Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El 21 de diciembre de 2012 marcó el final del calendario Maya, la cuenta larga como le dieron en llamar, además poseían un calendario lunar de 260 días relacionado con ritos, ceremonias y natalicios y, por último, un calendario solar de 360 días con 5 días adicionales considerados de mala fortuna, donde la tradición decía que debían prepararse para el nuevo año mediante ritos, festejos y diversas celebraciones en medio de la cautela y la expectación.
Profecías. Los Mayas se fueron y no dejaron sus escritos en inglés, español, mandarín, francés o alemán, idiomas conocidos hoy; sino que dejaron casi todo en dibujos como los calendarios para representar los días, meses y años, figuras que también representaban su manera de pensar; fueron profesionales en ramas como la antropología, lingüística, arqueología y otras, quienes trataron de decodificarlos ya que la leyenda contaba que esos dibujos contenían profecías; incluida la fecha del final de los tiempos. Una ola de misterio junto a visiones mediáticas pintaron de colorido ese momento y sirvieron para que pensadores, escritores, religiosos, músicos, canales de televisión y muchos más incluido su servidor deliberáramos sobre ese esperado suceso. Muchos entregaron posesiones en pos de hábiles manipuladores quienes decían conocer el secreto para salvarse del fin del mundo no sin antes el interesado pagara los dólares que valía tener tan valioso tesoro.
El momento llegó. 21 de diciembre de 2012 a las 12 medianoche, a través de los medios, por todo el mundo aparecían los rostros de la decepción para quienes momentos antes pensaron que ya no tendrían que volver a trabajar porque no habría lugar donde hacerlo, otros creyeron que no sería necesario responder a sus obligaciones dinerarias mientras algunos vestidos de manera extravagante se disfrazaron de alienígenas para celebrar lo que sería el tan ansiado contacto definitivo, para otros ese día sería uno más del calendario que no trascendería desde que saliera el sol hasta que se ocultara de nuevo, muchos, sin embargo, no se enteraron que ese pudo ser el último día de sus vidas.
Tiempos de cambio. Lo que la gran mayoría de la gente no se ha dado cuenta es que el mundo terminó el 21 de diciembre de 2012 (para otros el 22 de diciembre), y esto que escribo en términos abstractos en razón de lo cual evidentemente estamos aquí, sirve para reflexionar que los tiempos cambian y si no lo percibimos desde la experiencia consciente es porque los más afortunados llegan a vivir poco más de 80 años en nuestro medio y aún así esta condición no garantiza que podamos ser conscientes del cambio, y es, gracias a lo que sabemos porque lo escribieron personas en lenguaje algo más inteligible que la escritura maya a través de escritos, dibujos o valiéndose de la disciplina de la historia, o porque lo relataron de manera verbal de generación en generación, que las sociedades del pasado se comportaban conforme a las características que su entorno les proveían; en nuestros días todo es fast, con tecnología que comunica todo el planeta a través de los medios e Internet en tiempos asombrosos para una población con mayores niveles de acceso a la información y educación a pesar de los bemoles de accesibilidad que tiene cada uno; por esta razón es que aquellos que poseen una ventaja material o social y que tienen posiciones en la sociedad que les permiten tomar decisiones que afecten a los ciudadanos, deben tener esto en cuenta de cara al futuro y actuar responsablemente de manera que genere las acciones que sirvan para lograr el bien común, ya que como dijera Heráclito “No hay nada más permanente que el cambio”.
Este documento no posee notas.