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“A partir de hoy debemos trabajar unidos y unidas para cumplir con nuestro deber con el pueblo costarricense; debemos estar a la altura de nuestras responsabilidades y exigencias y ser capaces de superar diferencias, para construir juntos un sistema de justicia acorde con la realidad de nuestros tiempos”, expresó Zarela Villanueva al asumir la presidencia de la Corte.
“Acepto la responsabilidad de ser la primera mujer −en casi dos siglos− en ocupar esta silla, así como el peso que significa suceder a uno de los más grandes reformistas de la justicia y uno de los presidentes más queridos, como lo fue el doctor don Luis Paulino Mora Mora”.
Con estas palabras y la voz entrecortada la magistrada Zarela Villanueva inauguró el pasado lunes 13 de mayo su periodo de 4 años al frente de la presidencia de la Corte Suprema de Justicia y se convirtió en la primera mujer en desempeñar esa posición en 187 años de historia judicial.
Villanueva ganó la elección en la primera ronda de votación y obtuvo 12 votos a su favor, imponiéndose a los otros dos candidatos: Magda Pereira, quien obtuvo 8 votos y José Manuel Arroyo, quien recibió 1 voto. Un magistrado votó en blanco.
En su discurso de aceptación, la nueva presidenta de la Corte hizo varios llamados a la unidad interna, convocó a los magistrados a “cumplir nuestro deber con el pueblo costarricense”, y calificó a los empleados del Poder Judicial como su activo más valioso.
“Me enorgullece el hecho de que esta institución está compuesta por personas que se sienten orgullosas de servirle al país y que lo hacen más allá del deber. Son estas personas las que me inspiran y obligan a tratar de marcar la diferencia todos los días, en el manejo de esta compleja institución”.
En sus primeras palabras como presidenta de la Corte, Villanueva agradeció enfáticamente el apoyo recibido por el magistrado Arroyo, quien −en sus palabras− antepuso los intereses del país a su interés personal.
“Gracias a él es que se generaron los consensos para que yo haya sido electa; un gesto de esta grandeza solo puede provenir de un verdadero demócrata, de un hombre noble que tiene claro que la patria se ha construido por muchas personas que pensaron primero en el interés general; muchas gracias don José Manuel, usted para mí es referente de los más altos valores que un ser humano es capaz de lograr (…) considero un honor integrar esta Corte con personas de su valía; la patria y la historia le sabrán reconocer este gesto que ha tenido, por luchar por la unidad de esta Corte con un costo personal para sus justas y dignas aspiraciones”.
Villanueva tiene 60 años de edad, 34 años de laborar para el Poder Judicial y es magistrada desde hace 23 años.
La nueva presidenta de la Corte integra el Consejo Superior del Poder Judicial, de la Comisión de Modernización y es coordinadora de las comisiones de Género, Transparencia y Nombramientos
Su padre, Jorge Luis Villanueva Badilla, es también abogado, fue diputado por el Partido Liberación Nacional (PLN) y presidente de la Asamblea Legislativa (1983/1984); su hermano Luis Gerardo Villanueva, es diputado por el PLN y fue presidente de la Asamblea Legislativa durante el primer año de esta administración.
Zarela Villanueva es la presidenta número 62 en la historia judicial y sucede en el cargo a Luis Paulino Mora, quien falleció el 17 de febrero pasado, luego de presidir la Corte durante 14 años.
En la sesión de la tarde los magistrados eligieron, además, por 15 votos a su favor, al magistrado de la Sala Tercera, José Manuel Arroyo, como vicepresidente de la Corte.
Arroyo señaló su intención de impulsar una estrategia para unificar a los magistrados y acercar a los diferentes sectores que participaron en esta elección, pero señaló que existe un grupo mayoritario que apoyó la elección de Villanueva y la suya. “Está claro que se ha impuesto una manifestación de apoyo tanto para doña Zarela como para mí”.
El magistrado fue presidente de la Sala Tercera, se desempeñó como juez de casación penal, director de la Escuela Judicial de Costa Rica, juez del Tribunal Superior Penal San José, fiscal y defensor público.
ELECCIÓN TRABADA
El proceso de elección de la nueva cabeza de la Corte se inició el pasado lunes 6 de mayo, cuando se efectuaron cinco infructuosas rondas de votación para los dos candidatos que hasta ese momento existían: Zarela Villanueva y José Manuel Arroyo.
Dicha jornada se caracterizó por una presencia evidente de un bloque de 8 magistrados que no apoyaban a ninguno de los dos candidatos y que votaron sucesivamente en blanco en cada turno de votación.
El lunes 13 por la mañana, finalmente se oficializó una tercera candidatura, cuando el presidente de la Sala Tercera, Carlos Chinchilla, postuló el nombre de la magistrada Magda Pereira.
“Propongo a la magistrada Magda Pereira, no como una candidata, sino como la candidata”, exclamó Chinchilla en los primeros minutos de la sesión.
Pereira es una magistrada con 38 años de trayectoria en el Poder Judicial y durante su postulación se destacó su honestidad y su disposición de ayudar a los funcionarios judiciales. El magistrado Chinchilla la describió como una “mamá dentro de la Corte”.
Esta magistrada de la Sala Tercera fue quien, en octubre del 2009, votó a favor de que se anulara integralmente la condena y ordenar un nuevo juicio contra el expresidente Rafael Ángel Calderón y el resto de los condenados en el caso CCSS-Fischel.
El voto de la magistrada Pereira coincidió con los de los magistrados Jesús Ramírez y el hoy presidente de la Sala Tercera, Carlos Chinchilla, quienes votaron por recalificar los delitos atribuidos a Calderón Fournier.
La candidatura de Pereira fue breve y sus aspiraciones finalizaron en la primera ronda de votación.
Los resultados de las dos rondas de votación efectuadas el lunes 13 (para la presidencia y la vicepresidencia), evidenciaron una Corte dividida en dos claros bloques: uno integrado por 15 magistrados que apoyan el liderazgo de Villanueva y Arroyo y, otro bloque, de 7 magistrados que votaron en blanco o por otro candidato.
La oficina de prensa de la Casa Presidencial difundió un comunicado de prensa con un breve mensaje de la presidenta Laura Chinchilla, quien se encontraba en Perú en la boda de un hijo del vicepresidente de la República, Luis Liberman. También sostuvo una entrevista con el presidente de Perú, Ollanta Humala.
“Hago votos por seguir trabajando conjuntamente en el fortalecimiento de la institucionalidad y mejoramiento de la calidad de la democracia costarricense”, expresó la presidenta Chinchilla.
Zarela Villanueva, Presidenta de la Corte
“Aquí descubrí mi verdadera vocación de servicio y mi pasión por la defensa de los derechos humanos y –especialmente− de quienes no habían tenido una voz en esta historia, las mujeres y las víctimas”.
“Mi oficina siempre estará abierta para la ciudadanía, las organizaciones de la sociedad civil, las cámaras, los sindicatos, las personas, nuestros funcionarios y para cualquiera que quiera acercarse a proponer soluciones a ayudarnos”.
José Manuel Arroyo, vicepresidente de la Corte
“Lo único que les puedo prometer es trabajar como he venido trabajando siempre (…); una importante cantidad de compañeros muy valiosos me manifestaron su apoyo y eso me colocó en una situación relativamente cómoda para animarme a participar”.
¿Qué hace el presidente de la Corte?
Sus atribuciones están detalladas en el artículo 60 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, entre otras responsabilidades debe:
-Representar al Poder Judicial.
-Tramitar los asuntos que deba resolver la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Superior del Poder Judicial.
-Proponer a la Corte el nombramiento y la remoción del secretario general de la Corte Suprema de Justicia, del director y subdirector ejecutivos. Por ser estos funcionarios de confianza, podrán ser removidos discrecionalmente.
-Realizar los sorteos para la escogencia de los magistrados suplentes que deban sustituir a los titulares.
-Presidir y fijar el orden del día de las sesiones de la Corte y del Consejo Superior y convocarlos extraordinariamente, cuando fuere necesario.
-Dirigir los debates durante las sesiones de la Corte y del Consejo Superior; fijar los asuntos por discutir y las propuestas sobre las cuales haya que votar.
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