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“El Nazareno mercedario” es una de las imágenes captadas por la lente de José Francisco Flores León.
Una exposición con 26 fotografías de nazarenos de Guatemala, realizadas por José Carlos Flores León, estará abierta al público, por única vez, del 15 de febrero al 22 de marzo en el Museo Histórico Juan Santamaría de Alajuela, y esta recoge la extraordinaria tradición escultórica de este país centroamericano, cuya escuela dejó huellas en el resto del área.
Las imágenes tienen un tamaño de 1,20 metros de ancho por uno de alto y fueron rescatadas de una colección que la Universidad Estatal a Distancia (UNED) no hallaba dónde ubicar, por lo que las donó a la agrupación religiosa Hermandad de los Caballeros del Santo Sepulcro de Alajuela. Esta última, tras un año de esfuerzos, pone a disposición del público la colección.
Flores explicó a UNIVERSIDAD, desde Guatemala, que las fotografías estaban en poder de la UNED porque “él las donó”, con el fin de “divulgar el arte sacro de Guatemala”.
Las imágenes forman parte del libro “Nazarenos de Guatemala” (2009), cuyo esfuerzo por captar esas figuras expuestas a las inclemencias del tiempo “no se había realizado nunca antes”.
“Debido al manejo y movimiento de las imágenes, expuestas a los elementos, estas sufren cambios que son visibles en períodos no demasiado largos. Por esa razón, decidí llevar a cabo la elaboración de un libro de fotografías, que documenta, en forma artística, más que documental, el sentimiento de un pueblo que vive la cuaresma guatemalteca”.
RIQUEZA ESCULTÓRICA
Los 22 nazarenos, captados en 26 imágenes (hay cuatro de un mismo Cristo), recogen no solo la riqueza escultórica de Guatemala, de claras influencias andaluzas, sino que dan una idea integral de la fuerza que esa práctica tomó en dicho país a partir del siglo XVI.
Como Flores reside y es oriundo de Guatemala, donde es catedrático de la Universidad Rafael Landívar, no estuvo presente en la apertura de la muestra, que se realizó el viernes 15 de febrero.
Las fotos de Flores son en su mayoría planos que buscan captar en toda su dimensión la fuerza expresiva que la destacada gama de escultores le imprimió a sus obras, que han sobrevivido al tiempo y se han convertido en obras de referencia dentro de su ámbito.
Salvador Toscano, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisa en su estudio “La escultura colonial en Guatemala”, que buena parte de ella está estructurada con base en la escultura religiosa de los siglos XVI, XVII y XVIII, y que el sello andaluz es innegable y demostrable a todas luces.
“La escultura colonial en Guatemala, como en el resto de América, es de carácter distintivamente religioso. Nacida a fines del siglo XVI, alcanza sus formas maduras en el XVII y principios del XVIII, iniciándose entonces su agonía que continúa al través del siglo XIX, no solo como una consecuencia de un proceso de academización de su arte, sino por la honda crisis que atravesó la inspiración católica que la animaba, después que las ideas ‘ilustradas’ y racionalistas avanzaron en todos los géneros de la cultura”, precisa Toscano.
Bernal Oses, promotor de la exposición por parte de los Caballeros, explica que pretenden que el público aprecie y disfrute con fotografías de una gran calidad estética, cuyo resguardo mantienen con gran fervor, puesto que saben del valor artístico y religioso de la muestra.
“Es un esfuerzo de nuestra organización. La exposición completa la financiamos nosotros con nuestro aporte, el cual realizamos con mucho entusiasmo, con la esperanza de que el pueblo de Costa Rica y los visitantes internacionales aprecien esta exhibición”, puntualizó Oses.
La muestra que, por primera vez se exhibe en el país, hace un recorrido por los siglos XVI y XVII. Una de las características de la exposición es que el fotógrafo emplea planos cerrados, lo cual aumenta el dramatismo de las imágenes y crea una presencia mayor a cada una de las esculturas retratadas.
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