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Recientemente se retomó el debate de qué áreas usar para generar electricidad, para satisfacer la demanda nacional y esto por el interés de cambiar el uso de un segmento del área de un Parque Nacional para aprovechar el potencial geotérmico.
Este tema pues, es solo una de las aristas, mezclando diversas cosas, de un complejo problema de acuerdo a necesidades, intereses grupales y particulares, tanto económicos, sociales y naturales para satisfacer necesidades de un “mercado esclavo”, como somos los usuarios de energía eléctrica y como se sabe en el mundo de los negocios, este tipo de mercado atrae a diversa variedad de inversionistas y “agentes de ventas”.
Como se ha visto en casos previos, ya se han presentado conflictos por filosofías, intereses, necesidades y formas de satisfacerlas, y el mejor ejemplo son las hidroeléctricas de diversa escala y el que está en estos momentos en el “aire” es Diquís. En este caso el conflicto es viejo, tiene que ver también con áreas especiales desde el punto de vista social y cultural, y eso que no se ha comentado lo que podría ser el impacto (si hay o no) en la zona RAMSAR, no solo durante la fase de construcción, sino también durante la etapa de operación y mantenimiento de la planta y el embalse. A esto hay que añadirle el tema de las mareas, cambio climático y el potencial aumento del nivel medio de los océanos.
En el caso de geotermia, lo que pesa es el “quitar” una cierta área a un Parque Nacional y compensarla extendiendo los límites en otro sentido. Si esto sucede en este caso, simplemente se abre el antecedente y la puerta para que esto mismo suceda en otras áreas del país. También se debe de recordar de la frase o dicho: “hecha la ley, hecha la trampa”. Otro recuerdo es el del conflicto con las marinas y áreas protegidas, así como el turismo y su desarrollo de infraestructura en las zonas costeras.
Como se conoce a la “Pacha Mama”, es una y no tiene divisiones territoriales; estas han sido trazadas por la humanidad; los límites administrativos y políticos son simplemente líneas sobre un papel, los cuales no son reconocidos o usados por los ecosistemas y ciclos dinámicos de los elementos naturales; lo más cerca ha sido la definición de cuencas hidrogeológicas, para ver cómo “camina” la gotita de agua de regreso al océano, desde que sale del mismo y llega a las montañas. Otro ejemplo han sido las “Zonas de Vida”.
En un determinado plazo nuestra sociedad y los grupos de poder que la conforman tendrán que llegar a sentarse en una mesa, para ver cómo se hace para “sostener” el país desde el punto de vista económico, financiero, social y natural, mediante una opción robusta para manejar las variables de fuentes de producción de energía, la reducción de impactos, costos de producción, transmisión y distribución final.
Acerca de las fuentes propias se deberá tener un inventario detallado a escala nacional y a cada una hacerle una ficha técnica integral, que contemple información detallada acerca las ventajas y desventajas de usarla, los impactos, tanto positivos y negativos, los costos asociados a su posible explotación; estos costos son económicos, financieros, sociales y naturales en las tres escalas, local, regional y nacional, para poder hacer un estudio de beneficio-costo neto para el país y crear una lista de opciones. Como parte de este proceso, la información que se genere y lo que se concluya debe ser abierta, de tal manera que cada sector comprenda cuál es la necesidad, cómo se puede satisfacer y cómo se verá afectado.
Para armar el fichero se requiere paciencia, interés real de todos los grupos que conforman nuestra sociedad, los recursos económicos, financieros, logísticos, materiales y humanos para hacerlo y la respuesta a la pregunta ¿Quién o quiénes lo elaboran y lo administran?
En el caso particular de segregar áreas de Parques Nacionales, no me parece lo adecuado siempre y cuando demuestren que no hay otras opciones y es lo último, al menos de que se “cree” otra figura, donde el área se vuelva “socia” y/o alquile el espacio, de tal manera que reciba un porcentaje de los ingresos netos por la venta de energía, esto por el aporte que da para la generación. Como parte de todo esto se debe tener un mapa de 4 dimensiones, las espaciales y temporales acerca de cómo funcionan todos los ecosistemas en el área del parque, sus relaciones internas, así como con las zonas de amortiguamiento y más allá, así como tener la lista de “inquilinos” temporales y permanentes de todo el Parque. Con la información previa, así como el mapa de los recursos y conociendo la dinámica de los mismos, se debe primero entender cómo funciona el sistema, para luego empezar a analizar opciones y escenarios para otros posibles usos y si es necesario realmente cortar un pedazo y cambiar las actividades, y de hacerlo, cómo alteraría el resto del sistema.
Todo lo anterior se usaría para comparar con otras opciones y asignarle una “número de atención” en la lista de potenciales fuentes o lugares para ser explotados para generación eléctrica, ver las opciones de importación de hidrocarburos o de electricidad, por medio del SIEPAC y el “Mercado Eléctrico” de Centroamérica.
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