer paso para el programa. Las autoridades universitarias esperan empezar a trabajar de manera directa con los centros educativos seleccionados el segundo semestre de este año.
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