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En primer lugar debo decir, que hay que enfrentar los problemas. No tiene sentido no reconocer algo que es obvio. Y por otro lado, debemos reconocer que todos, de alguna manera, hemos contribuido y seguimos contribuyendo a la consolidación de los problemas, en este caso de nuestra CCSS.
Empecemos por decir, que las personas que impulsaron el nacimiento de la CCSS, no se equivocaron. Estos, son modelos esenciales para promover la justicia social, ya que son instrumentos, no solo para la atención y prevención de la enfermedad, sino de política económica ya que permiten redistribuir el ingreso. Quiero decir con esto, que no podemos ni debemos cuestionar la existencia de la CCSS. Este es el punto de partida.
Pero por otro lado, debemos reconocer que la organización institucional no es la adecuada para nuestros tiempos ya que no parece responder a un marco estratégico que los reconozca y además visualice el mañana. La Caja es una organización centralizada de un funcionamiento poco eficiente dada la poca articulación de sus partes. Razones: desatenciones gerenciales e instrumentos de gestión, que a pesar de su innegable evolución cualitativa, no articulan la prestación de los servicios.
Pero existe un aspecto que me parece crucial que se comprenda y que se relaciona con la teoría y la práctica de la gestión de sistemas de salud. En los años 90, se abrió la base del sistema (primer nivel de atención) con la Reforma del Sector Salud generalizándose los EBAIS pero sin que se diera la necesaria reforma del nivel hospitalario. Esta apertura permitió una mayor detección de problemas de salud que no se habían identificado antes por falta de recursos. Eran problemas que estaban “escondidos”. Se detectaron entonces más casos de cáncer, más hipertensos, más diabéticos, sin que el sistema hospitalario estuviese preparado para hacerle frente. Resultado: más listas de espera, más problemas de salud no resueltos y mayor insatisfacción de la gente. Fue una “desatención” de los gobiernos que siguieron al del período 94-98. A esta situación se debe sumar, que los grandes hospitales nacionales tienen como parte de su área de influencia, una población que accede directamente a los mismos “presionándolos” con necesidades que no corresponden a su nivel de complejidad, tales como cirugías ambulatorias, electrocardiogramas, ultrasonidos y gastroscopías. No existen niveles intermedios que canalicen correctamente esa demanda. ¿Posibilidades de mejora? Muchas.
Por otro lado, hay factores externos que han incidido en la agudización de la problemática de la Caja, entre ellos la crisis financiera global y nacional que disminuyeron los ingresos de la institución. Era entonces exigida una planificación de crisis que exige esencialmente un manejo eficiente de los escasos recursos. Este es un tema de gestión institucional.
Otro factor externo, es el cúmulo de intereses particulares que poseen diversos actores vinculados con la CCSS. Por citar algunos, los de los colegios profesionales que dan luchas únicamente por sus afiliados o el de universidades que monopolizan la formación de profesionales y técnicos que necesita el sistema, y que en algunos casos inducen a la Caja a la contratación de personas con perfiles profesionales no requeridos por la institución. Resultado: mayor presión financiera para la CCSS.
Por otra parte, durante muchos años, el Ministerio de Salud ha estado ausente, no ejerciendo su responsabilidad rectora de la salud en el país, generándose un vacío de liderazgo nacional en materia de salud que no se ha solucionado. No ha existido la necesaria articulación de actores sociales en la búsqueda de una visión de país y de la adopción de compromisos reales para la solución de los problemas de nuestra seguridad social. Y cuando hablo de actores sociales hablo de gobierno, gremios, instituciones y comunidad organizada.
Se debe tener claro entonces, que hoy estamos enfrentando una situación que no se ha generado de la noche a la mañana. Hemos tenido una serie de “desatenciones” que nos lleva a enfrentar un problema de enormes dimensiones, que para solucionarlo, debemos empezar por reconocerlo, y estando claro el origen, entrarle dejando de lado intereses particulares y con una gran dosis de creatividad que permita encontrar una solución que no será nunca para el corto plazo…pero hay que empezar.
Por último afirmar, que la crisis de nuestra CCSS, no se soluciona con más de lo mismo. Si se buscan resultados distintos no sería cuerdo hacer más de lo mismo, tal y como decía Einstein.
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