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UNESCO insta a periodistas a “hablar sin miedo”

Cada semana, en promedio, muere un periodista en el mundo en su intento de entregar información veraz, según la UNESCO; pero estos casos no necesariamente ocurren en un contexto de guerra, de hecho, el 95% de estos periodistas mueren ejerciendo de manera cotidiana la profesión en su país.

Cada semana, en promedio, muere un periodista en el mundo en su intento de entregar información veraz, según la UNESCO; pero estos casos no necesariamente ocurren en un contexto de guerra, de hecho, el 95% de estos periodistas mueren ejerciendo de manera cotidiana la profesión en su país.
Este fue uno de abudantes datos expuestos en Costa Rica entre el 2 y el 4 de mayo pasados, al haber sido escogido el país como la sede del Día Mundial de la libertad de Prensa. La UNESCO, con el apoyo de otras organizaciones, llevó a cabo tres días de conferencias y conversatorios con periodistas y especialistas en derechos humanos que vinieron a exponer la situación de sus países y regiones.
El Congreso giró alrededor del lema “Hablar sin miedo” e insistió en la necesidad de proteger el derecho a la libertad de expresión que poseen todos los ciudadanos, sin limitarse a los periodistas. Sin embargo, la seguridad de estos profesionales fue un tema al que se le dio un especial énfasis.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 600 periodistas han muerto en los últimos 10 años mientras realizaban su labor.

Javier Restrepo, periodista colombiano y maestro en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, declaró en su ponencia que el periodista tiene el papel fundamental de informar de forma veraz, de manera que “un periodista silenciado equivale a una sociedad silenciada”; Sin embargo consideró que el primer error de un periodista es caer en la autocensura y callar, es decir, no publicar.
Como una de las aristas indispensables en la discusión dentro de las conferencias, se encontraba el combate a la impunidad. La mayoría de los delitos cometidos hacia periodistas alrededor del mundo quedan impunes y el Congreso busca denunciar todo aquello que queda sin ser dicho dentro de la profesión. Así, en el cierre de la Conferencia Hablar sin riesgo, se adopta la Declaración de San José 2013, un documento que hace un llamado a los gobiernos, organizaciones sin fines de lucro y periodistas a apoyar el Plan de acción de la Naciones Unidas para la seguridad de los periodistas y el combate a la impunidad, con el fin de garantizar una libertad de expresión universal.
IMPUNIDAD EN EL CRIMEN DE LA PENCA
Ante una consulta del Semanario Universidad, el Relator de la Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, Frank La Rue, se refirió al crimen de La Penca, un atentado cometido en una conferencia de prensa el 30 de mayo de 1984 en la margen nicaraguense del río San Juan, donde murieron tres comunicadores de medios costarricenses y decenas resultaron heridos. Según La Rue, la demanda de justicia de las víctimas tras casi tres décadas sigue siendo “absolutamente legítima”.
“Creo que tanto los casos del presente como los del pasado deben tener igual importancia. Si no hay una prescripción específica de igual manera estos delitos deben ser investigados y procesados, y aunque no pueda ser procesado siempre es una buena idea que el Estado investigue y clarifique los hechos, por lo menos por razones históricas”, recomendó La Rue.
El caso de La Penca ha sido calificado como un delito de lesa humanidad y no ha prescrito. Por este crimen hay una petición presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se encuentra en la etapa de admisibilidad. La Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH, Catalina Botero, se limitó a decir que trata de agilizar todos los casos pero que la CIDH no cuenta con suficientes recursos.
En un panel acerca de la situación de la libertad de expresión en Costa Rica, el director del Semanario Universidad, Mauricio Herrera, resaltó la necesidad de que el país despenalice los delitos contra el honor relacionados con asuntos de interés público, la importancia de contar con una Ley de acceso a  información pública y la urgencia de que se garanticen frecuencias de radio y televisión para organizaciones de la sociedad civil.
PREMIADA Y ENCARCELADA
La ceremonia de entrega del Premio Guillermo Cano fue celebrada el segundo día del Congreso, con mensajes de la Presidenta Laura Chinchilla y de la directora general de la UNESO, Irina Bokova. El premio fue otorgado a Reeyot Alemu, una periodista etíope, que permanece  encarcelada en su país por cumplir con su labor de evidenciar la verdad y no ceder ante la censura. Alemu envió a una representante en su nombre a recibir el premio.
En foros pertenecientes al Congreso se discutían temas de género y de la seguridad de mujeres periodistas. Con la presencia de organizaciones internacionales encargadas de tratar exclusivamente el tema de género en el periodismo, se plantea que la mujer y el hombre no son iguales. Como mujeres, las periodistas enfrentan riesgos más altos que se deben visibilizar. Con ejemplos de periodistas mujeres realizando su labor riesgosa de una manera admirable y sin temor, en países como Sierra Leona y Zimbabue, muchas otras se animaron a contar las historias de abuso que sufrían en el ejercicio de su profesión y llegaron al acuerdo de “no callar”.
En su discurso a la distancia la etíope, Reeyot Alemu, envIó un mensaje: “para aquellos periodistas que viven bajo un gobierno democrático, considérense afortunados”.
(Colaboró con esta información: Mauricio Herrera, director del Semanario Universidad)
PIE DE FOTO: Ana María Busquets, viuda del periodista colombiano Guillermo Cano, colocó una medalla en la fotografía de la periodista etiope Reeyot Alemu, ganadora del premio mundial Unesco-Guillermo Cano a la libertad de prensa, quien no pudo asistir por estar encarcelada en su país desde el 2009. (Foto: Susanne Alvarado)

  • Mónica Hidalgo Reynolds [email protected]
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