La protesta ciudadana acompaña a diario la presente administración. (Foto: Katya Alvarado)
La crisis gubernamental que afronta la presente administración es agudizada por el incremento en la toma de malas decisiones. El principal resultado de esto es el aumento en la efervescencia ciudadana, reflejada mediante la protesta ciudadana, señala el politólogo Carlos Carranza.
El analista expuso sus observaciones durante la exposición trimestral del Observatorio de la Coyuntura de la Universidad Nacional (UNA), el pasado 26 de abril, en donde también los economistas Henry Mora y Roxana Morales analizaron el panorama económico para el presente año.
El analista indicó que las inconsistencias no logran que la balanza esté equilibrada. Mientras, por un lado, los índices en comercio exterior y seguridad logran repuntar, la infraestructura y la inversión social siguen siendo tareas pendientes por solucionar.
El politólogo además ve cómo los principales problemas surgen de la falta de seguimiento a los programas de Gobierno ya establecidos, al tiempo que la ética en la función pública sigue siendo una gran deuda con la ciudadanía, pues la percepción del incremento en la corrupción genera malestar entre la población.
“Silencios ante ciertos temas y las respuestas muy cortas hacen que el balance no esté adecuado”, opinó Carranza, quien agregó que el presente año requiere de un esfuerzo por levantar la imagen gubernamental tan dañada.
Uno de los ejemplos que ilustra la situación es el caso de la concesión de la carretera San José- San Ramón que articuló un movimiento ciudadano de protesta capaz de obligar al gobierno a dar marcha atrás en el contrato firmado entre el Ministerio de Obras Públicas y Transportes con la empresa de capital brasileño OAS.
FRÍO PANORAMA ECONÓMICO
Eliminar las restricciones al crecimiento del crédito bancario y la reducción de las tasas activas son dos de las propuestas elaboradas por el Observatorio de la Coyuntura de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA), para que el Gobierno alcance la meta propuesta de 4% de crecimiento de la economía nacional.
De no tomar medidas correctivas, el crecimiento podría alcanzar solamente un 3,5%, muy lejano al 5,1% logrado el año anterior. Esto se genera por el desaceleramiento con que inició el presente año, provocado por la escasa demanda externa y la reducción en la interna, durante los primeros tres meses del presente año.
El economista de la UNA Henry Mora explicó que las propuestas planteadas son sencillas, y fáciles de adoptar, “no estamos sugiriendo cosas que sabemos no van a escuchar, como revertir el modelo”.
Y es que el crecimiento económico hasta febrero del 2012  alcanzó el 7%, mientras que a la misma fecha en la actualidad se redujo a la mitad. Estos datos podrían mantenerse durante lo que resta del año.
EXPORTACIONES SIN MERCADO
El 65% de los productos nacionales son exportados a economías que actualmente están estancadas. Los mercados de Europa y Estados Unidos, lejos de mostrar signos de revitalización pronta, presentan problemas para salir del freno económico que muchos de estos países viven desde el 2008.
Es por esto que el impulso al modelo exportador no debería ser el principal eje de nuestra economía, pues el país encontrará mercados sin capacidad de recibir nuestros productos.
Para el economista de la UNA Henry Mora hay una contradicción entre la propuesta económica y la realidad mundial, “tanto esfuerzo para promover exportaciones pero en los últimos años estos mercados han estado estancados”, aseveró.
Mora insiste en la reorientación de la captación de mercados, considera que el sur del continente Americano presenta una economía saneada que podría ser un objetivo certero.
El politólogo y administrador Carlos Carranza asegura que el problema no está en el impulso al comercio exterior, sino cómo este modelo no ha logrado ser inclusivo. “Hay que buscarle alternativas para que el modelo sea efectivo”, indicó.
La apreciación en el tipo de cambio y los problemas de financiamiento a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), son otros de los problemas que provocan que el sector exportador no sea un motor de crecimiento en los próximos años.
“Hay que volver la mirada al mercado interno”, concluyó el economista Henry Mora.
CRECIMIENTO SIN NUEVO EMPLEO
El panorama interno tampoco escapa a los problemas, pues las ofertas laborales también podrían sufrir un leve freno en su crecimiento. Pese a que el sector industrial ha crecido económicamente en los últimos años –principalmente las empresas en zonas francas−, estas ya no requieren más trabajadores.
El régimen de zonas francas es el único que mantiene un ritmo acelerado de dinamismo. Hasta febrero del presente año creció 13,8%. No obstante, el 46% de la producción de este tipo de industrias se concentra en la fabricación de circuitos integrados.
“Hay una concentración en las actividades que están generando crecimiento, por lo tanto vamos a ver un impacto negativo en el empleo”, apuntó la economista Roxana Morales de la UNA.
Entre las propuestas para equilibrar el impacto que el desaceleramiento económico pueda tener en la población, está el buscar una actualización debida a la metodología de ajuste tarifario de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), con el fin de evitar un alza periódica abrupta de los precios en los servicios básicos.
 

 
Carlos Carranza. Politólogo y administrador.

“Este gobierno no mide las posibles consecuencias de sus decisiones”

Carlos Carranza, politólogo y administrador: “Esta administración no ha logrado un balance adecuado”. (Foto: Katya Alvarado)
Rescata usted aspectos positivos de la administración Chinchilla Miranda, pero si los contraponemos con los yerros cometidos hasta el momento, ¿hacia dónde se inclinaría la balanza?

-En relación con los últimos diez meses podría decir que es un balance que no logra un equilibrio adecuado. Solo dos o tres temas están bien definidos, pero hay áreas con muchas falencias.

Pasa también que la población percibe un deterioro de la ética en la función pública. -Este debería ser un tema prioritario en el último año de la administración, para lograr que el país retome la confiabilidad en las autoridades.

¿La administración Chinchilla responde solo a la presión popular cuando esta llega a un límite inmanejable?

-Lo que pasa es que este gobierno no mide las posibles consecuencias de sus decisiones y las reacciones que estas puedan provocar, por ejemplo la concesión San José- San Ramón, en la cual no se midió el impacto y las reacciones de los actores sociales involucrados. No hay un análisis político sesudo que facilite la toma de decisiones.

¿Qué papel están asumiendo los diferentes movimientos de protesta ciudadana? -Surgen debido a la desconfianza de la ciudadanía ante diferentes situaciones, además que es una alternativa ante la falta de respuestas del Ejecutivo.

¿Pecó la presidenta Chinchilla a la hora de conformar su gabinete?

-Los cambios se deben a agotamiento de algunos de sus ministros, falta de proyectos adecuados y una crisis ministerial provocada por la falta de espacios claros de cómo se quiere marchar en conjunto como gobierno. No hay una elaboración política de los ejes en los que se mueve el gobierno. Este se mueve de acuerdo con ciertas corrientes pero no se ha logrado plantear una adecuada relación con sectores sociales, que en los últimos tres años han ido creciendo.

¿Le dará tiempo a la administración Chinchilla de enrumbarse o por el contrario saldrá por la puerta de atrás? ¿Qué debe hacerse para mejorar esa imagen tan deteriorada?

-Al ser un año electoral, el gobierno tiene que dar pasos muy firmes en la negociación con las diferentes fuerzas políticas y sociales para finiquitar los proyectos que son estratégicos, y además buscar establecer relaciones más claras con la sociedad civil. Tomarla en cuenta y no verla como el receptor de políticas públicas.